Contra la agresión, silencio. Contra los gritos, silencio. Contra las amenazas, silencio. Decenas de saharauis se manifestaron en El Aaiún con la boca tapada con cinta adhesiva ante la atenta mirada de casi un centenar de policías. (Habrá más información)
Después de las agresiones del miércoles, los activistas saharauis decidieron protestar en silencio. Hacerlo con la voz del alma, con la respiración y nada más. Los observadores españoles volvieron a acompañar a los saharauis para cerciorarse de que no volvía a haber descarga de violencia y así fue. Hubo algunos altercados en los alrededores de la vivienda de acogida, pero por una decisión consensuada, la delegación saharaui y todos los acompañantes hicieron el tránsito desde el aeropuerto a la vivienda en el más pulcro silencio, que en el Sáhara Occidental, impresiona aún más.
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