¡SAHARAUI, SAHARAUIA, EIDA FEIDAK LILHURRIA! (tu mano junto a la mia hasta la libertad) ¡Rompamos el bloqueo informativo. Derribemos el Muro de Silencio! ¡LABADIL, LABADIL, AN TAGHRIR ALMASSIR! (No hay otra opcion que la autodeterminación)

EL SÁHARA DE LOS OLVIDADOS اِل ساارا دي لوس اُلبيدادوس




"Háblale a quien comprenda tus palabras"
"Kalam men yafham leklam"

Violación de derechos

La violación de los Derechos Humanos en los territorios ocupados por el régimen marroquí es el pan de cada día. Si en un primer momento de la ocupación este pueblo fué sometido a un genocidio en toda regla, hoy persisten las desapariciones de activistas, las detenciones arbitrarias, la tortura o la falta de garantías ante la Policía y ante los tribunales, mientras continúa la persecución con juicios penales de marcado perfil político contra líderes saharauis y defensores de los derechos humanos. Sin embargo, es una realidad que está ausente de los medios de comunicación, que tampoco se hacen eco de las huelgas de hambre que están llevando a cabo los presos políticos saharauis, ni del paradero de las más de 500 personas desaparecidas, ni de las 151 prisioneras de guerra. Ni del provocado desempleo de la población saharaui, que les lleva vivir en la pobreza.

La organización Human Rights Watch (HRW) ha legitimado las denuncias de violación de los Derechos Humanos de las y los saharauis. En un Informe sin medias tintas, afirmó que en el Sáhara Occidental se reprimen habitualmente la libertad de expresión y el derecho a la libertad de reunión y asociación de quienes defienden la autodeterminación del pueblo saharaui y sus derechos humanos. "Las fuerzas de seguridad detienen arbitrariamente a manifestantes y presuntos activistas saharauis a los que golpean, torturan y obligan a firmar confesiones policiales incriminatorias, todo ello con virtual impunidad; y los tribunales los condenan y envían a prisión mediante procesos injustos". El informe tiene una gran importancia por su rigor y por la solvencia de la ONG internacional de la que nace, pero también porque los intentos de poner negro sobre blanco la posible violación de derechos humanos en este conflicto son escasos ya que suelen ser torpedeados.
Y es que, cuando se habla del régimen marroquí, hay que olvidarse de hacer análisis con mentalidad occidental. Hay que partir de la base de que Mohamed VI gobierna su país con planteamientos más propios de la Edad Media. Es soberano absoluto de todo lo que acontece en este territorio. En Marruecos se obtiene la ciudadanía mientras a la persona se le considere súbdita del Rey, de lo contrario, su suerte siempre será adversa. En especial, además, si se es saharaui, un pueblo que ni antes ni ahora se ha considerado súbdito del monarca alauita. De hecho, la integridad territorial que tanto defiende el régimen marroquí no tiene ningún valor para el pueblo saharaui. Como dice el líder saharaui Bachir Ahmed Omar "no somos marroquíes, somos saharauis. Si lo que pretenden es que reconozcamos que el Sáhara Occidental, nuestro país, es parte de Marruecos van por el camino equivocado. Aunque los voceros del régimen defienden la marroquinidad del Sáhara, mienten. Ni la misma comunidad internacional reconoce la soberanía marroquí sobre el territorio y hay cientos de documentos que lo certifican. Las resoluciones de la ONU hablan de territorio no autónomo pendiente de descolonización. Queda claro que la última palabra la tiene el pueblo saharaui, es solo él quien debe decidir su futuro". "Ya el Tribunal Internacional lo certificó en 1975 -prosigue Ahmed Omar- el Sáhara Occidental nunca formó parte del reino de Marruecos ni del conjunto mauritano, por lo que nada impide el derecho de autodeterminación de este pueblo. Y los saharauis sabemos que en la historia de nuestro pueblo nuestros antepasados nunca rindieron pleitesía a los sultanes de Marruecos. No es nuestro país y lo decimos claramente". "Acusamos a Marruecos de ocupar nuestro territorio, de construir un muro que divide nuestro país, de perseguir y torturar a nuestros ciudadanos, de encarcelar impunemente a nuestra juventud, de reprimir cualquier acto de protesta, de indocumentar a los activistas pro derechos humanos, de expoliar nuestras riquezas, de trasladar colonos hacia nuestras ciudades, de expulsar a saharauis de renombre internacional, de prohibir la visita de delegaciones internacionales, de no permitir el trabajo de los periodistas no afines al régimen… ", afirma Omar.
La resistencia pacífica de la población saharaui en los territorios ocupados por Marruecos, y el esfuerzo de supervivencia y cohesión en los campamentos y en las zonas liberadas parecen avalar sus palabras y demuestran la determinación que aún se mantiene firme entre los saharauis por defender su independencia.
No obstante, tras 35 años de espera a las soluciones diplomáticas, la paciencia de este pueblo se está agotando. La ONU acaba de adoptar una decisión por la que se rebajan las competencias de tutela de los derechos humanos de la ya por si incompetente MINURSO y cada vez son más las voces saharauis que claman ante su Gobierno por la vuelta a las armas para resolver el conflicto. Nadie quiere que esto suceda. Sin embargo, tampoco nadie podrá hacer responsable al pueblo saharaui de lo que sería una tragedia anunciada, tras años de espera pacífica y confianza en la negociación auspiciada por la ONU.

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