Estimadas parlamentarias, estimados parlamentarios:
Somos la juventud del pueblo Saharaui; los que hemos nacido y crecido en los campamentos de refugiados de Tindouf. Tras 38 años de ocupación marroquí al territorio saharaui, hemos crecido sin ver una solución que permita a nuestro pueblo ejercer su legítimo derecho a la autodeterminación. El persistente rechazo marroquí a ejercer nuestro derecho más fundamental: elegir quién y cómo se gobierna nuestro territorio, no ha hecho más que enardecer nuestro espíritu de lucha por la liberación nacional.
En primer lugar, es nuestro deber agradecer la decisión de esta cámara de no renovar el acuerdo de pesca entre la Unión Europea y Marruecos. Remitiéndonos al informe jurídico de Hans-Correll, estamos convencidos de que tal acuerdo es ilegal desde el momento en el que en nuestro territorio, que cuenta con el estatus legal de "territorio no-autónomo", la explotación de sus recursos no se está llevando a cabo desde el respeto hacia los intereses de sus dueños; que son tanto su población local, como la refugiada.
Confiamos en que esta cámara no vuelva a permitir que sus intereses nacionales se antepongan a los principios éticos del derecho internacional.
Confiamos en que esta cámara no vuelva a permitir que sus intereses nacionales se antepongan a los principios éticos del derecho internacional.
Les recordamos que nuestras familias se encuentran divididas por la guerra y el muro militar que hoy atraviesa el Sahara Occidental. Les recordamos que cada año, Marruecos y Francia bloquean la renovación del mandato de la MINURSO para que se le otorgue la competencia de vigilar las violaciones a los derechos humanos en el territorio ocupado. Les recordamos que mientras la MINURSO sea la única misión de paz sin competencia de vigilancia de violaciones de derechos humanos, nuestros compatriotas se encuentran diariamente en peligro. Quienes levantan sus voces contra el control ilegal de su tierra, son perseguidos, amenazados, injustamente sentenciados, encarcelados, torturados y violados. Mientras no exista seguridad para nuestros familiares y compatriotas en los territorios ocupados, nuestro alto al fuego seguirá siendo una falsa paz.
A diferencia de la confianza que nuestras madres y nuestros padres pusieron en las Naciones Unidas para solucionar el contencioso sobre nuestra tierra, nosotros somos una generación a la que le cuesta creer en la voluntad de la comunidad internacional para intervenir en el conflicto con objetividad. Pedimos a los estados de la Unión Europea que utilicen sus herramientas para exigir a Marruecos compromiso y respeto hacia el derecho internacional.
Les recordamos que en Noviembre del 2011, antes de que Buazizi se auto-inmolara en las calles de Túnez, los jóvenes saharauis ya habían movilizaron a 20.000 personas, hombres, mujeres, familias enteras, para formar una acampada que durante un mes manifestó pacíficamente su voluntad de ejercer su derecho a la autodeterminación. Aquella vez, las fuerzas de seguridad marroquíes entraron en los campamentos para destruir y quemar las jaimas, evacuar la zona apaleando a las familias, encarcelando a los jóvenes y quitando la vida a tres. Todo esto ocurrió a la sombra de la opinión pública internacional, pero mientras nuestra voluntad mantenga la fuerza que ahora tenemos, llegará un momento en que la comunidad internacional no nos podrá mirar indiferentes.
Nosotros sabemos que los jóvenes pueden cambiar el destino de un país. Así lo hicieron nuestros padres hace 38 años, que defendiendo y resistiendo la invasión de su tierra, lograron crear un país de la nada. Así lo están haciendo en este momento nuestros hermanos y hermanas en distintos países árabes y así lo estamos haciendo nosotros; una nueva generación de Saharauis y futuros líderes de la lucha por nuestro legítimo derecho a la libertad como pueblo.
Imprimir artículo
Si te ha gustado este artículo puedes compartirlo desde tu blog, página Web o foro.
0 comentarios :
¿Que opinas de este articulo? Tus comentarios siempre serán bien recibidos, ¡¡ Gracias !!