En la despedida de Hamdi Etarfaoui...
Tiempo pasado, con pena recordado.
Los recuerdos comunes de la infancia se quedan clavados en la memoria colectiva y dejan huellas en cualquier grupo humano, dicen que son inolvidables o difícil de olvidar.
La nostálgia es hermana gemela de la melancolía; o mejor dicho la segunda nace de la primera...
Erase un antiguo barrio español cuyo nombre era Colomina, Colomina nueva o nueva como preferían llamarlo sus habitantes, se ubicaba en el centro de El Aaiún, en una zona muy estratégica cerca del aeropuerto y la entrada sureña de la ciudad, allí vivíamos en paz, en solidaridad y en amor, en sus calles jugabamos al fútbol con Hamdi y eramos como se fuera una única familia numerosa y homogenea.
Arriba, volaban palomas negras, palomas del hermano de Hamdi, Ali, el muchacho travieso que todo el barrio le conocía por sus peleas, por sus tonterías y sus aventuras infantiles interminables.
El hermano de Hamdi Etarfaoui criaba palomas negras en la zotea, aunque las tradiciones saharauis lo prohiben, dice una supersticion saharaui "que no hay que guardar a las palomas en sus jaulas, hay que dejarlas volar y ser libres, cómo no!! y una paloma protegió al profeta Mahoma de sus enemigos en un suceso histórico tan famoso".
Aunque era niño y desconocía aún muchas cosas de este mundo, odiaba a las palomas negras, odiaba esas palomas tan extrañas que les gusta ser prisioneras, esas palomas que nunca aprovechaban las ocasiones de su liberación por su dueño y vuelven de nuevo a la jaula, a la prision, y yo no podía entenderlo, como son tan astutas esas palomas negras, solían invitar y estimular a otras para venir a la jaula dejando el inmenso espacio al aire libre y el maravilloso lago abierto del Zoo.
Los recuerdos de la infancia se recordaron con mucha ilusion hace cuatro años cuando nos encotramos de nuevo Hamdi y yo, en la ciudad de Fez en el centro de Marruecos.
Sus visitas a nuestra casa en el barrio llamado Mon Flouri cada fin de semana me hacían olvidar la lejanía de mi familia, de mi gente y de mi mundo Colomina.
Hamdi, de un sentido de humor especial y sus chistes interminables dejaba a todos con boca abierta escuchándole.
El ex-amigo de la infancia y el nuevo funcionario en el ayuntamiento de Fez nos cuenta sus aventuras en la residencia juvenil en Rabat dándonos consejos para aprovechar nuestra vida universitaria.
Hamdi, el honrado, el generoso, el gracioso, el grande, quiere a todo el mundo y todo el mundo le quiere.
Hamdi hoy vuela en el mas allá..como una paloma blanca de aspecto y fe, negando las jaulas, y seguirá volando con mucho orgullo y dignidad, quiza porque esta sucia y maldita vida no le conviene.
Sin embargo, Hamdi Etarfaoui nos deja con muchos signos de interrogación y exclamación de este eterno alejamiento tan pronto.
Cada uno de nosotros imagina el por qué de la causa, cada uno tiene que imaginar y buscar ese clarísimo por qué.
Y en espera del por qué, sigo pretendiendo que las supersticiones saharauis son ciertas, cómo no, y ellas dicen... quien cría palomas, se separa de su familia, quien cría palomas, tendrá mala suerte...
Aaaaaaah cabe mencionar que el hermano Ali, hoy en día vive lejos, en España, otro hermano apenas pudo volver para vivir con la madre en El Aaiún, la hermana entre las universidades del norte, y el querido Hamdi arriba, más arriba.....
Dajla en 2/06/12
Articulo de Saharaui Ochenta
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