Asistimos estos días a una serie de hechos y acontecimientos dignos de analizar:
1.- El ilegal, inmoral y sumarísimo juicio militar contra los 25 saharauis del campamento de Gdeim Izik y por supuesto las desmesuradas condenas.
2.- La gira del señor Ross por la región y el desarrollo de la misma en cada parada, así como los temas tratados con sus distintos interlocutores.
3.- Las trascendentales declaraciones del ministro saharaui de AAEE.
4.- El inmenso despliegue policial marroquí, apoyado por un gran número de “presuntos colonos” para intimidar y amedrentar a la poblacion saharaui y especialmente a los activistas de DDHH.
5.- La inutilización de la cinta transportadora de fosfato, un acto, una llamada de atención a los usurpadores y a los compradores de lo usurpado. Todos estos factores, no son más que claros indicadores de la intensidad de la lucha del pueblo saharaui, el nerviosismo y la improvisación del gobierno marroquí ante la determinación y resistencia saharaui, por una parte y su frustración en su empeño de desestructurar y acabar con la identidad saharaui. Pero estos hechos, son también un motivo de preocupación especial para lo que llaman “comunidad internacional” que está viendo que la lucha pacífica de los saharauis en los territorios ocupados y la clara voluntad política del Frente Polisario van de la mano, a la vez que unos y otros no descartan cualquier otro tipo de lucha para imponer la voluntad del pueblo saharaui sobre todo el territorio del Sahara Occidental, ante la timidez y falta de contundencia para con las resoluciones de la ONU.
Por otro lado, las constantes protestas y manifestaciones en los territorios ocupados, a pesar de la brutalidad de las represiones de las mismas, son la respuesta al fantasma con el que Francia nos quiere intimidar, llamar la atención de la opinión internacional y así desviar la atencion mundial, pero sobre todo regional poniendo énfasis en el peligro que ella misma creó en la región; y así intentar imponer una solución al conflicto del Sahara que no fuera la opción de la independencia. Son también estos factores, la prueba de la importancia que juega el papel del movimiento solidario harto e indignado por la pasividad del gobierno español en la descolonización de su última colonia y provincia, siendo, ante la comunidad internacional, el administrador “de iure” del territorio.
Por otro lado, las constantes protestas y manifestaciones en los territorios ocupados, a pesar de la brutalidad de las represiones de las mismas, son la respuesta al fantasma con el que Francia nos quiere intimidar, llamar la atención de la opinión internacional y así desviar la atencion mundial, pero sobre todo regional poniendo énfasis en el peligro que ella misma creó en la región; y así intentar imponer una solución al conflicto del Sahara que no fuera la opción de la independencia. Son también estos factores, la prueba de la importancia que juega el papel del movimiento solidario harto e indignado por la pasividad del gobierno español en la descolonización de su última colonia y provincia, siendo, ante la comunidad internacional, el administrador “de iure” del territorio.
Por Bachir Lehdad Dadda
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