Voces del Sáhara

Se cumplen cuarenta intensos años desde que el pueblo saharaui comenzó un proceso, aún pendiente de resolución. De habitar una de las zonas más ricas del mundo, pasaron a exiliarse, a ser perseguidos, y a la pérdida de lo que fue su hogar. Un desierto con fosfatos, estratégicamente perfecto, y en pleno corazón africano, obtiene la demanda económica durante décadas de las grandes potencias mundiales. La política bipartidista entre izquierdas y derechas, en un asunto de derechos humanos, resuena en todo el planeta. Y esta realidad, aleja a este pueblo de un referéndum esperado, acerca y separa permanentemente a la orilla marroquí y saharaui, en una contienda electoral, sobre independencia o autonomía. Durante años, han nacido bebes, nueva savia, que tristemente hereda un conflicto, bajo dos banderas: Marruecos y El Sahara. Si hay algo que preocupa es el censo envejecido del año 74, que incide directamente sobre cualquier proceso democrático a futuro. Se esgrime en primer lugar la necesidad de ejecutar el dictamen de la Minurso y decidir libremente sobre el régimen político del Sahara. En cuanto se convoque este referéndum, se levantaría ipso facto la duda sobre la fiabilidad sobre el censo electoral. ¿Pero dónde están las cifras censales actuales? ¿Están todos los niños censados? Esto es lo preocupante. Desaparecidos cerca de 500 saharauis, presos torturados, muertos en ambos bandos, y un hastío en el tiempo, mientras en los pasillos de la Casa Blanca, se escucha el último informe del Relator de la ONU, informando sobre violación de derechos humanos en el Sahara. Hay duelo en ambas banderas.

Y esto, nos duele a todos. Razones y política. Intereses y pactos ocultos. Un sin fin de tropelías que ya dura demasiado tiempo. El mapa económico mundial podría cambiar radicalmente si el Sahara se independiza. Los saharauis negociarían directamente sus recursos. O Marruecos sería el gestor, si el Sahara tuviera tratado autonómico. Algunos canarios preparan actos prosaharauis mientras otros canarios, invierten en Marruecos.

Fuente: eldia.es

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