La negativa de la organización de la CAN, la acogida de Blaise Compaoré, los insultos vulgares a Argelia y, últimamente, una falta diplomática grave, la anulación de un viaje a China. Mohamed VI esta ensimismado. Y eso puede ser peligroso.
Mohamed VI se hace raro, imprevisible, colérico. Solo escucha a tres o cuatro de sus allegados consejeros que le dicen lo que le gustaría oír.
Eso es peligroso. En apenas un mes, el monarca marroquí tomó cuatro decisiones descabelladas, increíbles, indignas de un jefe de Estado normal. Recurrió al pretexto del ébola para hacer frustrar la Copa de África de las Naciones en la víspera misma de la organización del acontecimiento.
Durante el 39º aniversario de la colonización del Sahara Occidental, se libra como un individuo vulgar a insultar a Argelia. Luego, pocos días después “ofrece” cobijo a Blaise Compaoré.
Después de que su más próximo amigo y cómplice, Alassan Ouattara de Costa de Marfil, le hizo saber que debía abandonar su país (Costa de Marfil), Ouattara, antiguo funcionario del Banco Mundial, hombre títere del expresidente francés, N. Sarkozy, tan malicioso como calculador, sabía muy bien que su amigo Compaoré arrastraba muchos escándalos y que el nuevo poder en Burkina Fasso lo perseguiría. Previsión exacta.
Las nuevas autoridades de Burkina Fasso anunciaron ya claramente su voluntad de juzgar a Compaoré, dictador, expoliador de riquezas y asesino de Thomas Sankara, el “Che africano”, amigo de las causas justas, entre estas el Sahara Occidental, muy cercano a Argelia a la que quería mucho.
Rabat se encuentra con un invitado embarazoso. La anulación de la visita a China del monarca, sin duda, la falta más grave cometida por el hijo de Hassan II. Aduciendo como pretexto una gripe, Mohamed VI renuncia a visitar a China y envía a las calendas griegas, o árabes, lo que sería peor aun, su viaje al Imperio del Medio.
La veracidad de esta torpeza esta ligada, sin duda, a la cuestión saharaui. Los chinos han hecho saber durante la preparación protocolaria del encuentro cumbre entre Beijing y Rabat que no moverán un dedo sobre el dossier (Sahara Occidental). Apoyo a las resoluciones de la ONU, confianza en Christopher Ross, el enviado especial de Ban Ki-moon.
China que no tiene por hábito cambiar de postura a la ligera, no quería que se diga o escriba otra cosa en el comunicado final de la visita. Esto ha hecho que Mohamed VI pierda los estribos.
Apenas pocos minutos de encuentro con su gabinete y la decisión fue tomada. Anulación del viaje por “motivos de salud”. Así van los asuntos diplomáticos en el reino de Marruecos…
Las gargantas profundas de Bruselas no excluyen todas las demás acciones desconsideradas de Mohamed VI, teniendo en cuenta la provocación de su parte hacia, particularmente, su vecino del este, Argelia.
Original en frances: maghrebnaute.com
Fuente: Revista Futuro Saharaui
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