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EL SÁHARA DE LOS OLVIDADOS اِل ساارا دي لوس اُلبيدادوس




"Háblale a quien comprenda tus palabras"
"Kalam men yafham leklam"

Arranca el Sahara Marathon 2012. Deporte y, ante todo, solidaridad


Es un marathón. Duro porque tiene lugar nada menos que en el desierto del Sahara. En un lugar en el que no hay hoteles sino campamentos de refugiados, cuyas familias acogen a los competidores. El Sahara Marathón es una oportunidad única e inolvidable de compartir deporte y solidaridad. Participan 378 corredores de 18 países. Tres grandes cocineros también participan: Darío Barrio, Paco Roncero y José Luís Esteban.
Ayer lunes comenzó el Sahara Marathon. Una carrera solidaria que constituye un bello encuentro deportivo, humano y cultural. Es un marathón atípico porque, junto al reto deportivo, hay uno más importante: dar a conocer la situación de tantos miles de familias saharauis que desde hace décadas sobreviven –casi olvidadas por el mundo- en campamentos de refugiados situados en pleno Sahara. Niños, mujeres, ancianos, hombres…viven en medio del desierto con pocas posibilidades, quizás ninguna, de tener un futuro mejor.
Una situación muy cercana para todos nosotros, porque la mayor parte de ellos hablan nuestra lengua. No sólo la gente mayor, que no la ha olvidado de cuando vivían en el antiguo Sahara español, sino prácticamente todo el mundo pues cuando son niños pasan varios veranos en España con familias de acogida que se transforman en “su” otra familia.
En esta edición el Sahara Marathon cuenta con 378 corredores de 18 países (Argelia, Argentina, Austria, Bélgica, Eslovenia, Francia, Gran Bretaña, Alemania, Holanda, Italia, Portugal, República Árabe Saharaui, Rumania, Singapur, España, Suecia, Estados Unidos y Finlandia). El país con más participación es Argelia, con alrededor de 130 competidores. Por categorías 93 corredores participan en el marathón, 105 en el medio marathón, 97 en los 10 kilómetros y 83 en los 5 kilómetros.
También participan en esta edición del Marathón tres grandes figuras de nuestra cocina: Paco Roncero, José Luís Esteban y Darío Barrio. Además de correr tienen previsto hacer una simpática competición de cocina con las mujeres saharauis.
Al contrario de lo que ocurre en la mayor parte de las carreras en las que los corredores llegan, compiten, recogen sus trofeos… y se van, el Sahara Marathon tiene una filosofía absolutamente diferente. Los corredores permanecen durante una semana en los campamentos de refugiados (casi todos en Smara) acogidos por una familia saharaui que se transforma en “su” familia. Gracias a este contacto tan cercano y diario con la gente saharaui los corredores tienen una oportunidad única que sólo se puede vivir una vez al año. Aunque el ambiente que se vive en este marathón es ante todo solidario, esto no hace que el nivel deportivo sea inferior. No sólo por la presencia de corredores muy fuertes de España, Italia, Inglaterra, Francia…sino también por la participación de un buen número de corredores argelinos que suelen situarse en los primeros puestos y cuyo objetivo sí que es absolutamente deportivo: ganar este marathón. Trabajan en equipo, van a “muerte” desde los primeros kilómetros, y para ellos es un gran orgullo ganar, y lo dan todo por ser los primeros.
La organización fleta un vuelo charter desde España que consigue llenar (alrededor de 170 personas) y que, aprovecha también, y esto es lo más importante, para llevar ayuda humanitaria a los campos de refugiados saharauis. 

La opinión de algunos corredores
-Federico Sepúlveda, de Sevilla, corre su primer maratón y, además en el desierto. Lo que más le preocupa son las dunas de arena que hay a partir del kilómetro treinta. “Correr en arena va a ser un rompe piernas total”. Federico ha hecho varios medios maratones y triatlones cortos. Participa por lo mismo que casi todos los competidores: por “vivir una aventura y también por ayudar a la gente”.
-Xavi Alcalde, de Barcelona, corre su primer maratón en el desierto. Normalmente hace maratones tanto por montaña como por asfalto. Le preocupa: “Lo que más: perderme. También salir demasiado rápido y no controlar las condiciones de calor, que son muy distintas; tampoco estoy muy entrenado, pero confío mucho en mi. Lo que más me atraía de esta carrera es la posibilidad de poder unir deporte y solidaridad”.
-Ramón Álvarez de Cantabria, es el octavo año que viene, ganó la edición del 2006. “El primer año vine, simplemente a correr un maratón pero me “enganchó” la situación en que vive la gente. Lo de menos ahora es el maratón, lo de más es colaborar, ayudar a esta gente, aprovechar el viaje para traerles cosas: medicamentos, gafas… temas esenciales para ellos. Hay gente de mi trabajo que también aprovecha mi viaje para enviar cosas. Una gran diferencia aquí con respecto a carreras que tienen lugar en asfalto es que las distancias se ven de otra forma, pues no hay edificios y no es fácil tener referencias cuando corres en el desierto. Miras para un lado y otro y solo ves cielo y arena”. Le preguntamos que cambios ha notado en el marathón, tras tantos años “Los participantes ahora son más solidarios, en los primeros el ambiente era más competitivo. Los únicos que vienen totalmente a competir son los argelinos. En cuanto al recorrido cambia poco”. Le preguntamos también por su experiencia en el Marathón del 2006, que ganó “Estaba muy fuerte, y la gente me decía que tenía posibilidades, fui a mi ritmo, como en cualquier otra carrera: te pones delante, vas a “cañón” y lo consigues…En cualquier caso, aún aquel año, para mi lo más importante no fue el hecho de ganar, pues durante el resto de la semana sigues conviviendo con la familia saharaui que te acoge, con la gente…en realidad esto es a lo que vengo todos los años”. Le preguntamos si los argelinos son los más fuertes: “Sí, para ellos también es importante a nivel profesional pues esto les facilita que les den trabajo en puestos como policías, bomberos, etc. donde –por lo que me han comentado- se valora el hecho de que hayan quedado en las primeras posiciones en esta carrera”.
Fuente: desnivel.com

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