¡SAHARAUI, SAHARAUIA, EIDA FEIDAK LILHURRIA! (tu mano junto a la mia hasta la libertad) ¡Rompamos el bloqueo informativo. Derribemos el Muro de Silencio! ¡LABADIL, LABADIL, AN TAGHRIR ALMASSIR! (No hay otra opcion que la autodeterminación)

EL SÁHARA DE LOS OLVIDADOS اِل ساارا دي لوس اُلبيدادوس




"Háblale a quien comprenda tus palabras"
"Kalam men yafham leklam"

Saharauis: Un pueblo paciente

El destino del pueblo saharaui, que ha tenido que aprender a vivir refugiado en medio del desierto, no avanza, enredado como está en una maraña diplomática, pues Marruecos mantiene su ocupación sobre estos territorios que reclama como una provincia, mientras que los saharauis aún sueñan con su independencia. El reino marroquí, que cuenta con el apoyo de Estados Unidos (ya que ésta potencia le ve como un aliado por su islamismo moderado) no sólo ambiciona los fosfatos y el petróleo del Sáhara, sino que encara el problema como una cuestión de orgullo nacional y, según algunos observadores, como una manera de distraer a sus propios súbditos de los problemas internos del país.
En 1975, la conocida “Marcha verde”, en la que 350.000 civiles marroquíes avanzaron sobre la entonces colonia española, fue el detonante para que Madrid abandonara a su suerte al Sáhara Occidental. Años antes, el gobierno español, siguiendo las recomendaciones del Comité de Descolonización de la ONU, había decidido organizar un referéndum, que nunca llegó a celebrarse, para que la población saharaui decidiese su futuro.
El 27 de febrero de 1976 las tropas españolas abandonan el Sáhara, y el Frente Polisario proclama entonces la República Árabe Saharaui Democrática, declarando la guerra a Marruecos y a Mauritania, que habían acordado repartirse el territorio saharaui.
En 1979 Mauritania firma la paz con el Polisario, abandonando la zona que le correspondía, y el reino alauita aprovecha la situación para ocuparla, pasando a controlar la mayor parte del territorio. La resistencia de los saharauis se concentra entonces en una pequeña parte del país, aunque tiene su centro operacional en la región argelina de Tinduf. En esta zona también se instalan los campamentos de refugiados que huyen del conflicto, que cuentan actualmente con unos 200.000 habitantes.
La ONU se involucra creando la Mision de Naciones Unidas para el referéndum en el Sáhara Occidental (MINURSO), mediante la resolucion 690 del 29 de Abril de 1991, el F.Polisario y Marruecos firman el alto el fuego, cesa la guerra, la MINURSO cuenta con unos claros objetivos y con un personal de 500 efectivos, pero ante los impedimentos puestos por la administración marroquí estudia su reducción. Continuarán con los mismos objetivos hasta ahora, a pesar de que durante la discusión por su renovación varios países del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas pidieron que ampliará su mandato para velar por los Derechos Humanos, (es la unica mision de paz que carece de un mecanismo de observación de la situación de los DDHH, dejando la violacion constante de estos en manos de Marruecos), una resolución amplía su presencia en el territorio hasta el 30 de abril de 2012). con efectivos militares se encargará de la supervisión del proceso electoral.  Uno de los principales puntos de fricción entre ambas posiciones es determinar la población que tiene derecho a votar en él, ya que numerosos colonos marroquíes se han establecido en ese territorio desde su invasión por parte del ejército de Rabat. La situación sigue desde entonces estancada, las cuatro proposiciones barajadas por la ONU para poner fin al conflicto han sido rechazadas desde uno u otro bando. La primera de ellas: el 'Plan de Arreglo Inicial' que prevé la celebración del referéndum de autodeterminación es boicoteado constantemente por Marruecos.
El 'Acuerdo Marco' que es partidario de convertir al Sáhara en una autonomía bajo soberanía marroquí, es rechazado por el Frente Polisario. Otra de las propuestas es la partición del territorio, opción que los saharauis estarían dispuestos a considerar, aunque no los marroquíes; y la cuarta, que significa la puesta en evidencia de Naciones Unidas, consiste en abandonar el conflicto a su libre albedrío.
A las anteriores hay que sumar la propuesta presentada por James Baker, (representante durante un tiempo de Naciones Unidas para el Sáhara, que tras presentar varias propuestas sin éxito, renunció a su cargo en junio de 2004, siendo sustituido por el holandés Van Walsum. El mediador de Naciones Unidas para el Sáhara que le sustituyó en 2008 es el estadounidense Cristhopher Ross). esta propuesta consiste en una solución 'mixta': Un periodo de autonomía de cuatro años que finalice con un referéndum en el que el 65 % de los electores serían colonos marroquíes. Este porcentaje es rechazado por el Frente Polisario, puesto que ven esta propuesta como una nueva versión del 'Acuerdo Marco'.
Un informe del máximo responsable de Naciones Unidas mostraba su descontento por el estancamiento en las negociaciones para alcanzar un acuerdo definitivo de paz entre Marruecos y el Frente Polisario, que permita la libre determinación del pueblo saharaui. En marzo de 2006, el rey Mohamed VI defendió un proyecto de autonomía para el Sáhara tras declarar que es imposible aplicar el plan de la ONU para solucionar el contencioso. Un año después, Marruecos y el Frente Polisario volvían a presentar sendos planes ante la organización: Rabat, insistiendo en la soberanía marroquí; el Polisario, en la necesidad de un referéndum como condición para abrir las negociaciones «entre los dos estados». La ONU auspicia conversaciones informales entre las partes de manera frecuente después de que las reuniones oficiales directas entre 2007 y 2008 no dieran fruto alguno. 
Aunque la historia nos toca muy de cerca, muchos parecen haberla olvidado. El 14 de noviembre de 1975 España firmaba un acuerdo tripartito con Marruecos y Mauritania por el que se entregaba a estos dos países la antigua colonia del Sáhara Occidental, después de casi un siglo de presencia española en la zona y sin tener en cuenta los derechos ni los deseos de sus pobladores. De la noche a la mañana el Sáhara Occidental pasó de manos españolas a marroquíes, forzando al éxodo a unos 200.000 saharauis que desde entonces sobreviven como pueden en el más desolado pedregal del desierto argelino.
Con esta terrible monotonía discurren los días para el pueblo saharaui. Y así desde hace 36 interminables años. Una vida muy distinta a la nómada que tuvieron en los antiguos territorios, aunque la colonización    española y la creación de asentamientos junto a la costa cambiaron sustancialmente sus métodos de vida. Se calcula que de los 75.000 saharauis censados por la administración colonial española, sólo un 20% vivía del pastoreo nómada de sus rebaños en el momento de la descolonización.
Por desgracia, la solución política al conflicto sigue enquistada en los pasillos de la ONU. Mientras tanto, todo un pueblo –muchos de cuyos integrantes tuvieron DNI español–sigue soportando el más terrible de los destierros en la más desolada esquina del Sáhara. El Estado español es, histórica y políticamente, responsable de la colonización sufrida por el pueblo del Sáhara Occidental, al haber ocupado y explotado sus recursos durante más de un siglo. Esa responsabilidad no terminó el 14-11-1975, cuando se firmaron los “Acuerdos Tripartitos de Madrid” que representaron el incumplimiento de todos sus compromisos, y la entrega del territorio y de sus habitantes a Marruecos y Mauritania.
Los diferentes Gobiernos de la democracia no han asumido ni han cumplido su compromiso histórico con el Pueblo saharaui, y se alejan cada vez más de su responsabilidad nacional e internacional en la actual situación del conflicto. El Estado español tiene una asignatura pendiente, y una deuda histórica, moral y política con el Pueblo saharaui; no podemos hablar de libertad, justicia o democracia en nuestro país hasta conseguir poner fin a tantos años de sufrimiento de este pueblo, y concluir con un proceso de descolonización que dejamos sin cerrar.
Las tropas marroquíes siguen ocupando un territorio que invadieron por la fuerza. Marruecos se niega a cumplir las resoluciones aprobadas por la ONU y pretende sencillamente anexionarse el Sáhara. Y mi Gobierno habla de “diplomacia activa”, mientras contribuye a mantener la ocupación ilegal del territorio, con la venta de armas y la firma de tratados de pesca y convenios preferenciales con Marruecos, que afectan directamente al Sáhara ocupado.

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