Cuando
el viento de las reivindicaciones sociales, económicas y políticas
llega al mundo árabe, todos asistimos sorprendidos a las reacciones
desesperadas de la población por un lado, y por el otro el de los
gobiernos tratando de salvar “los billetes”, y como no podía ser de otra
forma los “amigos occidentales” observando desde la distancia, tratando
de justificarse por su inacción durante años y su más que aparente
ceguera, Francia busca excusas alegando su perplejidad y jurando y
perjurando que no sabían que hubiera tanto descontento en la región,
Estados Unidos poniendo su cara más amable, dice haber manifestado a los
gobiernos implicados su malestar en reiteradas ocasiones, la unión
europea ni se la ve ni se la espera, todos tratan de lavar su pobre
imagen buscando la pastillita de colores milagrosa, pero hubiera sido
más generoso tener la decencia de reconocer que durante años se estuvo
apoyando y sosteniendo estos regímenes opresores, mientras se buscaba
otros enemigos a miles de kilómetros, Cuba, Venezuela, Bolivia,
Al-Qaeda, Irak, Irán y un largo etc.. (Mejor preguntemos a la
administración americana por su lista del “MAL”).
En el
oriente próximo y en el norte de África, empieza a cundir el ejemplo de
Túnez, y es tan simple como echar un vistazo a los países de la región y
comprobar que la situación de sus ciudadanos es prácticamente la misma
en todos ellos (salvando algunas diferencias), y la pregunta del millón
es ¿quién será el próximo gobierno?, muchos saharauis y españoles creen
que será el gobierno Marroquí, e incluso algunos políticos saharauis así
lo dejan ver. Y si nos atenemos a los hechos actuales hasta parece
posible. Pero creo que es equivocado pensar de esa manera, y explico mis
razones.
Marruecos a diferencia de los demás países
vecinos donde las revueltas están dando sus frutos (a un coste de vidas
elevado), no mantiene un gobierno en el poder de forma vitalicia, el
caso de su monarquía la explicare más adelante.
En
Marruecos se ha revestido a la monarquía de un halo de divinidad cuasi
necesaria para mantener el orden en el país, todas las instituciones de
Marruecos están en la obligación de reforzar esa monarquía feudal que
viste de Armani, por lo que cualquier descontento de la población o de
un sector de la misma, siempre encontrara un culpable por debajo del
escalón del trono alauita, y teniendo en cuenta que en Marruecos los
partidos políticos incluso los de la oposición están férreamente
sostenidos y controlados por palacio, siempre existirá una válvula de
escape y un chivo expiatorio, para evitar culpar al rey o a su
institución.
Consideremos como ejemplo de esto, los
recientes acontecimientos en Gdeim Izik en los territorios ocupados del
Sahara Occidental, en un primer momento las autoridades de ocupación
marroquíes estaban desconcertadas sin saber cómo actuar, una vez
recibida la orden de palacio, el propio ministro de interior marroquí se
desplazó a El Aaiún con el objetivo de desactivar dicho campamento
tratando de lavar la cara de modernidad de Marruecos ofreciendo dialogo y
parcelas de terreno junto a pagas de beneficencia (es bueno recordar
que Marruecos ofrecía terrenos, que según el derecho internacional no
son suyos ya que el Sáhara es un territorio no autónomo pendiente de
descolonización, por lo que el ladrón quería repartir algo de su botín).
Cuando
los manifestantes vieron la vergonzosa salida que les ofrecían,
prefirieron mantener la resistencia pacífica, la respuesta marroquí es
conocida por todos, violencia, persecución y torturas junto a
desapariciones. ¿Realmente alguien cree que esa orden no se dio desde
palacio? Si alguien lo cree, es muy ingenuo, pero cuando la atroz
actuación de los militares y policías marroquíes saltó a la palestra
internacional, el monarca feudal vestido de Armani, busco su chivo
expiatorio en la figura del gobernador Mohamed Guelmouss (pésimo gestor,
y peor gobernador, pero amigo íntimo de Fuad Ali, amigo del monarca
feudal vestido de Armani), el cual fue destituido de su cargo y se le
envió a un nuevo destino en el cual estuvo 20 días antes de ser apartado
de forma definitiva de la palestra pública. Debemos señalar que un
gobernador en Marruecos y en los territorios ocupados por Marruecos
actúa bajo las órdenes del rey y del ministro del interior, lo que
significa que el mismo es la mano ejecutora de palacio. Pero en
Marruecos la institución real es intocable.
Es decir,
pensar que el siroco va a arrasar Marruecos es improbable desde mi punto
de vista, podrá sacudir a algunos cargos políticos, pero la institución
real está fuertemente arraigada como un cáncer incurable en la sociedad
marroquí, caerán cabezas, se reestructuraran ministerios y se tomaran
medidas urgentes, pero el rey es intocable. El palacio real tiene
“enemigos” a quien culpar, POLISARIO, ARGELIA, ISLAMISTAS RADICALES,
RIFEÑOS, DELINCUENTES, CORRUPTOS etc. Toda una batería de enemigos a
quienes culpar de sus males, dirigiendo las energías populares en otra
dirección lejos de palacio.
Minusvalorar al régimen
marroquí y su capacidad de maniobra es un error de cálculo que se puede
permitir el ciudadano de a pie, pero la clase dirigente de nuestro país,
no puede caer en ese error, y menos ventilar esas opiniones a los
cuatro vientos, que perjudicarían a nuestra causa al crear falsas
expectativas entre la población y dañarían la confianza en sus
“previsiones” ya que si no son capaces de diagnosticar algo así, ¿qué
seguridad tendremos de que sabrán capitanear el proceso hacia nuestra
independencia?, son preguntas legitimas que se podrían formular.
No
caigamos en el error de esperanzar a la población apoyándonos en falsas
expectativas, lo correcto es continuar con el programa de acción y solo
modificar la trayectoria en base a hechos concretos, ¿qué se debe
reforzar la presión? si, ¿a Marruecos le rozara el siroco? si, ¿qué es
el momento de pasar a otras acciones más contundentes?, definitivamente
sí, pero no a causa de los movimientos últimos, sino por los
acontecimientos pasados, Aminetu Haidar, Grupo de los 7, Gdeim Izik, y
demás. Que luego los acontecimientos en la región sirvan de catalizador
es otra cuestión, pero no se puede trazar una estrategia de actuación en
base a “los demás”, lo que no hagamos nosotros mismos no lo hará nadie
por nosotros.
Salek Jatri Andala (“El Ninserani”)
Murcia
salekjatri@yahoo.es
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