Fati Emhamed leyendo el homenaje de Ebnu en la concentración de Madrid |
La felicidad que tu nombre ondea cayó con una bala en la frente, la felicidad que tu nombre reivindica yace secuestrada en la oscuridad de una mazmorra.
Hace ya un año que a quemarropa torcieron tu sonrisa y apagaron tu mirada.
Hace ya un año que tienes los puños y los dientes apretados de rabia y dolor.
Hace ya un año que ahogaron tu voz y te arrancaron los pasos.
La mano, esa que empuñó el arma y todas las manos cobardes y asesinas, que torturan y matan a los hijos del Sahara, tiembla y cada día que pasa se agranda su temor y para ocultarlo aumenta su agresividad y eso la delata. Pronto, muy pronto su miedo será tan fuerte que sólo le quedará una salida: abandonar, huir, escapar. Así terminan siempre los cobardes, los agresores, los injustos y ahí estará como ha estado el pueblo saharaui para facilitarles la decisión. La lucha será a muerte, la Intifada será su emboscada, el combate permanente y a todos los niveles, no se detendrá hasta que los saharauis no recuperen la libertad y la soberanía sobre la totalidad de su tierra.
Quiero decirte que en este año de ausencia en cada saharaui has estado presente, en cada amigo de los saharauis has estado presente. Que la lucha persiste y que tus hermanos y tus amigos no se detendrán hasta que tu paz sea un amanecer luminoso y que tu prolongado invierno sea una larga estación de primavera.
Desde donde estés tu batalla continúa, tu valor sigue empuñando las armas de luchador, tu fe sigue moviendo la luz, que desterraron de tus ojos, hacia las alturas para alumbrar las sonrisas del tiempo. Tus sueños continúan en otros sueños y en cada camino se multiplican y cruzan las fronteras de tu barrio, de las calles de tu ciudad y alcanzan otros barrios, otras fronteras, se multiplican en otros corazones. Tu batalla será ganada y tu pasión y tu dolor tendrán el fruto de tu nombre.
Cada cual en su trinchera seguiremos enarbolando las armas que podamos blandir yendo por todos los caminos en busca de la libertad, tu libertad, nuestra libertad. No habrá descanso hasta que tú no tengas la paz y el descanso, no habrá tregua hasta que esta tierra herida y sangrante no tenga la paz y el descanso.
Como tantos que hoy levantan la voz y rezan por tu nombre, por tu paz, que es la de todos los saharauis, quiero envirarte de corazón mi voz, mis palabras y mi promesa de seguir hacia la luz que en tus ojos se reflejaba, hacia la felicidad que tu nombre proclama.
Ebnu, 22 de diciembre de 2011
* Este artículo de Ebnu dedicado a la memoria del joven saharaui Said Dambar, asesinado en El Aaiun por la policía marroquí el pasado 22 de diciembre de 2010, fue leída en la Concentración de Madrid, dentro de la jornada de conmemoración celebrada en 18 ciudades de todo el mundo.
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