¡SAHARAUI, SAHARAUIA, EIDA FEIDAK LILHURRIA! (tu mano junto a la mia hasta la libertad) ¡Rompamos el bloqueo informativo. Derribemos el Muro de Silencio! ¡LABADIL, LABADIL, AN TAGHRIR ALMASSIR! (No hay otra opcion que la autodeterminación)

EL SÁHARA DE LOS OLVIDADOS اِل ساارا دي لوس اُلبيدادوس




"Háblale a quien comprenda tus palabras"
"Kalam men yafham leklam"

“El Marsa, el escenario desconocido”

El “marsa” o el Zoco, ese escenario desconocido, lugar de colores vivos de melhfas que van y vienen, de mujeres cargadas con unas bolsas que apenas resisten el peso y olores, ¡ay los olores!, de distintas especias, de carne de camello y por supuesto de fruta. Fruta en pleno desierto, un bien muy apreciado para quienes lo pueden disfrutar.

Es ese lugar donde puedes observar cientos y cientos de andares distintos, donde oirás un “te conozco y no sabes quién soy”; es el punto de encuentro de muchos, de saludos duraderos y nunca un adiós sino un hasta luego. El marsa era ese caluroso lugar donde se oía al Imán llamar a la oración y todo se llenaba de silencio, se detenía toda actividad por unos minutos y se apreciaba un punto y coma de una jornada larga de trabajo. Una profesión, la del comerciante, que sigo admirando a día de hoy, y no por las posibles ganancias, sino por las infinitas y largas horas de trabajo estando de pie, conozco a personas que están más de 24 horas de pie, sin hablar de sueldo por supuesto.

Me gusta recordar las tantas veces que he ido corriendo a por carne y las otras tantas veces que me he metido entre mujeres para que me atiendan antes los dependientes. Las tantas veces que iba por la tarde y volvía corriendo antes de que se me hiciese de noche, y siempre era el mismo camino, la misma gente, las mismas historias que contar.
El marsa, ese precioso lugar donde pequeños emprendedores habían apostado por un futuro mejor, y no se trataba de colocar en unas jaulas los distintos productos, sino de esa pequeña reflexión que trae ese punto de cada una de las Wilayas de los campamentos. Ese lugar en el que aprecias una jerga distinta, que sigo estudiando a fondo para poder entender, gestos de solidaridad entre los saharauis prestándose productos que uno pagaría cuando pudiese, y no hablo de vísperas de fiestas sino del día a día. Como bien dice el proverbio saharaui ” No se trata de lo que tengo y puedo disfrutar sino de dar sin esperar”

Por Benda Lehbib Lebsir.
Imagen: Anónimo

Fuente: 1saharaui


Imprimir artículo

Si te ha gustado este artículo puedes compartirlo desde tu blog, página Web o foro.







0 comentarios :

Los contenidos de este blog son propiedad de su autora y de los medios de donde han sido duplicados, citando la fuente o autor de los mismos.
Para suprimir cualquier contenido con derechos de copyright que no permita ser duplicado, contacta conmigo en teofermi1@gmail.com
teofermi1@hotmail.com