Jadiya Hamdi, ministra de Cultura de la
República Árabe Saharaui Democrática (RASD), ha aprovechado su visita a
la capital guipuzcoana con motivo de la firma de un acuerdo de
hermanamiento entre el Festival de Cine y Derechos Humanos de Donostia y
el Fishara para denunciar el expolio y la situación del pueblo
saharaui.
Como ministra de Cultura de la República Árabe Saharaui Democrática
(RASD), Jadiya Hamdi afronta importantes desafíos como la conservación y
transmisión del patrimonio histórico saharaui, amenazado por «la
guerra, el olvido y el maltrato del Ejército marroquí». Entre sus tareas
más inmediatas figura la puesta en marcha del Observatorio
Internacional para la Protección del Patrimonio Histórico Saharaui,
creado en 2008. Pese al inmovilismo de Marruecos y a la inoperancia de
la comunidad internacional, Hamdi se declara optimista porque, de otra
manera, no podría seguir luchando, afirma en la entrevista a GARA. «La
realidad saharaui es más grande que las mentiras y el bloqueo
mediático», resalta.
¿Qué retos tiene como ministra?
Tenemos un patrimonio cultural muy rico que está amenazado por la
guerra, el olvido, el Ejército y también por la acción de algunos
agentes extranjeros. El desierto es un libro natural abierto que debemos
proteger. A nivel oral, por ejemplo, tenemos la cultura beduina, que
depende de los ancianos. Éstos están falleciendo por lo que nos corre
prisa acercarlos a los jóvenes y registrar este modo de vivir, bailar,
cantar y vestir. Como la cultura vasca, la nuestra también necesita
protección para que el tiempo y el olvido no borren nuestras costumbres y
valores. Para ello necesitamos la colaboración internacional,
especialmente de la Unesco. Nos falta financiación para dotarnos de
bibliotecas adecuadas y espacios de formación con los que fomentar el
acercamiento entre generaciones. La transmisión de nuestras raíces e
identidad cultural, que Marruecos intenta desvirtuar, es una piedra
fundamental de nuestra existencia y lucha. A través de la cultura
podemos hacer muchas cosas en defensa de nuestros derechos, la paz y la
libertad. Dentro del Festival Internacional de Cine, por ejemplo, se ha
proyectado el documental «El problema» que, a través de testimonios,
refleja la vida de los saharauis en los territorios ocupados; las
detenciones, torturas, fosas comunes...
Marruecos cuenta con fuertes aliados,
entre ellos los gobiernos español y francés. El rey Mohamed VI ha
descartado por activa y por pasiva cualquier otra salida que no sea la
autonomía. ¿Ve motivos para la esperanza pese al estancamiento del
conflicto y al prolongado exilio en los campamentos de refugiados en
Tinduf?
Marruecos es una potencia colonizadora que tiene su posición. Es una
parte del conflicto, no un todo. Sabe que la única solución es el
respeto al derecho de autodeterminación del pueblo saharaui, reflejado
en todas las resoluciones de la ONU. Pero la comunidad internacional,
que cuenta con todos los argumentos a favor, no está jugando su papel
porque prima los intereses de los grandes, entre ellos el Estado
español. Pese a todo, seguimos luchando y construyendo nuestra realidad e
instituciones. Este tiempo lo estamos aprovechando para prepararnos
para el futuro. Personalmente, el optimismo es el suero con el que
alimento mi lucha. La credibilidad de nuestra causa y la realidad del
pueblo saharaui están por encima de las mentiras.
¿Cómo valora el reciente encuentro entre el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, y el monarca alauí?
Es tan sólo una imagen forzada por lo ocurrido en Ceuta y Melilla, la
visita de Mariano Rajoy y los problemas de inmigración. El Sahara
debería ser uno de los puntos fundamentales de su agenda, porque es el
problema político más importante que deben solucionar.
La causa saharaui cobró gran notoriedad internacional con la huelga de hambre de Aminatu Haidar. ¿Cómo la vivió?
Fue una situación muy fuerte. Aminatu es una gran mujer y militante
que se sacrificó por el pueblo saharaui. Es una imagen brillante de la
mujer saharaui, una hermana de lucha.
Además de estar al frente del
Ministerio de Cultura, es una de las fundadoras de la Unión Nacional de
Mujeres Saharauis. ¿Qué papel juegan las mujeres?
Las mujeres saharauis ocupamos el 32% del Parlamento. También estamos
representadas a nivel de Gobierno y en otras instancias. Nuestro
problema es la falta de autoestima y el miedo al poder de muchas
mujeres. Nuestros derechos políticos y civiles están reconocidos.
Depende de cada una de nosotras hacer esa lucha.Fuente: Gara
Imprimir artículo
Si te ha gustado este artículo puedes compartirlo desde tu blog, página Web o foro.
0 comentarios :
¿Que opinas de este articulo? Tus comentarios siempre serán bien recibidos, ¡¡ Gracias !!