"¿El ex enemigo de Marruecos se prepara para bajar las armas?", se pregunta el portal de información marroquí 'Yabiladi' en referencia al presidente del Gobierno español, el 'popular' Mariano Rajoy, que viajará al reino alauí este miércoles en su primera salida oficial al extranjero desde que fue investido. Una visita en la que será recibido por su homólogo, el islamista del Partido Justicia y Desarrollo (PJD)Abdelilah Benkirane, y en la que se prevé también un encuentro con el rey Mohamed VI.
Ambos mandatarios han sido elegidos en las urnas de sus países recientemente y han formado Gobierno casi de forma paralela en el tiempo. Y ambos estrenarán juntos su agenda de política exterior. "Todo apuntaba a que el primer viaje de Rajoy sería a Bruselas para abordar la grave crisis económica que atraviesa España, pero al final se ha decantado por Marruecos, lo cual es una clara carta política" con el país vecino. Así lo valora en declaraciones a ELMUNDO.es Abdeslam Bouteyeb, presidente del Centro por la Memoria Histórica y el Porvenir, centrado en las relaciones bilaterales entre España y Marruecos.
Con este viaje Rajoy preserva la tradición de los presidentes españoles que, desde que lo hiciera Felipe González, han inaugurado siempre con el reino alauí su agenda de encuentros internacionales.
La cita entre Rajoy y Benkirane servirá para medir el ambiente de las relaciones entre ambos países después de que el ascenso del Partido Popular (PP) al Gobierno en España generase cierta inquietud en las esferas políticas marroquíes. No en vano, la época en la que José María Aznar llevó las riendas del Ejecutivo español fueron años de intensos conflictos con Marruecos, como la toma del islote de Perejil por Marruecos en 2002 y la posterior intervención del Ejército español.
Entre otros, Rajoy y Benkirane abordarán el dossier del terrorismo y el secuestro de los dos cooperantes españoles en los campamentos de refugiados de Tinduf (Argelia) el pasado octubre, para cuya resolución Marruecos mostró su disposición a colaborar.
Además, otro de los temas que estarán sobre la mesa serán las relaciones del reino alauí con la Unión Europea (UE), que no atraviesan su mejor momento desde que el Parlamento Europeo (PE) votase en diciembre en contra del acuerdo de Pesca. Entre otras razones, porque comprende la zona afectada las aguas del Sahara Occidental, territorio pendiente de descolonización que se disputan Marruecos y el Frente Polisario desde hace más de tres décadas.
Precisamente el Sahara Occidental es otro de los asuntos que nunca faltan en el menú de las relaciones bilaterales entre ambos países, un expediente en el que el Partido Popular apuesta por laautodeterminación del pueblo saharaui, mientras que el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero veía con simpatía el Plan de Autonomía que Marruecos propone para la zona en Naciones Unidas (ONU).
Con este viaje Rajoy preserva la tradición de los presidentes españoles que, desde que lo hiciera Felipe González, han inaugurado siempre con el reino alauí su agenda de encuentros internacionales.
La cita entre Rajoy y Benkirane servirá para medir el ambiente de las relaciones entre ambos países después de que el ascenso del Partido Popular (PP) al Gobierno en España generase cierta inquietud en las esferas políticas marroquíes. No en vano, la época en la que José María Aznar llevó las riendas del Ejecutivo español fueron años de intensos conflictos con Marruecos, como la toma del islote de Perejil por Marruecos en 2002 y la posterior intervención del Ejército español.
Entre otros, Rajoy y Benkirane abordarán el dossier del terrorismo y el secuestro de los dos cooperantes españoles en los campamentos de refugiados de Tinduf (Argelia) el pasado octubre, para cuya resolución Marruecos mostró su disposición a colaborar.
Además, otro de los temas que estarán sobre la mesa serán las relaciones del reino alauí con la Unión Europea (UE), que no atraviesan su mejor momento desde que el Parlamento Europeo (PE) votase en diciembre en contra del acuerdo de Pesca. Entre otras razones, porque comprende la zona afectada las aguas del Sahara Occidental, territorio pendiente de descolonización que se disputan Marruecos y el Frente Polisario desde hace más de tres décadas.
Precisamente el Sahara Occidental es otro de los asuntos que nunca faltan en el menú de las relaciones bilaterales entre ambos países, un expediente en el que el Partido Popular apuesta por laautodeterminación del pueblo saharaui, mientras que el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero veía con simpatía el Plan de Autonomía que Marruecos propone para la zona en Naciones Unidas (ONU).
Recelo
No hay que olvidar tampoco los resquemores de Marruecos con el PP después de que tras el desmantelamiento en noviembre de 2010 delcampamento de protesta saharaui de Gdeim Izik (que se levantó a pocos kilómetros de El Aaiún, capital administrativa del Sahara Occidental), este partido se mostrara favorable ante el PE de adoptar una resolución que denunciase dicha operación.
Una postura que desembocó en una manifestación contra los 'populares' que llenó de eslóganes contra este partido las calles de Casablanca, atiborradas de ciudadanos convocados incluso a través de SMS que envió a todos a sus abonados una compañía de telefonía marroquí.
"España y Marruecos son dos países vecinos y amigos, con una relación histórica que viene de lejos, y nuestra relación común está muy por encima de las crisis coyunturales", asegura Idriss Al Azami, ministro delegado del Departamento de Economía.
"Queremos mantener buena sintonía con el Gobierno de Rajoy y reforzar la cooperación cultural, política, económica, comercial, social, en materia de seguridad o en políticas migratorias", continúa.
Abdelilah Benkirane, jefe del Ejecutivo marroquí, también lo tiene claro."España y Marruecos están obligados a entenderse", señaló después de que su partido ganase las elecciones, aunque –dijo- "con Rajoy será más difícil; por lo que sé, es un tipo duro con este país".
Abdeslam Bouteyeb, del Centro de la Memoria Histórica y el Porvenir, considera además que el nuevo ministro local de Asuntos Exteriores, Saad Eddine El Othmani, "es un hombre abierto, de debate, con el que será fácil establecer buenas relaciones; es necesario porque los dos países estamos en la misma barca y no es una cuestión sólo de sardinas y tomates".
Bouteyeb se refiere así tanto al acuerdo de Pesca, que el PP ha pedido que se retome, como al cumplimiento del acuerdo hortofrutícola con Marruecos en materias como los precios de entrada al territorio comunitario y los contigentes.
El 3 de enero el Ejecutivo español denunció ante la Comisión Europea precisamente el incumplimiento del reino alauí en las cuotas de importación, lo que consideran que genera situaciones de competencia desleal.
A pesar de las incertidumbres sobre la llegada del PP al poder y el trato que reservarán a Marruecos, las relaciones Marruecos y España con el Gobierno socialista también atravesaron momentos críticos. Por ejemplo, la visita de los Reyes a Ceuta y Melilla en 2007, que desembocó en la llamada a consultas del embajador marroquí en España; la crisis por la expulsión de la activista Aminetu Haidar desde el Sahara Occidental a Lanzarote, o los conflictos con la frontera de Melilla en el verano de 2010.
Una postura que desembocó en una manifestación contra los 'populares' que llenó de eslóganes contra este partido las calles de Casablanca, atiborradas de ciudadanos convocados incluso a través de SMS que envió a todos a sus abonados una compañía de telefonía marroquí.
"España y Marruecos son dos países vecinos y amigos, con una relación histórica que viene de lejos, y nuestra relación común está muy por encima de las crisis coyunturales", asegura Idriss Al Azami, ministro delegado del Departamento de Economía.
"Queremos mantener buena sintonía con el Gobierno de Rajoy y reforzar la cooperación cultural, política, económica, comercial, social, en materia de seguridad o en políticas migratorias", continúa.
Abdelilah Benkirane, jefe del Ejecutivo marroquí, también lo tiene claro."España y Marruecos están obligados a entenderse", señaló después de que su partido ganase las elecciones, aunque –dijo- "con Rajoy será más difícil; por lo que sé, es un tipo duro con este país".
Abdeslam Bouteyeb, del Centro de la Memoria Histórica y el Porvenir, considera además que el nuevo ministro local de Asuntos Exteriores, Saad Eddine El Othmani, "es un hombre abierto, de debate, con el que será fácil establecer buenas relaciones; es necesario porque los dos países estamos en la misma barca y no es una cuestión sólo de sardinas y tomates".
Bouteyeb se refiere así tanto al acuerdo de Pesca, que el PP ha pedido que se retome, como al cumplimiento del acuerdo hortofrutícola con Marruecos en materias como los precios de entrada al territorio comunitario y los contigentes.
El 3 de enero el Ejecutivo español denunció ante la Comisión Europea precisamente el incumplimiento del reino alauí en las cuotas de importación, lo que consideran que genera situaciones de competencia desleal.
A pesar de las incertidumbres sobre la llegada del PP al poder y el trato que reservarán a Marruecos, las relaciones Marruecos y España con el Gobierno socialista también atravesaron momentos críticos. Por ejemplo, la visita de los Reyes a Ceuta y Melilla en 2007, que desembocó en la llamada a consultas del embajador marroquí en España; la crisis por la expulsión de la activista Aminetu Haidar desde el Sahara Occidental a Lanzarote, o los conflictos con la frontera de Melilla en el verano de 2010.
Fuente: elmundo.es
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