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EL SÁHARA DE LOS OLVIDADOS اِل ساارا دي لوس اُلبيدادوس




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Las victimas del Centro Mártir El Sherif necesitan ayuda urgente

Este es el Centro Mártir Cheriff, único que existe en los campamentos de refugiados saharauis para la atención específica a víctimas de la guerra y de minas terrestres marroquíes, esas que forman parte de los 10 millones de artefactos explosivos -entre minas, bombas de racimo y munición sin explotar- que no nos cansaremos de decir que siembran de tragedia y sangre la vida y la arena del desierto a ambos lados del Muro Marroquí en el Sáhara Occidental, una barrera de 2.700m que divide el territorio y al pueblo saharaui en dos. El centro fue inaugurado el 14 de noviembre de 1978, justo tres años después de la ocupación marroquí, que expulsó al pueblo saharaui al exilio en el desierto. Antiguamente -comenta Daha Bulahi, responsable de Atención a las Víctimas de Asociación Saharaui de Víctimas de Minas (ASAVIM)- era una escuela militar, pero durante la guerra se traía aquí a los heridos que no podían continuar combatiendo. Aquí los preparaban para ayudar en los campos civiles, en áreas como enseñanza, salud, administración y para reforzar los trabajos en los campamentos. Después del alto el fuego, ya no había heridos de guerra, así que se abrieron nuevas disciplinas formativas para prepararles para asumir otras responsabilidades en la vida civil.
Poco a poco fueron reuniéndose en el Centro Mártir Chreiff víctimas civiles de minas terrestres, que habían regresado a los territorios liberados tras el fin de la confrontación armada. Hasta entonces, de 1975 a 1991, en esa zona de conflicto sólo se movían militares y los heridos eran todos combatientes. A partir de 1991, los heridos comenzaron a ser víctimas civiles, desconocedoras del muro y de los campos de minas, así como de una ingente cantidad de material bélico sin explosionar que quedó disperso por todo el territorio y que continúa allí, anclado en su refugio de olvido pero aguardando pacientemente el momento en que pueda hacer lo único que hace: mutilar, herir y matar. Muchas familias saharauis volvieron a sus casas, con sus rebaños de animales, buscando pastos por todo aquel territorio liberado y custodiado por el Frente Polisario. Según comenta Daha Bulahi, mientras nos muestra, explica e interpreta cuanto vemos, cuando las víctimas empezaron a ser cada vez más, no había lugar donde ocuparse de ellos, así que se pensó que esta escuela militar podría ser un lugar perfecto para instalar un centro asistencial para cuidar de ellos y atenderles. Por eso se le cambió el nombre al de Centro del Mártir Chreiff para heridos de guerra y víctimas de minas.

Realmente, siendo lo que fue en su día, ahora duele verlo. Tengo grabadas en la memoria las palabras de Daha: Mira cómo se está echando a perder toda esta instalación, que era nuestra joya. Aquí recibíamos a delegaciones de cooperantes de salud, podíamos recibir hasta 25 personas en habitaciones. La humedad ha comido las paredes y hace inviable que funcionen las reparaciones… En las dependencias de lo que llamaban “protocolo” se aprecian las reminiscencias de lo que fue un pasado mejor, con evidentes rastros de que aquel centro fue, como dice Daha Bulahi, la joya asistencial más preciada para las víctimas de guerra y de minas terrestres. Las fotos, que se mantienen en la pared aun dejan ver a duras penas las reuniones de antaño, cuando los recortes de la crisis económica mundial no había hecho aún mella en las denostadas instalaciones del Chaid Chreiff, en su equipamiento y en sus recursos a todos los niveles.


Remueve conciencias ver el estado en que se encuentra el único centro donde los grandes dependientes saharauis y las víctimas que han sufrido graves mutilaciones por causa de explosiones de minas terrestres pueden ser atendidos por médicos y algunos especialistas. 65 habitaciones para 153 pacientes, refugiados saharauis, que viven al cuidado de familiares permanentemente. Y se muestran agradecidos de poder vivir allí, donde tienen una maltrecha cama en una habitación con una dependencia contigua que les hace las veces de cocina. La gran ausencia es el baño. Y es que esa es la asignatura pendiente en el Centro Chaid Chreiff, porque la extrema salinidad de la tierra arcillosa sobre la que está construido, corroe todo e inhabilita en cortos espacios de tiempo cualquier intento de instalación de letrinas. de esta carencia tan importante se derivan algunas de las principales necesidades de las víctimas, que están siendo identificadas y detalladas en un estudio que realiza actualmente ASAVIM.

Las víctimas adolecen de muchas cosas, pero para ellas es de suma importancia disponer de material para facilitar la movilidad, sobre todo sillas de rueda, muletas y bastones. Los medicamentos están también muy demandados en la enfermería del centro, ante la escasez de analgésicos, anti-inflamatorios, insulina para diabéticos y desinfectantes, entre otros. Productos de aseo personal, pañales, toallitas húmedas y  jabón facilitarían mucho las condiciones higiénicas de  unos pacientes que tienen absolutamente reducida su capacidad de moverse y de ser autónomos. Ya no que decir tiene la necesidad de disponer de prótesis, camas y de materiales para la reforma del centro.

Desde Dales Voz a Las Víctimas queremos hacer extensivo a todos este llamamiento de los pacientes del Centro Mártir Chaid Chreiff, porque sabemos que entre todos es posible hacer más fácil la vida a 153 personas y a sus familias, ya que no pueden valerse por sí mismas.  Necesitan ayuda urgente, porque a las puertas les aguardan ya los 50ºC del calor de aquel desierto argelino.



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