El delegado del Frente Polisario en España, Bucharaya Beyun, inició ayer una visita de trabajo al Archipiélago, durante la cual mantendrá distintos encuentros con grupos políticos y representantes de administraciones locales y regionales. El objetivo, según explicó al DIARIO, “mantener viva la llama” del apoyo de España al pueblo saharaui.
Para Beyun, en los últimos meses se están dando algunas señales positivas de que va a haber cambios en el conflicto del Sahara Occidental. Una de ellas es la continuidad como mediador del norteamericano Christopher Ross, quien en su último informe presentado al Consejo de Seguridad puso de manifiesto que hay que darle una “solución rápida” al problema, porque es una “cuestión preocupante”. Ross dejó claro que se puede llegar a una “radicalización” de la disputa, máxime en un momento y un contexto como el actual, con situaciones como la que se vive en países como Malí.
“El pueblo saharaui cada vez está más convencido de que las Naciones Unidas no intervienen en el Sahara porque no corre la sangre, como ocurrió en Kosovo o en los grandes lagos, y ese es un mensaje negativo”, subrayó el delegado del Frente Polisario en España, que aseguró que gracias al impulso de Ross se está trabajando en nuevos encuentros formales para desbloquear la situación, “porque de lo contrario corremos el peligro de que el conflicto se radicalice”.
Para Bucharaya Beyun, “la Minurso (Misión de las Naciones Unidas para el referéndum del Sahara Occidental) se desarrolló con el objetivo de que se llevara a cabo ese referéndum y que se pusiera fin a las violaciones de los derechos humanos en los territorios ocupados por Marruecos. Pero en 21 años, la ONU no ha logrado ninguno de sus objetivos, y encima ahora estamos asistiendo a un retroceso en la ayuda humanitaria que recibían los campamentos de refugiados”.
Por eso, Beyun cree que los saharauis “no darán más margen a una presencia inútil, que no está cumpliendo su función y que incluso está legitimando la invasión marroquí”. “Y si no hay señales claras del avance de una solución emocrática y consensuada del conflicto, no les quedará más remedio que usar otros elementos de resistencia que son legítimos”, denotó el delegado saharaui para España, que fue primer ministro y máximo responsable de Desarrollo Económico de la República Árabe Saharaui Democrática.
En este sentido, Bucharaya Beyun insistió en que la posición española es “incolora, inodora e insípida, a pesar de que sigue siendo la “potencia colonial que debe liderar el proceso de descolonización”. En su opinión, está sometida a la posición francesa, que es el principal valedor marroquí e incluso ha amenazado con vetar las resoluciones del Consejo de Seguridad y se manifestó en contra de que las Naciones Unidas velasen por el cumplimiento de la legalidad y para que no se vulneren los derechos humanos”. “España dice que tiene una posición de neutralidad activa, algo que no significa nada.
O se está con el derecho internacional y se trabaja para que se respete, o se está al margen”, arguyó Beyun, quien recordó que las violaciones de los derechos humanos están documentadas, entre otros, por el Parlamento Europeo, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas, Amnistía Internacional o la Fundación Kennedy, que tienen testimonios y documentos gráficos de personas torturadas y golpeadas por la policía marroquí. “Pero, a pesar de todo eso, la Minurso no hace que se respeten estos derechos fundamentales. Lo vimos en el caso de Aminatu Haidar o en los ataques a los campamentos de Agdaym Izik en 2010”, agregó el delegado del Frente Polisario en nuestro país.
Y más allá del conflicto político, el delegado saharaui para España explicó que “la crisis económica ha provocado que se recorten en más de un 48% las ayudas que llegaban desde España, de manera descentralizada, lo que ha afectado a los servicios, la educación y la salud de los refugiados saharauis. “Todo eso, unido al bloqueo que padecen los campamentos y a la falta de respuestas, están empujando a la población a posiciones extremas”, concluyó.
LA TENSIÓN EN EL SAHEL CONTINÚA CRECIENDO
El aumento de la tensión en el Sahel, a raíz del conflicto en Malí, está generando repercusiones en los campamentos de refugiados saharauis en Tinduf. No en vano, la semana pasada el Frente Polisario recomendó a los cooperantes que abandonasen la zona, ya que no puede garantizar su seguridad. “Los que son prescindibles es aconsejable que de momento no sigan allí; los que son necesarios, como es el caso de los médicos, sí se pueden quedar” , explicó Bucharaya Beyun. Una de las voluntarias, en declaraciones a la Cadena Ser, manifestó que “por nuestra seguridad no nos quisieron dar muchas explicaciones, sólo que para no ponernos en peligro a nosotros ni a la gente con la que estábamos, debíamos irnos; cuando se tranquilicen las cosas nos darán más explicaciones”, reiteró la cooperante. “Este paso se ha tomado debido a los acontecimientos que están ocurriendo en Malí”, afirmó Beyun, que también consideró que la crisis de la planta de gas de Argelia evidencia un peligroso aumento de la incertidumbre en el norte de África. El miedo a que los grupos terroristas se trasladen o actúen en la zona ya llevó, el pasado verano, al Gobierno español a repatriar a los cooperantes en Tinduf. Muchos volvieron luego, pero con la advertencia de Exteriores con respecto a la amenaza a la seguridad en los campamentos.
Fuente: diariodeavisos.com
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