¡SAHARAUI, SAHARAUIA, EIDA FEIDAK LILHURRIA! (tu mano junto a la mia hasta la libertad) ¡Rompamos el bloqueo informativo. Derribemos el Muro de Silencio! ¡LABADIL, LABADIL, AN TAGHRIR ALMASSIR! (No hay otra opcion que la autodeterminación)

EL SÁHARA DE LOS OLVIDADOS اِل ساارا دي لوس اُلبيدادوس




"Háblale a quien comprenda tus palabras"
"Kalam men yafham leklam"

Carta del mártir El-Uali Mustafa Sayed al presidente Mauritano Mujtar Uld Daddah (1976)

“Conscientes de la grave responsabilidad que asumimos y de la gravedad que caracteriza actualmente la situación en nuestra región como consecuencia del complot urdido contra el pueblo árabe de Saguía el Hamra y Río de Oro, después del acuerdo de Madrid, es necesario recordar lo siguiente:
1) La tierra del pueblo árabe de Saguía el Hamra y Río de Oro fue invadida por los soldados marroquíes y los vuestros.
2) El pueblo árabe saharaui fue expulsado de sus hogares, y ahora vive bajo la sombra de los árboles, sobre la cima de las montañas y los valles.
3) Está demostrado, sin ninguna ambigüedad, que los usurpadores del derecho no pueden estar tranquilos, mientras la víctima de esta usurpación exista.
4) La exterminación total de un pueblo, por muy pequeño que pueda ser exige mucho tiempo. La lógica y la verdad hacen que el hermano pueblo mauritano deba estar al lado del pueblo saharaui teniendo en cuenta los lazos objetivos que existen entre ellos, ya sean lazos históricos o sociales, o incluso la unidad inevitable de sus intereses y destino.
La ocupación del Sahara no es más que un preludio para apropiarse de nuestros territorios a vuestra costa. Si esto no se ha realizado todavía, no tardará en producirse.
La miseria impuesta a los pueblos de la región, que se acentúa cada día más y cuya carga más pesada será soportada por los pequeños pueblos, exige de nosotros en tanto que patriotas, si realmente somos patriotas, el preguntarnos. ¿Por qué la guerra? ¿Cuáles son los resultados que puede engendrar tanto a escala de una sola nación como a escala de toda la región? Existe un camino a seguir para garantizar a nuestros pueblos sus intereses y hacerles evitar las consecuencias desastrosas de una guerra que engendrará graves pérdidas sin duda alguna:

Si el pueblo árabe de Saguía El Hamra y Río de Oro lucha actualmente, es en razón de la existencia de un complot tripartito y de una invasión armada a su territorio. Por lo tanto lucha para defenderse. Lucha para vivir sobre una tierra libre y soberana. Se trata de un derecho nacional por cuya realización combatió al colonialismo español. Estábais, desgraciadamente, al lado del colonizador.
Si el pueblo árabe saharaui lucha lo hace para regresar a sus hogares de donde fue cobardemente expulsado mediante cohetes, carros de combate, bombas de napalm y aviones bombarderos. ¿Por qué lucha el pueblo mauritano? ¿Es para obtener ventajas territoriales? ¿Acaso su tierra carece de riquezas? ¿Es pobre su tierra? Sea por esta u otra razón, no puede obtenerlas en detrimento del pueblo árabe saharaui, su hermano, con el cual ha compartido y comparte siempre la alegría y los sinsabores. Se comparten siempre el mismo pan, llevan el mismo manto y no se han separado nunca.
Contrariamente a estas realidades, su Excelencia el Presidente de la República Mojtar Uld Dadah, ¿Prefiere el liderato histórico? ¿No es eso lo que le había propuesto personalmente en nuestro encuentro el pasado año? Sea lo que fuere, lo menos que podemos perder en la guerra es el reposo.
El genocidio, la elevación de impuestos para los ancianos y el hecho de imponer la guerra a los niños exige de hombres responsables el presentar justificaciones válidas tanto a su propio pueblo como a su propia conciencia.
Comprometer al pueblo mauritano en una guerra contra su hermano saharaui, guerra cuya consecuencia sólo sufren ellos, es una gran responsabilidad para aquél que tenga una conciencia.
Teme a Dios, Mojtar. Envías a los hijos del pueblo mauritano a la muerte para expulsar a sus hermanos saharauis de su territorio.
Teme a Dios, Mojtar. Participas en una empresa que quiere obligar a los saharauis a abandonar sus casas, a separarse de sus bienes para morir en el desierto.
Teme a Dios, Mojtar. Estamos dispuestos a hacer todo para evitar el derramamiento de sangre entre hermanos y para seguir el recto camino a fin de que los pueblos puedan gozar de la libertad, de la dignidad, de la seguridad, de la paz y vivir en la quietud y tranquilidad y la cooperación.
Dios será testigo.”

¡Nuestro agradecimiento a Abdesalam!



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