Nací en 1975 en el Aaiún, Sahara Occidental, y en ese mismo año se produjo la invasión, por lo que no llegué a conocer a la tierra donde nací ni me dieron la oportunidad de poder jugar como cualquier niño en ella. Tuvimos que abandonar nuestras casas huyendo para salvar nuestras vidas ante los ataques de las tropas marroquíes, que bombardeaban con aviones y carros blindados.
Una parte de mi familia lleva más de 36 años viviendo en los campamentos de refugiados saharauis en Tinduf, Argelia, sobreviviendo a un clima extremo, con unas temperaturas que superan los 50 grados de día y de noche pueden bajar hasta --20; sufriendo muchas enfermedades como la diarrea, fiebre, desnutrición entre otras, que causan la muerte de muchos niños y ancianos.
La otra parte de mi familia se quedó en el Aaiún, en territorios ocupados del Sahara Occidental. Viven en una situación de lucha diaria para exigir sus derechos básicos como el del trabajo, la vivienda, la opinión, reunión, asociación y libertad de movimientos como el resto de las sociedades civilizadas.
Este panorama es desolador para todas las familias saharauis y exige soluciones y esfuerzos. Es preciso encontrar una salida a este conflicto para aliviar el dolor, el sufrimiento, la separación y el exilio infinito.
El referendo de autodeterminación sigue siendo una herramienta válida y democrática para recoger el contenido y la reivindicación de las dos partes enfrentadas en este conflicto. No aplicarlo es perpetuar el enfrentamiento y el coste humano de forma indefinida.
La otra parte de mi familia se quedó en el Aaiún, en territorios ocupados del Sahara Occidental. Viven en una situación de lucha diaria para exigir sus derechos básicos como el del trabajo, la vivienda, la opinión, reunión, asociación y libertad de movimientos como el resto de las sociedades civilizadas.
Este panorama es desolador para todas las familias saharauis y exige soluciones y esfuerzos. Es preciso encontrar una salida a este conflicto para aliviar el dolor, el sufrimiento, la separación y el exilio infinito.
El referendo de autodeterminación sigue siendo una herramienta válida y democrática para recoger el contenido y la reivindicación de las dos partes enfrentadas en este conflicto. No aplicarlo es perpetuar el enfrentamiento y el coste humano de forma indefinida.
Salamo Ahmed
Badajoz
Fuente: elperiodicoextremadura.com
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