El texto que sigue es lo que el diario marroquí 'alwatan', publicó en su edición electrónica del 28-05-2009, un llamamiento, dirigido a los saharauis que se encuentran en los Campamentos de Refugiados, escrito por Daha uld Salek uld Aljalil, un hombre de 50 años de edad, ex combatiente saharaui que resultó herido en el brazo en el campo de batalla, después pasó a ser profesor, también, poeta. Y sobre el año 1993 traiciona a su pueblo y se pasa al enemigo. Por lo demás, es preciso apuntar que hace algún tiempo, la TV Aljazeera hizo una entrevista con Mahfud Ali Beiba, responsable de la delegación saharaui. Y en el turno de las preguntas de los telespectadores, intervino Daha uld Salek uld Aljalil. La memoria de los telespectadores aún recuerda su frase cuando dijo aquello de: “Nos hemos ido a Marruecos 'ua albadilu a3uaru': O sea, nos hemos ido a Marruecos y la elección ha sido peor”. En cuanto a la traducción, advertir que este hombre, en lugar de estar sentado en una mesa, escribiendo, parece estar, hablando, en un diván. Además, la enorme carga emocional y el recurso a la liturgia coránica patente en su escrito, dificultan sobremanera, la traducción del texto.
EL GRITO DE UN RETORNADO:
HABITANTES DE LOS CAMPAMENTOS, “por estos motivos, no vengáis”.
Tenéis
el derecho de señalarnos como retornados, trastornados o traidores. Es
vuestro derecho tildarnos con la vileza, la bajeza o de rastreros o de
practicar la genuflexión, la traición al compromiso, de no tener
escrúpulos, de ser unos desalmados. Tenéis el derecho a todo esto y
más. Y nosotros, ni siquiera, podremos rechistar. Porque así somos.
Porque hemos abandonado.
Hemos estado pensando con nuestros pies
en lugar de hacerlo con la cabeza. Y no hemos conseguido nada. Todos
los sueños, aspiraciones y deseos que habíamos estado construyendo
junto con vosotros, los hemos abandonado y salimos corriendo. Los hemos
dejado de lado y lo hemos apostado todo por un espejismo, por un precio
pírrico.
Lo hemos abandonado todo: los principios, los
objetivos, los logros, las etapas de lucha con sus glorias –y cuán
numerosas- y sus penas. Lo hemos cambiado todo por un empleo de bajo
perfil y una vivienda indigna. Porque este es el precio que nos ha sido
ofrecido. Pero algunos de nosotros –y son la mayoría- todavía no tienen
ni un empleo ni una vivienda.
Años de lucha y militancia
habíamos estado los unos con los otros. Algunos perecieron en el camino
cumpliendo, así, con la promesa hecha ante Dios. Pero vosotros aún
estáis esperando y no habéis renunciado a nada. Nosotros, en cambio,
hemos renunciado a todo y no hemos conseguido nada. Y tal y como dice
el refranero popular: “habíamos dejado la faena por rematar”.
Creímos,
puerilmente, que íbamos a conseguir algo que os hiciera envidiarnos.
Pero estaros satisfechos: no hemos conseguido nada de nada. En
consecuencia, quedaros donde estáis. Vosotros sois mejores que nosotros
y, también, sois mejores que aquellos que han obtenido un empleo o una
vivienda. Vosotros sois mejores porque, todos vosotros, pequeños y
mayores, mujeres y hombres, participáis en la consecución de un
proyecto.
Ellos, en cambio, y a pesar de los empleos de alto
rango y las viviendas, no dejan de ser unos marginados que sufren la
muerte lenta. Y mentada la muerte, parece que nos persigue la maldición
de Judas. Así, muchos de nosotros han muerto por enfermedades perversas
o accidentes de tráfico. Otros han sido encarcelados por motivos
varios. Algunos otros, ya esquizofrénicos, son el hazmerreír de los
saharauis. Otros se tambalean entre la drogadicción y el alcoholismo.
Esto es lo que hemos cosechado.
Pues estos son los motivos por los
que os invito a quedaros en vuestros Campamentos, porque de venir, os
encontraréis en unos campamentos marginados de las ciudades saharauis.
¡¡¡ Oh habitantes de los Campamentos!!! Os podéis imaginar que un
Estado incapaz de acoger a un grupo, como el nuestro, que no sobrepasa
los dedos de las manos, sea capaz de acogeros a vosotros?
Estos
son, pues, los motivos por los que os invito a quedaros y a continuar
la búsqueda de una solución global. Y vosotros, mejor que nadie,
sabréis cuál es esa solución.
Nosotros hemos venido cabizbajos.
Vosotros, esperad hasta hacerlo con la cabeza alta, mirando al cielo y
sin rendir cuentas a nadie.
BRUTAL Y DESGARRADOR GRITO.
Al final, se han derrumbado. Han caído rotos y deshechos. Ese es el cruel drama de los hijos del pueblo saharaui que lo han traicionado. Creyeron que podían continuar mintiendo a sí mismos, pero no han podido aguantar la falacia.
Traidores que han traicionado a su pueblo, a su
Causa, a sus hermanos y hermanas muertos por una Causa común. Lo han
traicionado todo por unas miserables monedas de plata.
Ahora
bien, la grandeza de los espíritus radica en la capacidad para mirar al
futuro. Y este hombre, en medio del naufragio mental que sufre él y sus
pares, parece querer asirse a un último soplo de libertad. No cabe duda
que, con sus declaraciones, pone su vida en serio peligro (juega, él,
con lo de los accidentes de tráfico para aludir a las misteriosas
muertes en carretera). Pero al menos, consigue una bocanada de aire
puro diciendo aquello que le amarga sus entrañas. Para su tranquilidad,
en nuestra sociedad, la sabiduría popular dice que lo evidente no
necesita ser mencionado (dhaher ma3ainu f algaul). De ahí que la
sociedad saharaui, les ahorre el calificativo de traidores y les llama
eufemísticamente “aidin” retornados.
Y a la vista de este
relato, sólo nos queda intentar imaginarnos en qué fangos mentales
estarán chapoteando los Eyub, los Hakim, los Admi, etc, etc, etc.
Por Huneifa, en SáharaLibre.es
Imprimir artículo
Si te ha gustado este artículo puedes compartirlo desde tu blog, página Web o foro.
0 comentarios :
¿Que opinas de este articulo? Tus comentarios siempre serán bien recibidos, ¡¡ Gracias !!