¡SAHARAUI, SAHARAUIA, EIDA FEIDAK LILHURRIA! (tu mano junto a la mia hasta la libertad) ¡Rompamos el bloqueo informativo. Derribemos el Muro de Silencio! ¡LABADIL, LABADIL, AN TAGHRIR ALMASSIR! (No hay otra opcion que la autodeterminación)

EL SÁHARA DE LOS OLVIDADOS اِل ساارا دي لوس اُلبيدادوس




"Háblale a quien comprenda tus palabras"
"Kalam men yafham leklam"

¿Por qué Mohamed está en España?

Por Isabel Lourenço (Publicado en Jornal Tornado el 15 de enero de 2017)

El día está soleado y caminamos hasta el jardín, buscamos un lugar más resguardado con menos gente, la conversación va a ser difícil.

“No te preocupes, tu tranquila” me dice Mohamed Balla con una amplia sonrisa que ofrece a todos los que hablan con él.

Balla es saharaui y vive de momento en la Casa de los Héroes, una casa de la Fundación Sahara Occidental (FUSO) en Badajoz, que acoge a los ex presos políticos y activistas saharauis para que puedan realizar consultas médicas, a menudo seguidas de múltiples operaciones y tratar sobre la documentación española.

Todos los ex prisioneros que he conocido en esta casa y que entrevisté sufrieron horribles torturas, muchos de ellos con más de una década en prisión.

Mohamed Balla accedió a contar su historia, algo que puede parecer fácil pero no lo es. Ninguna historia de la vida de un saharaui es fácil de contar y ninguna fácil de escuchar.

Comenzamos por lo trivial, nació en 1979 en El Aaiún, capital del Sahara Occidental, cuatro años después del abandono de España del territorio y la invasión de Marruecos.

Tiene los dos padres vivos, así como tres hermanas y un hermano y varios sobrinos, todos viven en El Aaiún.

Estaba estudiando Geografía e Historia en la Universidad de Agadir en 2005, cuando fue detenido.
“Toda mi familia fue detenida. En la boda de mis padres vinieron y se llevaron a todos presos … ”

Crecio en El Aaiún en un entorno de constante represión, y hasta 1991 en guerra. “Sabes es como una prisión, salimos de una prisión a otra, todo es prisión.” Las calles de El Aaiún están llenas de furgonetas de intervención, la policía, militares y agentes “secretos”, se anima a los colonos marroquíes a maltratar a los saharauis que viven un apartheid político, social y económico y rodeados por un muro de 2.720 kilometros de extensión altamente fortificada y con más de 150.000 soldados que divide los territorios ocupados de los territorios liberados.
Comenzó muy pronto a se reinvindicativo, ya en la escuela técnica a la que asistió, participó en las acciones de protesta de los estudiantes para mejorar las condiciones de la escuela.

En 2005 fue uno de los muchos jóvenes que organizaron y participaron en una manifestación por la autodeterminación que se conoció como el comienzo de la Intifada saharaui, una intifada de expresión no violenta que continúa hasta el día en que lleguen a la independencia.

Esta manifestación fue brutalmente desmantelada por las autoridades marroquíes y como consecuencia fueron detenidos muchos activistas, hombres y mujeres, entre ellos algunos de los más conocidos, Amnietu Haidar, Hmad Hammad y Ali Tamek.

A última hora de la tarde del 8 de agosto de 2005, él y un amigo fueron secuestrados por varios policías de paisano en plena calle en El Aaiún donde fueron golpeados brutalmente y llevados a un aparcamiento de coches de policía, amenazándolos con armas de fuego y donde llegaron mas de diez policías que siguieron golpeandolos, sin hacer pregunta alguna, solamente los golpeaban brutalmente.

Mohamed hace una pausa. “¿Quieres parar?”, Pregunto. “No … es normal, es la ocupación”, responde y mira a su alrededor con tristeza. Me he dado cuenta de que la ansiedad comienza a ganarle, el cuerpo está tenso, camba de postura, se levanta y se sienta, y continúa.

“Pasada una hora nos pusieron las esposas, una venda en los ojos que también cubria parte de la boca, tenía gran dificultad para respirar … y nos pusieron en el maletero de un coche. Nos llevaron a una comisaría de policía. “Mohamed habla mas bajo y hacemos otra pausa.

Me cuesta escucharlo, lo conocí hace unos años, un hombre siempre dispuesto a ayudar, sin maldad, trabajador, inteligente, curioso y de una educación extrema, una sonrisa brillante y una determinación de acero para seguir la lucha por la autodeterminación. Me duele ver la tristeza que empieza a reflejar su rostro y el nerviosismo y la ansiedad que le provoca recordar todo, pero tiene que ser.

Sigue: “En la estación de policía nos quitaron las vendas y comenzaron el interrogatorio y la toma de huellas digitales sin informarnos por qué nos habían detenido, pasada una media hora empiezan a hacer preguntas acerca de todos los contactos en mi teléfono, familia, amigos, activistas y amigos extranjeros. Ellos querían que dijera quien nos organizaba en las manifestaciones, como no respondí me llevaron a una sala/almacén sucio y comenzaron las torturas … y sigue el interrogatorio, patadas, golpes, golpes con palos y tablas de todo por todo el cuerpo y en la cabeza, estaba esposado y con los ojos vendados, estaba en ropa interior, … amenazas, hicieron muchas amenazas … “respira profundo y ve hacia el horizonte …” me amenazaron con violarme, sodomía, amenazaron con hacer lo mismo con mi madre, mi padre, mis hermanas … fueron muchas horas“.

Al final del día 10 hicieron una pausa y llevaron a Mohamed a una habitación donde estaban los agentes de la inteligencia marroquí, le quitaron las vendas y le ofrecieron trabajo y casa a cambio de información, el nunca se rindió y como resultado fue llevado de vuelta a la misma habitación y continuó la tortura, pero esta vez peor.


Estuvo tres días sin beber, sin comer ni dormir, perdió el conocimiento varias veces. Mohamed fue torturado con la técnica conocida como “pollo asado” que consiste en “colgar” a la víctima un palo por las rodillas y con las manos atadas por encima de los tobillos mientras le golpeaban. Este método es el más utilizado contra los saharauis y deja lesiones en los hombros y las rodillas para el resto de la vida.

“Durante la tortura fui obligado a firmar hojas sin saber lo que decían, no me las dejaban leer … Finalmente fui condenado a dos años de prisión con Hmad Hamad, eramos un grupo de 37 presos y fuimos conocidos por nuestra union dentro de la prisión y por qué hicimos una huelga de hambre durante más de 50 días. Salimos pronto, se nos otorgó un “perdón real” debido a la presión internacional. Esta es nuestra vida, igual todos los días, sigue siendo lo mismo”.


Mohamed sigue denunciando y luchando, va y viene del Sahara Occidental a Europa, las fotos que tomó del interior de la infernal carcel negra de El Aaiún corrieron por el mundo, en ellas se puede ver a los prisioneros dormir al sistema de sopa, de lado, uno hacia arriba y otro hacia abajo, en celdas sin ventilación y sin luz natural, de 20 metros cuadrado y con más de 50 personas.

“No vengo a Europa para quedarme a vivir aquí o para ganar dinero, vengo aquí para informar de la situación, para conseguir que el mundo nos vea y hable de nosotros. Nuestro territorio es rico, tenemos pescado, petroleo, agua, minerales, fosfatos, tenemos todo para no necesitar de la caridad de nadie. Pero no tenemos libertad, no tenemos nuestra independencia, Marruecos nos obliga a vivir como pobres y roba todo. ¡Ya llega! Todo tiene un final. Queremos vivir en paz en nuestra tierra“.



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