POLÍTICAMENTE INCORRECTO
Inmunidad no es impunidad
La embajadora de Marruecos en nuestro país (Peru), señora Oumama Aouad, ha traspasado los límites de la diplomacia y de las leyes peruanas al incurrir en un exceso inadmisible en cualquier nación democrática: Pretender silenciar y censurar a un periodista, en este caso al peruano Ricardo Sánchez Serra.
La diplomática y Sánchez Serra sostienen desde hace años un debate en torno al reclamo territorial de la República Árabe Saharahui al reino de Marruecos, tema que no voy a profundizar para no dispersar la atención del lector sobre el problema de fondo de este caso: La libertad de expresión y de prensa.
Aún en el hipotético caso de que la embajadora tuviese la razón en dicho debate, ni siquiera ese hecho podría justificar su conducta, porque ésta violenta principios democráticos y derechos fundamentales garantizados por nuestra Constitución.
Sánchez Serra ha denunciado que la señora Aouad ha llegado al extremo de presionar a los medios de prensa y otras instituciones, a través de cartas, emisarios o llamadas telefónicas, para que censuren los artículos del periodista, lo despidan o lo veten como expositor en conferencias.
Al ex Decano del Colegio de Abogados de Lima Raúl Chanamé le pidió que cancelara la participación del periodista en un foro sobre derechos humanos, mientras que amigos de la embajadora le pidieron al alcalde de San Miguel, Salvador Heresi, que lo despidiera– actualmente trabaja en ese municipio–, pero se negó entendiendo correctamente que este es un caso de libertad de expresión. En los últimos años al menos tres revistas y un diario han dejado de publicar a Sánchez Serra por la misma razón.

En enero pasado, la embajadora convocó a sus colegas de Argelia, Arabia Saudita, Palestina y Qatar para pedirles que se sumaran a su campaña contra Sánchez Serra, lo cual fue rechazado por los convocados, quienes se retiraron indignados de la legación diplomática marroquí, según ha revelado el periodista.
Este acoso sistemático ha suscitado el rechazo del gremio periodístico nacional, y también de la organización internacional Periodistas sin Fronteras, la cual ha señalado que la conducta de Aouad es coherente con la del régimen que gobierna su país, el cual tampoco respeta la libertad de prensa
Los hechos reseñados demandan una respuesta firme y clara de nuestra Cancillería a la diplomática, en la que se le debería exigir que cese su hostilidad hacia el periodista, y recordarle además que la libertad de prensa y la libertad de expresión son valores intrínsecos de nuestra democracia que ella está obligada a respetar. Nadie puede confundir inmunidad con impunidad.
Por Victor Robles S.
Fuente: rsanchezserra
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