El viernes 1 de febrero, hacía las 8,30 de la mañana, más de 100 personas acudieron a la llamada de las familias de los presos políticos del “grupo de Gdeim Izik” y participaron en una manifestación ante el Tribunal Militar de Rabat, en solidaridad con los presos.
Las autoridades marroquíes desplegaron al ejército y a la policía, además de los efectivos de información, por toda la zona del Tribunal antes de cerrar el bulevar de Ennaser, del barrio de Agdal, que conduce al Tribunal.
15 minutos después del inicio de esta manifestación saharaui, más de 50 marroquíes, ataviados con la vestimenta tradicional saharaui, llevaron a cabo una manifestación paralela, enarbolando banderas marroquíes y fotos del campamento de Gdeim Izik tras su destrucción por el ejército marroquí. Pedían en sus pancartas la ejecución de los acusados.
En el tribunal, las autoridades marroquíes dejaron entrar a las familias de los presos a la sala de audiencia, y prohibieron el acceso a los activistas de derechos humanos. El tribunal ha trasladado el juicio al 8 de febrero tras la petición de la defensa de escuchar a responsables marroquíes tales como el ministro del Interior, la diputada del Parlamento marroqui, Gajmoula ment Abbi, el gobernador de la ciudad de El Aaiún ocupado y otros testigos. El tribunal rechazó llamar a dichos responsables y aceptó citar a cuatro testigos entre los cuales se halla el activista saharaui Lehsan Dalil.
La audiencia, reducida, tuvo lugar ante la presencia de observadores, juristas y periodistas extranjeros.
En El Aaiún ocupado, a pesar del bloqueo de seguridad impuesto por las autoridades de ocupación, decenas de saharauis salieron de sus casas para manifestar su solidaridad con los presos de Gdeim Izik. Cuatro manifestaciones de unas cincuenta personas fueron dispersadas con la violencia generalizada que caracteriza a las fuerzas de ocupación, sin contemplaciones hacia mujeres y niños.
Se pueden citar casos de agresiones particularizadas que tuvieron lugar en estas circunstancias:
Momma Chomad, cuyo marido está preso sin cargos desde el 6 de noviembre de 2012, fue violentamente abofeteada por un policía de civil cuando se dirigía a la manifestación. Esta mujer orgullosa, que no cede ante ninguna intimidación, había puesto a su hijo el nombre del antiguo presidente argelino, Ahmed Ben Bella, para afirmarse en su resistencia al ocupante.
El activista de derechos humanos y antiguo desaparecido, Mustapha Dah, fue agredido directamente por el Pacha, vice gobernador del Aaiún ocupada, Mohamed Ennachti.
Numerosos manifestantes, incluido el Sr. Dah, declararon que estas reacciones violentas no cortarán la resistencia civil, que logrará romper el embargo y desvelar los crímenes cometidos por el estado marroquí en el Sahara Occidental.
Fuente: tercerainformacion.es
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