Unos cincuenta saharauis que vivían en los campamentos de Tinduf y que
habían regresado a los territorios ocupados por Marruecos han sido
expulsados por las autoridades marroquíes y abandonados en tierra de
nadie en la frontera con Mauritania. Allí se encuentran desde hace
cuatro días con muy poca agua y comida sin poder entrar ni en Mauritania
ni en el Sahara Occidental controlado por Marruecos, según informan
fuentes saharauis.
Este medio centenar de personas, entre los que se encuentran unas 30
mujeres, 10 ó 12 menores y el resto hombres de distintas edades llevan
cuatro días en la zona conocida como Kandahar, una franja de terreno
desértico de unos 8 kilómetros que separa a los puestos militares de
Marruecos y Mauritania. Sólo una persona ha conseguido salir de allí y
entrar en Mauritania al poseer papeles de este país, según las mismas
fuentes.
“Su situación es desesperada, no pueden volver porque Marruecos se lo
impide y no pueden entrar en Mauritania, ya lo han intentado y les dicen
que carecen de documentación”, aseguran. Las fuentes han explicado que
desconocen los motivos que han conducido a esta expulsión, pero que las
órdenes han venido directamente de Rabat.
En esta misma zona han aparecido en varias ocasiones grupos de
inmigrantes subsaharianos que habían sido interceptados por Marruecos y
expulsados a esta zona fronteriza. Incluso en alguna ocasión distintas
ONG han constatado la muerte de algunos de ellos por deshidratación. La
zona también es especialmente peligrosa por la existencia de minas
colocadas durante el conflicto entre Marruecos y el Frente Polisario.
Fuente: Guin Guin Bali
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