Como casi todos los poemas que ha escrito J. Fco. Bravo Real sobre el pueblo saharaui, este también es una queja salida de lo más hondo al pensar en las calamidades de este pueblo. Solo puedo con mi voz elevar mi protesta. Solo puedo dejar constancia del padecimiento de los saharauis. Si estas pobres líneas sirven alguna vez para que alguna persona pueda sentir dentro de si lo que yo siento y he sentido, me doy por satisfecha.
Cuando pienso...
Cuando pienso en las desdichas que un pueblo está viviendo, la mas atroz desventura exiliado en el desierto, se me encoge el corazón...
se me nubla el pensamiento...
y me duelen las entrañas con un dolor de destierro. Cuando pienso que se mueren con el recuerdo postrero de la tierra a la que amaron, la que alumbraba sus sueños...
Cuando pienso que se mueren lejos de su tierra... lejos...y al mismo tiempo... ¡tan cerca!...¡Dios! ¡que suplicio mas negro!
A dos pasos pueden verla y llorarla en su silencio...al otro lado del muro que divide en dos sueños.
Al alcance de la mano...y al mismo tiempo... ¡tan lejos!
Duele el alma pensar que el aire del desierto que les acaricia la cara, viene de allí...de los huertos...de las playas...de las casas que dejaron en sus pueblos llenándoles los pulmones con la esencia de los muertos que reposan en su tierra...la tierra de sus ensueños.
Cuando pienso que se mueren sin poder volver a verlo...me sube de las entrañas como quemándome el pecho un dolor de arena y polvo...
un dolor que en el destierro es dolor de nuevas tumbas que se abren en el desierto.
Cuando pienso que se mueren lejos de su tierra... lejos...y al mismo tiempo... ¡tan cerca!...¡Dios! ¡que suplicio mas negro!
A dos pasos pueden verla y llorarla en su silencio...al otro lado del muro que divide en dos sueños.
Al alcance de la mano...y al mismo tiempo... ¡tan lejos!
Duele el alma pensar que el aire del desierto que les acaricia la cara, viene de allí...de los huertos...de las playas...de las casas que dejaron en sus pueblos llenándoles los pulmones con la esencia de los muertos que reposan en su tierra...la tierra de sus ensueños.
Cuando pienso que se mueren sin poder volver a verlo...me sube de las entrañas como quemándome el pecho un dolor de arena y polvo...
un dolor que en el destierro es dolor de nuevas tumbas que se abren en el desierto.
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