Los miembros de Thawra que estuvieron en julio pasado en los territorios ocupados por Marruecos aseguran que “la educación de los saharauis es un problema pendiente, a tratar en viajes sucesivos, sobre todo desde el punto de vista de la manipulación de la historia. Varios de los colegios de El Aaiún tienen dibujada en su pared una representación de la Marcha Verde, y existe otro, al menos, que tiene una entrada para los niños y otra para los militares, ya que existe un cuartel de control dentro del colegio”.
Otro problema relacionado con la educación es que “los estudiantes
saharauis, para acceder a la Universidad, cuentan con varias
adversidades, como que la universidad más cercana para un estudiante de
El Aaiún está en Casablanca, a 1300 kilómetros, así como para los
universitarios de las ciudades del sur del Sáhara Occidental, como por
ejemplo Dajla, cuya distancia a recorrer es de 1.600 km. hasta
Marrakech”.
Sin embargo, en el caso de que un saharaui pueda ir a la universidad,
“tienen una oferta determinada de estudios, no porque no los impartan,
sino porque hay carreras que se vetan a los saharauis, por ejemplo,
Ciencias Políticas. Hay que señalar también la represión en los campus
universitarios, por parte de la policía marroquí, a los estudiantes
saharauis”.
Pero si la Educación es un aspecto más de la ocupación, la sanidad no
está mucho mejor, según Thawra, “la sanidad pública no existe en todo
el territorio. Es más, si se requiere atención médica debido a un
encuentro con la policía por la causa saharaui, hay que inventarse una
escusa (por ejemplo, un problema doméstico o una simple pelea), para
poder recibir la atención necesaria. Tanto es así, que durante la
Intifada de 2005, las ambulancias recogían a los heridos de las cargas
policiales para transportarlos directamente a prisión”.
Ligado directamente a los intentos por manipular la historia,
Marruecos también utiliza el “arma” de la cultura. “En lo que se refiere
a la conservación de la cultura saharaui, hemos observado un fuerte
intento de Marruecos por introducirla como si ésta hubiese siempre
pertenecido a los marroquíes. A modo de ejemplos: La celebración de una
fiesta popular en Guelmin, en la que se exhibieron las tradiciones
saharauis haciéndolas pasar por marroquíes, o el hecho de que el uso de
la melfa y el darrá, símbolos característicos de la población saharaui,
esté siendo generalizado entre la población marroquí que vive en el
territorio”.
El informe explica que “íntimamente ligado a este objetivo de
asimilar la cultura saharaui, está el esfuerzo continuo por normalizar
la ocupación, así vemos cómo en el Parador Nacional, se exponen a lo
largo de sus pasillos una amplia sucesión de fotografías de la Marcha
Verde”.
Uno de los grandes agravios de los que se quejan los saharauis es el
expolio de los recursos naturales, como los fosfatos, así como “el
peligro medioambiental que supone la explotación excesiva del banco de
pesca sahariano. Recordamos, en este sentido, el informe de los
servicios jurídicos del Parlamento Europeo, que dictamina que la
explotación de recursos en el territorio es ilegal, y en ella están participando empresas españolas y europeas”, asegura Thawra, quien añade que “uno de los métodos utilizados por Marruecos para intentar legitimar estas prácticas es que la mayoría del pescado que sale desde El Aaiún se dirige a ciudades como Tan-Tan, para ser exportado a Europa”.
explotación de recursos en el territorio es ilegal, y en ella están participando empresas españolas y europeas”, asegura Thawra, quien añade que “uno de los métodos utilizados por Marruecos para intentar legitimar estas prácticas es que la mayoría del pescado que sale desde El Aaiún se dirige a ciudades como Tan-Tan, para ser exportado a Europa”.
En este sentido, “también hemos podido comprobar que la población
autóctona del territorio del Sáhara Occidental no se beneficia de la
explotación de sus propios recursos, ni pudiendo acceder a ese pescado
como alimento diario, ni pudiendo trabajar en las empresas que lo están
expoliando, violándose así el dictamen de H. Corell emitido en 2005″.
El informe de Thawra concluye denunciando las últimas agresiones de
la Policía marroquí contra los propios saharauis, pero también contra
observadores internacionales, sobre todo españoles, como los sucesos del
18 de julio, el 22 de agosto y del pasado día 28, cuando 14 canarios
fueron golpeados por la policía cuando llevaban a cabo una manifestación
en El Aaiún.
“Hay que resaltar”, añade Thawra, “que en estos sucesos ningún
miembro del gobierno español, ni del Ministerio de Exteriores, ni de la
Embajada o Consulados españoles, se ha puesto en contacto con los
ciudadanos españoles, tan solo Mariano Collado, responsable del
patrimonio español en el Sáhara Occidental”.
Fuente: Guinguinbali
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