Caliente mañana porteña de diciembre. Tal vez porque el azar lo determinó, me encuentro con Salem Bachir, representante de la República Árabe Saharaui Democrática, en el café Casablanca, a metros del Congreso Nacional. En medio de tanta gente, puedo adivinar que es él simplemente porque muestra una sonrisa de bienvenida, como si estuviera en su hospitalario país. Para iniciar el diálogo le cuento que vivo en una ciudad, Berisso, en la que conviven en paz y armonía infinitas culturas y colectividades. Luego le obsequio la bandera que identifica a nuestra ‘patria chica’ y comienza la entrevista.
-¿A quién representa usted exactamente?
-Soy representante del Frente Polisario de la República Saharaui Árabe Democrática. Tengo 59 años de edad y he nacido en El Aaiún, capital de la RASD, a metros de la famosa fuente Ain.
-¿Cómo fue su infancia?
-Como la de cualquier saharaui, escuchando relatos de nuestros mayores, aprendiendo de mi madre que fue mi primer maestra y me enseñó a leer y escribir. Luego fui a la escuela secundaria y a la Universidad. El 10 de mayo de 1973 ingresé al Frente Polisario, en la búsqueda de la independencia de nuestro país.
-¿Cómo está compuesta su familia?
-Tengo 5 hermanos, pero la invasión marroquí nos separó y luego de 29 años nos pudimos reencontrar. Crucé el Muro escoltado por los cascos azules de la ONU, ya que resulta imposible pasar sin la intermediación de las Naciones Unidas. Marruecos hizo el Muro de cal y canto y fue minado en toda su extensión de 2.600 kilómetros, lo que la convierte en el más extenso del mundo.
-¿Cómo surgen los primeros gritos de libertad?
-A fines de los años sesenta nos empezamos a organizar, establecimos un sistema de comunicación que servía para informarnos también, porque el régimen franquista trataba que careciéramos de información. Así fue que el 17 de junio de 1970 realizamos la primera protesta, en donde fuimos brutalmente reprimidos por los mercenarios de la Legión Española y nuestro líder Mohamed Basir Ibrahim fue detenido y torturado. Hoy se encuentra desaparecido y es nuestro emblema de libertad.
-¿Cuál era la edad promedio de quienes ingresaban al Frente?
-Entre los 14 y 16 años, Influía mucho que hablábamos con amigos de la revolución en África y de los padres de esa insurgencia. También hablábamos de la guerra de liberación de Argelia y eso produjo que desde muy jóvenes empezáramos a deliberar, a pensar, a investigar, a sentir nuestra independencia, Tal vez de esta manera habíamos encontrado la manera de buscar la libertad de la nación saharaui. También la resolución de la ONU, aprobada el 14 de diciembre de 1960, nos permitía tener el derecho, como todos los pueblos sometidos a la opresión colonial, a la autodeterminación. Esta resolución dio como resultado que decenas de países del continente africano pudieran ser libres. Desde entonces con muchos de aquellos amigos seguimos militando en la búsqueda de libertad para nuestra patria, aunque algunos cayeron en el campo de honor.
-¿Cuál es su misión en Argentina?
-Argentina se convirtió en un verdadero símbolo en la defensa de los derechos humanos y en la resistencia pacífica. Hay que tener en cuenta que las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo son un ícono en todo el Universo. La Argentina mantiene un fuerte liderazgo en todo el Mundo respecto de los Derechos Humanos. Por eso estamos aquí para pedirles a los argentinos a que nos den una mano en nuestros justos reclamos. Pero también la Argentina es la tierra del ‘Che’ y él ha inspirado muchos movimientos revolucionarios en América Latina y en África. El ‘Che’ también es un símbolo universal; incluso los jóvenes saharauis desde muy temprana edad lo toman como un ejemplo de la lucha revolucionaria, a tal punto que muchas veces cantan ‘Todos Seremos como el Che’…
-¿Que incidencia tiene Cuba en la RASD?
-Mucha, porque siempre están colaborando, son muy solidarios con nosotros. Es más, muchos de nuestros hijos se educan en La Habana y cuando se gradúan en la Universidad regresan a nuestro país, para seguir forjando junto a sus mayores, la liberación nacional. Además los cubanos nos apoyan constantemente desde su Cancillería acompañando nuestros reclamos independentistas. Fidel Castro siempre de una u otra manera ha colaborado con nuestra causa, desde que gritamos por nuestra Independencia. Y es uno de los 25 países latinoamericanos que nos reconocen como Nación… como Estado. Estamos esperando que Argentina se pueda sumar a estas naciones, en el reconocimiento de libertad de los saharauis.
-¿Cuántos campamentos de refugiados saharauis existen en la actualidad?
-Actualmente hay unos doscientos mil refugiados saharauis que viven en cinco provincias (Dajla, Smara, Auser, Aaiún y Tinduf) pero también en algunos otros centros administrativos. Vivimos gracias a la ayuda internacional que recibimos de Europa, del pueblo español, quien juega un papel muy importante y solidario. Tal vez sienten una deuda moral dado que España nos abandonó a nuestra suerte, porque los gobiernos de turno españoles quisieron quedar bien con dios y con el diablo, apoyando con la palabra a los saharauis, pero en los hechos a Marruecos. Argelia es un gran aliado, como Sudáfrica, o Nigeria. No olvidemos que África juega un papel primordial en la defensa de la causa saharaui. Nuestro país es miembro fundador de la Unión Africana, mientras que Marruecos por su conducta colonial fue expulsado, por haber violado los principios básicos de esta organización diplomática.
-Por último: ¿Qué rol ocupan las mujeres saharauis en su nación?
-Luchan al lado nuestro desde un principio y sufren como nosotros la opresión. Una característica importante que se da en el pueblo saharaui es que la mujer no sufre violencia de género. Si alguien cometiera un delito contra una mujer inmediatamente sería desterrado. Sin embargo por parte del país que ocupa nuestro territorio (aludiendo a Marruecos) la realidad es totalmente distinta, porque nuestras mujeres sufren a diario distintas vejaciones, son torturadas, violadas y acusadas de crímenes qué nunca cometieron…
Finalmente nos despedimos de Salem Bachir, que nos desea una feliz Navidad. Él parte hacia la República Saharaui Árabe Democrática, la patria polisaria depredada, de ricos recursos económicos pese a estar enclavada en pleno desierto. Una patria con pocos habitantes (sólo doscientos mil o un poco más) cuya dimensión geográfica no supera la extensión del asteroide B 612, el planeta de El Principito, que ‘se fue’ o murió en el Sahara. Tal vez eso no importe. Seguramente lo más importante es que un día, el mundo entero reconozca su libertad, sumándose a los 82 países que ya lo hacen, incluyendo 25 en América Latina. Tal vez entonces la rosa crezca en el desierto y no sea necesario nadie que la custodie, ni muros que la rodeen…
Por David Cejas
Fotos: Andrea Pascua
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