"La Revolución del Jazmín en Tunez está sacudiendo los cimientos de las sociedades y de los regimenes árabes. El contagio ya ha prendido en Egipto, Jordania y Yemen, y ha llegado a Marruecos. El Palacio Real parece decidido a dar un paso importante para resolver la cuestión del Sahara Occidental en previsión de posibles disturbios. Ante el atasco de las negociaciones y la reticencia de la comunidad internacional a reconocer el hecho consumado de la ocupación marroquí del Sahara Occidental, Rabat quiere volver al Plan Baker"
El jefe del espionaje marroquí, Mohamed
Yassin Mansuri, uno de los hombres de máxima confianza del rey Mohamed
VI, habría mantenido una reunión a comienzos de enero con altos
responsables del Frente Polisario en las Palmas de Gran Canaria. El
objetivo de la misma, que se produjo días antes de que las dos partes se
encontrasen de nuevo en Manhasset el 22 y 23 de enero para «
negociaciones informales » apadrinadas por la ONU, habría sido la de
presentar a los independentistas saharauis un nuevo « plan » para
resolver el conflicto que dura ya más de 35 años, según informaciones
publicadas por la revista especializada « Maghreb Confidencial », y no
desmentidas por el gobierno alauita.
Según estas filtraciones, Marruecos estaría de acuerdo en
volver al Plan Baker aunque con ligeros retoques. A cambio de que el
Polisario renuncie definitivamente a la llamada « República Arabe
Saharaui Democrática », proclamada en el desierto argelino de Tinduf en
1975 y reconocida por decenas de países pero no por las Naciones Unidas
ni las principales organizaciones internacionales, Rabat se mostraría
dispuesta a aceptar el esquema que en su dia planteó el exSecretario de
Estado norteamericano James Baker : la puesta en marcha de un periodo
transitorio de 8 años en vez de 5 como anteriormente, bajo un gobierno
autónomo del Sahara elegido por sufragio universal por la población
residente en la excolonia española, al término del cual se organizaría
un Referéndum de autodeterminación de la población saharaui. Este plan
ya fue aceptado por las dos partes beligerantes en el pasado, pero
cuando llegó al trono Mohamed VI desconfió del mismo y terminó por
cuestionarlo.
El gobierno de transición en este caso tendría « competencia
exclusiva en materia de gestión local, presupuesto del territorio,
asuntos tributarios, desarrollo económico, seguridad interna,
cumplimiento de la ley, bienestar social, temas culturales, educación,
comercio, transporte, agricultura, minería, pesca, industria, medio
ambiente, vivienda y desarrollo urbano, agua y electricidad y caminos e
infraestructura básica de otro tipo », tal como se concibió el Plan
Baker II.
Durante la fase de transición que prevé este nuevo Plan, los
independentistas del Frente Polisario y la población refugiada en los
campamentos de Tinduf podrían volver al Sahara Occidental. Los militares
del Ejército Popular de Liberación Saharaui constituirían « patrullas
mixtas » con las Fuerzas Armadas Reales de Marruecos para la vigilancia y
el control de las fronteras.
Esta nueva propuesta marroquí iría un poco más lejos que el
plan de autonomía presentado por Rabat en 2007, y se situaría a medio
camino entre el proyecto autonomista y el Plan Baker tal como lo diseñó
el negociador norteamericano y que fue aprobado en diciembre de 2003 por
el Consejo de Seguridad de la ONU en la Resolución 1495.
Fuente: Sahara Today
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