Desde
que empezaron los bombardeos ha muerto más gente civil que cuando se
enfrentaban a solas los dos bandos, con la particularidad de que las
bombas, incluso las inteligentes (americanas), no distinguen cuando caen
a voleo si este o aquel civil es partidario o no de Gadafi.
Siempre se ha dicho que la primera
víctima de una guerra es la verdad. Cuando fue la del Golfo contra
Sadam nos metieron hasta en la sopa las imágenes de aquel pájaro
embadurnado y atrapado en el petróleo y la de la mujer velada que
solo dejaba ver sus ojos y se presentaba como víctima de la invasión de
Kuwait. Luego se supo que el pajarito no pertenecía a esa guerra, que
esas imágenes fueron tomadas cuando la marea negra de 1989 producida
por el Exxon Valdez en Alaska, y la joven del velo era una profesional
de algún lugar del sur de España pagada para el caso por un conocido
empresario que tenía negocios en Kuwait. Ahora nos vuelven a tomar el
pelo y ya tenemos a no se qué importante personaje americano diciendo
que Gadafi está llevando los cadáveres de un lado a otro para
presentarlos como víctimas de los bombardeos. Sobraba tal esfuerzo para
convencernos pues todo el mundo sabe que las bombas de los buenos no
causan víctimas. En esta guerra no veremos victimas salvo las
trashumantes antes dichas y las 336 del Congreso de los Diputados
víctimas de su propia credibilidad.
Desde el principio se ha visto que ha
sido Francia la que más interés tenía en organizar esta movida y será la
que más beneficios saque de ello; se puede decir que es su guerra. Y
ahí estamos nosotros, de palanganeros en esta aventura, olvidando que
cuando la crisis de Perejil, Francia (Chirac) se puso totalmente a favor
de Marruecos ¿qué demonios pintamos nosotros aquí ahora haciéndole el
juego a Francia?
Todos los políticos del Congreso de los
Diputados (sólo tres excepciones), han manifestado que votaban si por
razones humanitarias pero como ya he señalado en otro artículo conviene
recordar que fue Francia la que en el Consejo de Seguridad vetó que la
misión de la ONU se ocupara de vigilar las violaciones de los derechos
humanos que sufren permanentemente los saharauis y ninguna de las
naciones de esta alianza se opuso a ese veto ¿de qué razones
humanitarias hablan?. Es más, hasta Marruecos que se negó a ir a
Stocolmo a la ceremonia de concesión del Nobel de la Paz al defensor
de los derechos humanos el chino Liu Xaobo, también apoya la guerra de
Libia ¡por razones humanitarias!.
Por Javier Perote
Fuente: SaharaLibre.es
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