¿Hasta cuándo?
Me dirijo a vosotros, ustedes. Sí, a vosotros, ustedes, que formáis la primera línea. La avanzadilla del mundo civilizado. Estáis, además, implicados como copartícipes, en un asunto cuya solución depende única y exclusivamente de vuestra buena voluntad política y humana.
Con todo respeto:
Señor Secretario General de la ONU, Mister Ban Ki-moon, Señor Secretario General de UE, Señor Solana. Señor Presidente de USA, Mister Obama. Señor Presidente de España, Señor Zapatero. Señor Presidente de Francia, Monsieur Sarkozy, Señor Presidente de Andalucía, Señor Griñan.
Dicen, dicen --y si lo dicen debe ser verdad- que detrás de todo desorden aparente, hay escondido un orden.
Partiendo de ello, se hace preciso poner sobre la mesa los hechos propiciados tras el acuerdo tripartito de Madrid de 1975.
El Gobierno de España debe asumir sus responsabilidades para con el pueblo hermano que durante tantos años formó parte de su población en la provincia del Sahara español.
Más de 250 ciudades españolas mantienen lazos de hermandad con los núcleos de población saharaui de Tinduf. La solidaridad y apoyo del pueblo español es manifiesta en todos los rincones del país por lo que, sus gobernantes, tienen la obligación de representar el sentir del pueblo, ya que para tal menester han sido elegidos en las urnas.
El Sahara occidental es un territorio ancestral del pueblo saharaui, desde mucho antes de que se apoderara España del mismo en 1885; más antiguo en asentamiento nativo que el propio Marruecos.
La tragedia del pueblo saharaui se resume en pocas palabras:Treinta y cinco años en el más puro exilio desértico, ocupación ilegal y violación sistemática de los Derechos Humanos por parte de Marruecos a los saharauis que no pudieron huir, familias separadas por el muro marroquí de la vergüenza y falta de voluntad política internacional para solucionarlo.
No es un problema civil ni militar, ni siquiera económico o religioso. Tan sólo necesita de la voluntad política internacional; de las Naciones Unidas y de las potencias interesadas, la Unión Europea, España, Estados Unidos y Francia. En sus manos está el evitar un enfrentamiento y, en las nuestras, exigir que lo hagan. Cada cual desde donde le es propio.
No les voy a decir cómo deben hacerlo. Soy poeta, no gobernante. Ustedes saben manejar los hilos de la política y de sus conveniencias. Yo, sólo sé que la conveniencia y lo conveniente --con sus inconvenientes- no siempre discurren por caminos paralelos y que, caso de enfrentarse, sobrevienen a veces bifurcaciones en los valores y la ecuación empieza a oscilar. Viene a ser como la teoría de superficies enfrentada al análisis matemático de la geometría. El vaivén de las posibles decisiones a adoptar quedará siempre descrita por un punto en el plano.
A veces, la melancolía, empuja el alma a buscar el centro de las cosas singulares y, si ese centro está ocupado por el desgarro del sufrimiento humano --como es el caso- tal vez sería conveniente descubrir qué es lo más importante en las relaciones melancólico- matemático-políticas.
Lo analizaré desde un ordenamiento plástico-poético e intentaré obtener una sección áurea que permita ensamblar la luz del verso desnudo con el lado menos obscuro del segmento político. El resto es cosa vuestra, de ustedes.
Un grito rompe la estructura de la cercana duna esparciendo angustias acumuladas.
El mundo se debate entre espasmos de siglas e indiferencia ética. Mientras, pueblos opresores, mancillan la línea del horizonte.
La distancia que separa el hilo del ojo de la aguja se burla del sonrojo del ocaso.
Allá, tras las piedras que protegen el iris de la bestia, nacen momentos que agonizan de inmediato, sepultados por el manto contemplativo de conciencias deshilachadas.
Se curva la mirada morena, arropada por suspiros de turbante, mientras estrellas crucificadas posan la dolorida mirada en los clavos de otras cruces.
Amargura-paisaje, restos de pieles añejas y tactos imperiales masticando zocos y ubres de cabras.
Despojos de otras lluvias bajo el sol de otros amores de compromiso en lo profundo de las minas. Sonrisas que se borran, abrazos que no hubo y hombres derretidos en el desamparo sahariano.
Perdidos en el vacío de otros vacíos y otros y otros, sin memoria.
Cae la noche, se alza el telón. De espectadora la luna, y la indiferencia humana. Silencio. Muchos silencios.
Ni una voz sobre la duna obscura.
Con las luces del alba se rompe el esperpéntico escenario. Los actores no se mueven, siguen ahí, esperandoel guión que les prometió la ONU decenas, cientos, miles de años atrás.
Barro sobre barro en los rostros de los rostros enmascarados que miran hacia otro lado.
Doble, triple olvido, al calor de satisfechas posaderas. Lejanía. Viejas mañanas tirando a tarde, declinando verbos teñidos en carbones de rojo ausente.
Dominación del hombre por el hambre; primitivos totalitarismos disfrazados en el inhóspito límite de otros espacios fuera de y de qué.
Forclusión a la carta en cocinas poderosas.
Indefinible paradoja entre el aire y la tibieza del espíritu que jamás reposará en lechos de músicas y asombros.
Las palabras caen, se rompen, despedazando verbos corrompidos; asomadas al vértigo de un espejo sin imágenes.
Ojos secos, posados en la armadura antigua y el estómago embotado por el hambre, -la llama de la esperanza habita un remoto lugar donde los vientos no existen-, lamentos enquistados buscando sílabas en el arco de un naufragio psicológico, tejiendo lágrimas circulares-espirales mientras la vanidad del metal rechaza el beso de la brisa y el trazo sufre la contracción muscular de las formas.
Ondea el distintivo dorsal del escualo agazapado tras la procesión de esferas.
Me desnudo en la noche para sentir el calor del hermano y noto erizarse, -crecer y multiplicarse- el vello de mi cuerpo. Mis ojos cobran nueva vida y mi aliento anuda el último grano de arena. Huelo el viento y mi rugido disgrega fragmentos de dunas danzantes. Mis uñas desgarran las sombras y en mis endurecidas piernas sudorosas nace el aullido que hermana noches de otros tiempos en una cópula permanente con mis ancestros
¡Cuando el horizonte se hiela invitando al desaliento descubro que la metáfora que habitamos no tiene pulso!
Al límite de las últimas posibilidades de prórroga de la misión de la ONU en el Sahara Occidental (MINURSO), la situación en el territorio pende de un hilo y la posibilidad de un enfrentamiento es ahora una realidad.
A la ONU, a la UE, a España, a Francia, a USA, a la comunidad internacional en general, se le pide:
- La celebración inmediata del referéndum de autodeterminación del pueblo saharaui prevista en el Plan de Paz aprobado por la ONU y aceptado por las dos partes, única solución justa y duradera del conflicto, en el plazo más breve posible, evitando así el retorno al recurso de la guerra.
- La denuncia del boicot continuo de Marruecos a la celebración del referéndum, y el engaño que supone la llamada "tercera vía", para dar reconocimiento oficial a la soberanía de un territorio que debe someterse a la decisión democrática del pueblo saharaui.
- La denuncia de la violación sistemática de los Derechos Humanos en las zonas ocupadas por la administración marroquí, y la exigencia de la apertura del territorio y el acceso al mismo de comisiones internacionales de observadores que denuncien la estrategia de terror impuesta por el Gobierno de Marruecos con desapariciones de personas, torturas, detenciones ilegales y creación de un clima intimidatorio en la población saharaui de las zonas ocupadas.
- La denuncia de la complacencia y permisividad de la ONU, UE y de las grandes potencias, tolerando al Gobierno de Marruecos el incumplimiento de los acuerdos de paz, la invasión y ocupación ilegal del territorio, la extracción y venta ilegal de recursos naturales de territorios aún colonizados, y propiciando la firma de acuerdos ilegales (entre otros el de pesca, en unos caladeros sujetos a un proceso de soberanía) esquilmando con ello las riquezas de los saharauis.
- Exigencia a todos los Gobiernos del mundo pero sobre todo al Gobierno de España de una implicación real y directa en la solución del conflicto.
- El ruego de que se denuncie la prohibición de la venta de armas a países en conflicto como Marruecos (por parte de España, Francia, Reino Unido, ...), condicionando cualquier ayuda económica o acuerdo comercial con el mismo hasta tanto cumpla las resoluciones de la ONU sobre el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui, y haga respetar los derechos humanos en su propio país.
- El respeto a los legítimos derechos internacionales de la población saharaui, y que se ponga fin a todos estos años de sufrimientos de tantos seres inocentes.
Para vosotros, ustedes, respetuosamente, en Almería, Andalucía, España.
Antonio García Vargas
Me dirijo a vosotros, ustedes. Sí, a vosotros, ustedes, que formáis la primera línea. La avanzadilla del mundo civilizado. Estáis, además, implicados como copartícipes, en un asunto cuya solución depende única y exclusivamente de vuestra buena voluntad política y humana.
Con todo respeto:
Señor Secretario General de la ONU, Mister Ban Ki-moon, Señor Secretario General de UE, Señor Solana. Señor Presidente de USA, Mister Obama. Señor Presidente de España, Señor Zapatero. Señor Presidente de Francia, Monsieur Sarkozy, Señor Presidente de Andalucía, Señor Griñan.
Dicen, dicen --y si lo dicen debe ser verdad- que detrás de todo desorden aparente, hay escondido un orden.
Partiendo de ello, se hace preciso poner sobre la mesa los hechos propiciados tras el acuerdo tripartito de Madrid de 1975.
El Gobierno de España debe asumir sus responsabilidades para con el pueblo hermano que durante tantos años formó parte de su población en la provincia del Sahara español.
Más de 250 ciudades españolas mantienen lazos de hermandad con los núcleos de población saharaui de Tinduf. La solidaridad y apoyo del pueblo español es manifiesta en todos los rincones del país por lo que, sus gobernantes, tienen la obligación de representar el sentir del pueblo, ya que para tal menester han sido elegidos en las urnas.
El Sahara occidental es un territorio ancestral del pueblo saharaui, desde mucho antes de que se apoderara España del mismo en 1885; más antiguo en asentamiento nativo que el propio Marruecos.
La tragedia del pueblo saharaui se resume en pocas palabras:Treinta y cinco años en el más puro exilio desértico, ocupación ilegal y violación sistemática de los Derechos Humanos por parte de Marruecos a los saharauis que no pudieron huir, familias separadas por el muro marroquí de la vergüenza y falta de voluntad política internacional para solucionarlo.
No es un problema civil ni militar, ni siquiera económico o religioso. Tan sólo necesita de la voluntad política internacional; de las Naciones Unidas y de las potencias interesadas, la Unión Europea, España, Estados Unidos y Francia. En sus manos está el evitar un enfrentamiento y, en las nuestras, exigir que lo hagan. Cada cual desde donde le es propio.
No les voy a decir cómo deben hacerlo. Soy poeta, no gobernante. Ustedes saben manejar los hilos de la política y de sus conveniencias. Yo, sólo sé que la conveniencia y lo conveniente --con sus inconvenientes- no siempre discurren por caminos paralelos y que, caso de enfrentarse, sobrevienen a veces bifurcaciones en los valores y la ecuación empieza a oscilar. Viene a ser como la teoría de superficies enfrentada al análisis matemático de la geometría. El vaivén de las posibles decisiones a adoptar quedará siempre descrita por un punto en el plano.
A veces, la melancolía, empuja el alma a buscar el centro de las cosas singulares y, si ese centro está ocupado por el desgarro del sufrimiento humano --como es el caso- tal vez sería conveniente descubrir qué es lo más importante en las relaciones melancólico- matemático-políticas.
Lo analizaré desde un ordenamiento plástico-poético e intentaré obtener una sección áurea que permita ensamblar la luz del verso desnudo con el lado menos obscuro del segmento político. El resto es cosa vuestra, de ustedes.
¡Basta!
El mundo se debate entre espasmos de siglas e indiferencia ética. Mientras, pueblos opresores, mancillan la línea del horizonte.
La distancia que separa el hilo del ojo de la aguja se burla del sonrojo del ocaso.
Allá, tras las piedras que protegen el iris de la bestia, nacen momentos que agonizan de inmediato, sepultados por el manto contemplativo de conciencias deshilachadas.
Se curva la mirada morena, arropada por suspiros de turbante, mientras estrellas crucificadas posan la dolorida mirada en los clavos de otras cruces.
Amargura-paisaje, restos de pieles añejas y tactos imperiales masticando zocos y ubres de cabras.
Despojos de otras lluvias bajo el sol de otros amores de compromiso en lo profundo de las minas. Sonrisas que se borran, abrazos que no hubo y hombres derretidos en el desamparo sahariano.
Perdidos en el vacío de otros vacíos y otros y otros, sin memoria.
Cae la noche, se alza el telón. De espectadora la luna, y la indiferencia humana. Silencio. Muchos silencios.
Ni una voz sobre la duna obscura.
Con las luces del alba se rompe el esperpéntico escenario. Los actores no se mueven, siguen ahí, esperandoel guión que les prometió la ONU decenas, cientos, miles de años atrás.
Barro sobre barro en los rostros de los rostros enmascarados que miran hacia otro lado.
Doble, triple olvido, al calor de satisfechas posaderas. Lejanía. Viejas mañanas tirando a tarde, declinando verbos teñidos en carbones de rojo ausente.
Dominación del hombre por el hambre; primitivos totalitarismos disfrazados en el inhóspito límite de otros espacios fuera de y de qué.
Forclusión a la carta en cocinas poderosas.
Indefinible paradoja entre el aire y la tibieza del espíritu que jamás reposará en lechos de músicas y asombros.
Las palabras caen, se rompen, despedazando verbos corrompidos; asomadas al vértigo de un espejo sin imágenes.
Ojos secos, posados en la armadura antigua y el estómago embotado por el hambre, -la llama de la esperanza habita un remoto lugar donde los vientos no existen-, lamentos enquistados buscando sílabas en el arco de un naufragio psicológico, tejiendo lágrimas circulares-espirales mientras la vanidad del metal rechaza el beso de la brisa y el trazo sufre la contracción muscular de las formas.
Ondea el distintivo dorsal del escualo agazapado tras la procesión de esferas.
Me desnudo en la noche para sentir el calor del hermano y noto erizarse, -crecer y multiplicarse- el vello de mi cuerpo. Mis ojos cobran nueva vida y mi aliento anuda el último grano de arena. Huelo el viento y mi rugido disgrega fragmentos de dunas danzantes. Mis uñas desgarran las sombras y en mis endurecidas piernas sudorosas nace el aullido que hermana noches de otros tiempos en una cópula permanente con mis ancestros
¡Cuando el horizonte se hiela invitando al desaliento descubro que la metáfora que habitamos no tiene pulso!
Al límite de las últimas posibilidades de prórroga de la misión de la ONU en el Sahara Occidental (MINURSO), la situación en el territorio pende de un hilo y la posibilidad de un enfrentamiento es ahora una realidad.
A la ONU, a la UE, a España, a Francia, a USA, a la comunidad internacional en general, se le pide:
- La celebración inmediata del referéndum de autodeterminación del pueblo saharaui prevista en el Plan de Paz aprobado por la ONU y aceptado por las dos partes, única solución justa y duradera del conflicto, en el plazo más breve posible, evitando así el retorno al recurso de la guerra.
- La denuncia del boicot continuo de Marruecos a la celebración del referéndum, y el engaño que supone la llamada "tercera vía", para dar reconocimiento oficial a la soberanía de un territorio que debe someterse a la decisión democrática del pueblo saharaui.
- La denuncia de la violación sistemática de los Derechos Humanos en las zonas ocupadas por la administración marroquí, y la exigencia de la apertura del territorio y el acceso al mismo de comisiones internacionales de observadores que denuncien la estrategia de terror impuesta por el Gobierno de Marruecos con desapariciones de personas, torturas, detenciones ilegales y creación de un clima intimidatorio en la población saharaui de las zonas ocupadas.
- La denuncia de la complacencia y permisividad de la ONU, UE y de las grandes potencias, tolerando al Gobierno de Marruecos el incumplimiento de los acuerdos de paz, la invasión y ocupación ilegal del territorio, la extracción y venta ilegal de recursos naturales de territorios aún colonizados, y propiciando la firma de acuerdos ilegales (entre otros el de pesca, en unos caladeros sujetos a un proceso de soberanía) esquilmando con ello las riquezas de los saharauis.
- Exigencia a todos los Gobiernos del mundo pero sobre todo al Gobierno de España de una implicación real y directa en la solución del conflicto.
- El ruego de que se denuncie la prohibición de la venta de armas a países en conflicto como Marruecos (por parte de España, Francia, Reino Unido, ...), condicionando cualquier ayuda económica o acuerdo comercial con el mismo hasta tanto cumpla las resoluciones de la ONU sobre el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui, y haga respetar los derechos humanos en su propio país.
- El respeto a los legítimos derechos internacionales de la población saharaui, y que se ponga fin a todos estos años de sufrimientos de tantos seres inocentes.
Para vosotros, ustedes, respetuosamente, en Almería, Andalucía, España.
Antonio García Vargas
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