¡SAHARAUI, SAHARAUIA, EIDA FEIDAK LILHURRIA! (tu mano junto a la mia hasta la libertad) ¡Rompamos el bloqueo informativo. Derribemos el Muro de Silencio! ¡LABADIL, LABADIL, AN TAGHRIR ALMASSIR! (No hay otra opcion que la autodeterminación)

EL SÁHARA DE LOS OLVIDADOS اِل ساارا دي لوس اُلبيدادوس




"Háblale a quien comprenda tus palabras"
"Kalam men yafham leklam"

Junio, mes de Mártires

Imagen: NUNCAESTARANSOLOS.BLOGSPOT.COM.AR
En esta ocasión quiero hablarte de una gran mujer que entró en la historia por su compromiso con la independencia de su pueblo. Un compromiso llevado a su máxima consecuencia: dar la vida. Aunque no cayó en el campo de batalla, para los saharauis y el F. POLISARIO es una mártir con todo el rigor que supone el martirio: morir luchando por la independencia de su pueblo.
Desgraciadamente, la perdimos a causa de un cáncer que no le permitió seguir disfrutando de lo que más le gustaba: portar el uniforme del Ejército de Liberación Popular Saharaui.
Era una de las primeras pocas sanitarias que había formado el gobierno español en el Sahara; en realidad no fueron más de cinco y, fundamentalmente, comadronas.
Se incorporó al Ejército de Liberación Popular Saharaui, de los primeros movilizados, en el año 1975.
Tuve la suerte de encontrarme con ella en Hausa, allá por el mes de diciembre, junto con un grupo de combatientes. Creo recordar entre ellos, a los mártires Zel Aliya y Alkararat (son sus apodos), otros dos leones en el combate. Estaban enfrascados en retener a una columna del ejército marroquí que avanzaba para capturar a las cientos de familias que llegaban huyendo de esas huestes. A la vez que no eran muchos, acondicionaban a los recién llegados con los pocos medios de que disponían. Básicamente algunas latas de leche, unos cuantos kilos de dátiles y agua. Eran sus provisiones. Recuerdo con orgullo, que ella me preguntó si mi compañero y yo llevábamos algo de alimentos. Y con mucha pena tuve que decirle la verdad. No. Solo unas latas de sardinas, apenas un kilo de dátiles y dos paquetes de leche en polvo y aún teníamos que regresar a Gleibat El Fula. Aun así dejamos casi todo.
Sidammi Efkeinich, no tenía nada que envidiarles a los hombres, junto con los que combatía. Era fuerte, robusta y decidida y una peculiaridad en aquellos tiempos: ¡Una mujer portando fusil, metida en el combate y no en la retaguardia!

Participó en muchas afrentas contra el ejército marroquí. Curó a muchos heridos en plena batalla.
Sus dos hermanos, los mártires Abdati y Abba, también sacrificaron sus vidas por la independencia del Sahara. Toda una familia de entregada a la causa. ¡Como para que los saharauis aceptemos una autonomía!

N. de R.: Lamentablemente, no contamos con imágenes de la mártir. Si alguien posee alguna, le rogamos que nos la facilite para incorporarla al artículo del Sr. Bachir Lehdad Dadda. Desde ya, muchas gracias. VSOA.

Por Bachir Lehdad Dadda


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