"...Y Dios creó el desierto para que el hombre se conociera"
(Proverbio Tuareg)
Siempre me ha llamado la atención el desierto, las dunas, sus puestas de
sol y sus extraños habitantes...El Sáhara, una zona de contrastes...
desoladora por la ausencia de agua; sin embargo, entre los 300 y 1200
metros de profundidad se encuentra el mar Albienne, que podría convertir
el famoso desierto en todo en vergel...
Qué maravilla...
Además de la "ausencia" de agua, el desierto encierra otros "misterios": sus habitantes. De todos los cuentos que leía de pequeña, me encantó la historia de Los hombres azules, los tuaregs. Aquellos hombres, habitantes del desierto del Sáhara, me parecían seres increíbles. Unos personajes que deambulan por el desierto sobre sus camellos envueltos en sus ropas azul intenso...una imagen un tanto romántica, pero que aún mantengo en mi retina...
¿Y por qué los llaman hombres azules? me preguntaba...?
Porque las túnicas que visten, color índigo, están teñidas con un tinte vegetal y con las altas temperaturas del desierto y la sudoración del cuerpo, estas ropas destiñen manchándoles el cuerpo, la sudoración es casi nula y protegiéndoles así del calor. Un método muy efectivo para sobrevivir en unas condiciones extremas. Y es que el clima del desierto es muy variable entre el día y la noche: temperaturas que no bajan de los 40º al sol (llegando a los 60º) y mucho frío durante la noche.
Bonito cuento... o quizás no sea un cuento... ¿un mito?
El Sáhara es casi una inmensidad, con cinco millones de kilómetros cuadrados ha sido la cuna de multitud de culturas. Aunque tan sólo una es la que hoy en día mantiene viva en su tradición esa primera semilla de civilización que surgió antaño. Los tuaregs, más conocidos en Occidente como "los hombres azules", son sin duda una de las tribus más míticas de toda África.
Sobre el origen de su nombre los historiadores no se ponen de acuerdo y son dos las teorías que pugnan por explicar la formación del vocablo tuareg. Para unos esta palabra proviene del término árabe targa, que significa "jardín", y cierto es que la zona donde hoy habitan estos nómadas fue antaño un frondoso bosque. De otro lado están los que ven su origen en el siglo VIII, cuando una invasión de guerreros provenientes de Marruecos, los chorfa, se adentró en el desierto argelino para islamizar a las tribus de infieles que habitaban la zona. Pero su éxito fue parcial, pues aunque se convirtieron al Islam, jamás abandonaron sus antiguas tradiciones animistas, fuertemente arraigadas en sus usos cotidianos.
En la actualidad apenas quedan unos trescientos mil tuareg diseminados por un territorio de un millón y medio de kilómetros cuadrados. Se dedican al pastoreo y quedan muy pocas tribus realmente nómadas. En sus periplos anuales en busca de pasto pueden llegar a superar los 1500 kilómetros de travesía, entre Argelia, Níger y Mauritania. Se orientan exclusivamente por las estrellas, que no sólo los guían en el duro camino, sino que los llevan hasta los pozos de agua que ellos únicamente conocen. En resumen, una vida de otros tiempos que hoy en día está a punto de desaparecer.
Además de la "ausencia" de agua, el desierto encierra otros "misterios": sus habitantes. De todos los cuentos que leía de pequeña, me encantó la historia de Los hombres azules, los tuaregs. Aquellos hombres, habitantes del desierto del Sáhara, me parecían seres increíbles. Unos personajes que deambulan por el desierto sobre sus camellos envueltos en sus ropas azul intenso...una imagen un tanto romántica, pero que aún mantengo en mi retina...
¿Y por qué los llaman hombres azules? me preguntaba...?
Porque las túnicas que visten, color índigo, están teñidas con un tinte vegetal y con las altas temperaturas del desierto y la sudoración del cuerpo, estas ropas destiñen manchándoles el cuerpo, la sudoración es casi nula y protegiéndoles así del calor. Un método muy efectivo para sobrevivir en unas condiciones extremas. Y es que el clima del desierto es muy variable entre el día y la noche: temperaturas que no bajan de los 40º al sol (llegando a los 60º) y mucho frío durante la noche.
Bonito cuento... o quizás no sea un cuento... ¿un mito?
El Sáhara es casi una inmensidad, con cinco millones de kilómetros cuadrados ha sido la cuna de multitud de culturas. Aunque tan sólo una es la que hoy en día mantiene viva en su tradición esa primera semilla de civilización que surgió antaño. Los tuaregs, más conocidos en Occidente como "los hombres azules", son sin duda una de las tribus más míticas de toda África.
Sobre el origen de su nombre los historiadores no se ponen de acuerdo y son dos las teorías que pugnan por explicar la formación del vocablo tuareg. Para unos esta palabra proviene del término árabe targa, que significa "jardín", y cierto es que la zona donde hoy habitan estos nómadas fue antaño un frondoso bosque. De otro lado están los que ven su origen en el siglo VIII, cuando una invasión de guerreros provenientes de Marruecos, los chorfa, se adentró en el desierto argelino para islamizar a las tribus de infieles que habitaban la zona. Pero su éxito fue parcial, pues aunque se convirtieron al Islam, jamás abandonaron sus antiguas tradiciones animistas, fuertemente arraigadas en sus usos cotidianos.
En la actualidad apenas quedan unos trescientos mil tuareg diseminados por un territorio de un millón y medio de kilómetros cuadrados. Se dedican al pastoreo y quedan muy pocas tribus realmente nómadas. En sus periplos anuales en busca de pasto pueden llegar a superar los 1500 kilómetros de travesía, entre Argelia, Níger y Mauritania. Se orientan exclusivamente por las estrellas, que no sólo los guían en el duro camino, sino que los llevan hasta los pozos de agua que ellos únicamente conocen. En resumen, una vida de otros tiempos que hoy en día está a punto de desaparecer.
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