Durante los pasados días, se han conmemorado los 39 años de la creación del Frente Polisario y de su primera acción armada (10 y 20 de mayo respectivamente). Las celebraciones que han tenido lugar por parte de saharauis y simpatizantes de su causa, se han visto ensombrecidas por las declaraciones de Mustafa Jalfi, portavoz del Gobierno marroquí. Ha pedido oficialmente la marcha de Christopher Ross, enviado especial de la ONU para el Sahara Occidental, porque "no consigue ningún avance verdadero".
"Los comportamientos contrastados de Ross se apartan de las grandes líneas que fueron trazadas por las negociaciones en el Consejo de Seguridad. Por eso, Marruecos decidió retirar su confianza", rezaba el comunicado publicado por el Gobierno marroquí el pasado día 17. Sin embargo, se desprende del análisis tanto de expertos como del realizado en algunos medios de comunicación que las verdaderas razones de este rechazo se deben a cuestiones más concretas.
Por un lado, es la primera vez que en un informe de las NNUU se describe con claridad las intromisiones del Gobierno marroquí en las comunicaciones de la misión de Naciones Unidas en el Sahara Occidental.
En ese documento también hubo un reproche a los obstáculos interpuestos por las fuerzas marroquíes al libre movimiento de los efectivos del contingente de la ONU en ese territorio. Esto unido a la actitud poco beligerante del Sr. Ross, que se ha mostrado más bien pasivo ante la postura marroquí y que informe a informe ha ido minando los intereses de Marruecos — intereses que no se ajustan al derecho internacional—, ha sido una de las razones fundamentales para mostrar públicamente este rechazo.Sin embargo, lo que parece más que posible es la intención de Ross de realizar una nueva visita a la región en mayo de 2012, que incluiría una visita a los territorios ocupados por Marruecos. Esta visita supondría un cambio importante en la mediación de las NNUU a través de su enviado especial ya que, hasta el día de hoy, ninguno de los anteriores enviados han siquiera planteado un viaje de estas características. Los servicios de inteligencia marroquíes poseen datos fiables de las consecuencias que dicha visita podría generar en la población saharaui de los territorios ocupados, muy similares a las que se produjeron en la primera visita de la ONU al territorio, todavía colonia española en aquel tiempo. Es decir, una total adhesión al proceso de autodeterminación y un claro rechazo a las violaciones de los derechos humanos que, diariamente, se siguen produciendo.
La ONU rápidamente ratificó su confianza en el actual enviado, el Sr. Ross. "El secretario general tiene plena confianza en Ross", aseguró el portavoz oficial de la ONU, Martin Nesirky, durante su habitual encuentro con los corresponsales en la sede del organismo internacional en Nueva York. Pero al mismo tiempo, se curó en salud con un escueto comunicado de la oficina del portavoz del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon: "Podemos decir que Ross no tiene planes de viajar a la región en estos momentos". Por dicha razón, los objetivos de las declaraciones del Gobierno marroquí parecen haber tenido el efecto esperado.
Curiosamente, todo esto coincide con un importante cambio de gobierno que influye directamente en la resolución del conflicto, como es el ocurrido en Francia. El nuevo gabinete francés, al mando de Francoise Hollande, tiene como primer ministro a Jean-Marc Ayrault. Ayrault, diputado de la Asamblea Nacional francesa y alcalde de Nantes, firmó una carta el día 31 de marzo de 2011. En dicha carta se desmarca totalmente de la habitual postura francesa y aboga por "permitir a los saharauis expresar libremente su voluntad bajo el control de las organizaciones internacionales"
No se sabe a ciencia cierta si la publicación de esta carta ha tenido que ver o no, pero los movimientos que ha realizado el Gobierno marroquí han sido importantes. El 10 de mayo, el ministro marroquí de Asuntos Exteriores, el Sr. Saad Eddine Al-Othmani, visitó al saliente homólogo francés Alain Juppé. El plato fuerte de la reunión era el conflicto saharaui. Posteriormente, el rey Mohamed VI también realizó una visita “privada”, en la que seguramente tuvieron lugar los primeros contactos informales con el nuevo gabinete francés. El 18 de mayo, el presidente marroquí Abdelilah Benkirán visitó España para reunirse con el rey y el presidente español, Mariano Rajoy. Dicha visita coincidió con las palabras salidas de Francia, que llamaban a una "rápida resolución de las diferencias" surgidas en relación a la cuestión del Sáhara Occidental. El portavoz del Ministerio de Exteriores, Bernard Valero, quien reafirmó el apoyo galo "al plan de autonomía marroquí, que en la actualidad es la única proposición realista sobre la mesa de negociaciones y que constituye una base seria y creíble de una solución en el marco de las Naciones Unidas".
El Frente Polisario y el Gobierno de la RASD calificaron la decisión de Rabat como arbitraria, así como un desafío a la comunidad internacional. Al mismo tiempo, “reiteran su voluntad de continuar apoyando y cooperando con los esfuerzos del secretario general y su enviado personal, Sr. Christopher Ross, para completar el proceso la descolonización del Sáhara Occidental, asimismo lanzan un llamamiento urgente al Consejo de Seguridad para que tome las decisiones necesarias y medidas pertinentes destinadas a salvaguardar y proteger la autoridad de las Naciones Unidas y la credibilidad de su trabajo por la paz en el Sahara Occidental”.
A pesar de conseguir que se aplace la visita de Ross al territorio y de los movimientos varios de la diplomacia marroquí y francesa, se puede considerar como un gesto importante el apoyo del secretario general a su enviado. Quedará por ver hasta cuando.
Fuente: Aish.es
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