La
cruel intervención militar al campamento de la dignidad ha de
desenmascarar, lo que ha estado planteado por el Ministro del Interior y
sus verdugos, en todo el tiempo que ha estado en el Aaiún obedeciendo a
las órdenes del monarca.
Nada de prensa, ni observadores
internacionales, que puedan ser más tarde testigos de este crimen
proyectado contra un pueblo indefenso. Parece que todo estaba meditado
para cometer esta masacre, utilizando la forma más inhumana de violencia
sin correr sangre, escogiendo la vía de la horca.
Por
este bloqueo informativo y por las pocas noticias confusas que llegaban
del lugar, nosotros también hemos cometido el error de mandar a los
bomberos donde no había fuego. Empezamos a hablar de centenares de
muertos, algo que ha convertido la tortura, el saqueo, las violaciones,
en un segundo plano para los que han estado siguiendo los
acontecimientos, pero además, también debemos aprender que en algunos
momentos no es necesario precipitarse, y la mejor forma de hacer llegar
la información es cuando es relevante y conmensurada.
Supongamos
que Marruecos y sus aliados, Francia y España, a los que ha visitado su
ministro de exterior Tiyeb L., unos días antes del asalto, le
recomendaron la necesidad urgente de desmontar el campamento de esta
forma, sin el uso de armas, para evitar un mayor interés de intervención
de parte de la comunidad internacional para investigar este crimen,
algo que puede perjudicar a Marruecos a nivel internacional.
El
discurso del monarca, unos días antes del asalto al campamento, como
sabemos ha introducido nuevos elementos a su viejo y nuevo discurso. Por
primera vez habla de los territorios liberados, incluso en el mismo día
de las negociaciones, da la orden del asalto al campamento, parece que
tenía una hoja de ruta, basada en los cuatros nuevos elementos de su
discurso, eliminar el campamento, para incitar al POLISARIO a abandonar
las negociaciones, y en segundo lugar provocar una reacción de
desobediencia por parte de nuestro ejército, para poder contar con el
argumento de que somos nosotros los que hemos abandonado el cese del
fuego, y será un pretexto suyo para hacer una invasión militar
desprevenida a los territorios liberados. Pero con la valiente reacción
de nuestro pueblo en la Aaiún, y también con la otra elección de parte
de nuestro pueblo, donde una vez más ha demostrado que somos nosotros
mismos los que manejamos nuestra agenda política y militar a la hora de
la toma de decisiones, y no en base de sus provocaciones. Con estos
hechos, el monarca y su régimen perdieron totalmente los papeles, y aún
más con la condena internacional sin precedencia encabezada por la
resolución de la UE.
A nivel internacional, Marruecos ha
invertido una cifra importante de dinero con el fin de hacer creer sus
mentiras basadas en la injuria y la crispación contra Argelia y el
POLISARIO, como fracasó hace dos meses en planificar su contraataque a
la Intifada, enviando al traidor Muostafa, ex dirigente saharaui a los
campamentos a organizar actividades pro marroquíes, como se ha fracasado
también en hacer creer que los defensores y activistas de derechos
humanos simpatizantes del POLISARIO son pocos, pero el propio campamento
les ha demostrado que los más de 20 mil personas también son Aminatu,
Ali Salem y Mohamed Dadah Ext., al final parece que el sol del desierto
ha iluminado sobre la verdad que siempre ha pretendido ocultar este
régimen. Este campamento hoy en día ha dejado totalmente descartada la
propuesta de autonomía que propone Marruecos a los saharauis, y que solo
la independencia es la garantía de la libertad y el desarrollo de
nuestro pueblo.
No hay duda, de que a partir del
campamento de la dignidad, hay un antes y un después en nuestra lucha,
pero también creo que es el momento de que cada uno de nosotros haga su
análisis a los acontecimientos. La famosa huelga de hambre de la
activista saharaui Aminatu Haidar y las reivindicaciones del campamento
de la dignidad, no dejan de ser unos hechos consumados que pueden
alimentar esta resistencia, pero mientras no hay una fuerza militar y un
arsenal saharaui capaz de intervenir cuando es necesario y que
Marruecos lo tiene en cuenta, jamás habrá una garantía de este
referéndum, al que hemos optado por el cambio de la consigna “con el
fusil arrebataremos nuestra libertad”, algo con el tiempo que nos ha
costado muy caro, abandonar la idea principal, por los que hemos
abandonado las armas, a llegar al límite de sentar en las negociaciones
sólo para que se acepte nuestra propuesta, después de que hemos aceptado
incluso una propuesta suicida que era el Plan Baker, ahora parece que
ni plan Baker ni el referéndum son aceptables por Marruecos.
Hoy
en día es incuestionable ir a las negociaciones sin contar con un
ejército preparado entrenado, listo de operar en cualquier momento
necesario, por más razones y argumentos legales que podamos tener a la
hora de las negociaciones, porque se ha demostrado que la razón sola no
basta, en este juego político.
Con este ritmo con el que
vamos parece que el tiempo nos sobra, y poco a poco nos olvidamos de que
los años, van pasando, como pasó sin darnos cuenta el último congreso
realizado en Tifariti. De aquí a un año llegará la fecha del próximo
congreso donde debemos decidir de una vez todo. Será el verdadero
momento y la herramienta para decidir si estamos conformes con la labor y
la situación en general.
Parece que hemos quedado con la
sensación de la impotencia y la debilidad en reacción en muchas
ocasiones, y además, a medida que vamos conociendo los resultados de las
negociaciones, nos damos cuenta de que parece que estamos buscando la
esquina de la casa redonda, en otras palabras, lo imposible, porque con
este régimen sólo vale una cosa. Con el fusil arrebataremos nuestra
libertad.
Atentamente:
Brahim Cheij Breih
Un ciudadano Saharaui
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