Todo esto empezó por la noche, a las 12 de la noche, llegó la policía a mi casa preguntando por la documentación de mi hijo Said, les preguntamos ¿para qué?, nos respondieron que él le había dado una paliza a un policía, nos pidieron su carnet de identidad y nos dijeron que le acompañara uno de la familia, les acompaño su hermano Mohamed. Al día siguiente por la mañana, sobre las 10:00 hs. nos fuimos todos al hospital cuando nos enteramos que nuestro hijo estaba allí ingresado, estuvimos allí en el hospital a las afueras sin que nos dejaran entrar ni hacernos caso hasta que a las 5 y media de la tarde, cansados ya, nos fuimos a casa, luego más tarde, nos vinieron las autoridades y nos pidieron que teníamos que perdonarles, y dijimos ¿perdonarles qué? ¿que le pasó a nuestro hijo? y le dijimos que no sin antes saber lo que le había pasado a nuestro hijo, no vamos a perdonar nada, le han pegado un tiro y encima nos piden que les perdonemos, ¡no es justo!. Desde entonces no sabemos nada y su cuerpo sigue allí en el frigorífico del hospital. Mi hijo es hijo del pueblo saharaui y no voy a permitir que se le haga esto. Al día siguiente me llamó el wali de El Aaiún, Sr. Djil, y nos dio una versión diferente y nos quiso comprar.
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