Rabat (Marruecos).- El ministro marroquí de Asuntos Exteriores, Saadedín al Otmani, que emprende hoy su primera visita oficial a España, considera una "prioridad" de su gobierno tener una buena relación bilateral "para combatir juntos las grandes plagas comunes".
En una entrevista con Efe, Otmani, uno de los dirigentes del islamista Partido Justicia y Desarrollo, insiste en "no poner por delante los temas de desacuerdo", pues " ya que no son un obstáculo para profundizar en la cooperación y en las relaciones de amistad."
Para Otmani, son numerosos los problemas comunes -cita la emigración clandestina, el terrorismo, la pobreza, el tráfico de armas y de drogas-, y "no podemos luchar contra ellos sino estando juntos", por lo que su gobierno considera prioritaria una buena relación con los vecinos "que traerá estabilidad a la región".
"Las relaciones con España siempre son buenas pese a los nubarrones pasajeros -insiste-: hay más de 800.000 trabajadores marroquíes en España, más de 800 empresas españolas establecidas aquí, son vínculos importantes en el plano humano, económico y cultural, y vamos a tratar de mejorar las relaciones a todo nivel".
Con un tono siempre afable, este psiquiatra de profesión y primer no diplomático que dirige el ministerio de Asuntos Exteriores marroquí en muchos años, insiste, por ejemplo, en que no tiene ninguna intención de evocar la cuestión de Ceuta y Melilla durante su visita, aunque recuerda que su país es partidario de "abrir un diálogo para acercar posturas".
También en el problema del Sahara Occidental Otmani se muestra conciliador, pese a los miedos que ha despertado en Marruecos la posibilidad de que el nuevo gobierno español tome una postura menos complaciente con Rabat y con su propuesta de autonomía para la ex colonia española, negando toda posibilidad de independencia en un eventual referéndum de autodeterminación.
Otmani recuerda que su país lleva a cabo "negociaciones informales" con el independentista Frente Polisario, "lo que prueba su voluntad de resolver el conflicto", pese a que esas negociaciones no han dado ningún fruto en las ocho rondas precedentes por el inmovilismo de ambas partes, como ha denunciado el enviado especial de la ONU para el Sahara Occidental, Christopher Ross.
Para el ministro, su país ha querido superar el estancamiento de un conflicto que dura ya 37 años "proponiendo una solución: la autonomía de las provincias del sur" (como se llama en Marruecos al Sahara Occidental), una propuesta que tiene el respaldo inequívoco del gobierno francés, gran aliado de Marruecos, pero no del español.
El ministro Otmani, considerado una de las eminencias del islamismo moderado en Marruecos, también se ha empeñado en traer nuevos aires a las siempre complicadas relaciones con el otro vecino, Argelia, con el que las fronteras están cerradas desde 1994.
Argelia, que acoge los campos de refugiados saharauis y es el gran valedor internacional del Frente Polisario, fue el destino elegido por Otmani en su primera visita oficial, el pasado 24 de enero.
Sin entrar a conjeturar una posible reapertura de la frontera común, Otmani recuerda que hay un gran potencial en la mejora de las relaciones (pesquera, energética, educativa o informativa), algo que su gobierno fomentará "porque tenemos una misión que es reconstruir el Gran Magreb, algo prioritario en la política extranjera".
La Unión del Magreb Árabe, fundada en 1989, prometía un gran Magreb desde Mauritania hasta Libia sin fronteras, con una moneda común y un pasaporte único, pero nunca se materializó en nada concreto debido principalmente a la rivalidad entre Rabat y Argel.
Por último, Otmani se refirió también al conflicto en Siria y recordó que su país, como actual miembro del Consejo de Seguridad, defiende "una solución colegiada del mundo árabe que evite la injerencia militar de otros países".
El diálogo político entre los sirios y el fin de la violencia son los ejes de esta postura árabe, insistió Otmani, sin entrar a valorar si el presidente Bachar el Asad debe seguir en el poder o abandonarlo, "decisión que corresponde al pueblo sirio".
Para Otmani, son numerosos los problemas comunes -cita la emigración clandestina, el terrorismo, la pobreza, el tráfico de armas y de drogas-, y "no podemos luchar contra ellos sino estando juntos", por lo que su gobierno considera prioritaria una buena relación con los vecinos "que traerá estabilidad a la región".
"Las relaciones con España siempre son buenas pese a los nubarrones pasajeros -insiste-: hay más de 800.000 trabajadores marroquíes en España, más de 800 empresas españolas establecidas aquí, son vínculos importantes en el plano humano, económico y cultural, y vamos a tratar de mejorar las relaciones a todo nivel".
Con un tono siempre afable, este psiquiatra de profesión y primer no diplomático que dirige el ministerio de Asuntos Exteriores marroquí en muchos años, insiste, por ejemplo, en que no tiene ninguna intención de evocar la cuestión de Ceuta y Melilla durante su visita, aunque recuerda que su país es partidario de "abrir un diálogo para acercar posturas".
También en el problema del Sahara Occidental Otmani se muestra conciliador, pese a los miedos que ha despertado en Marruecos la posibilidad de que el nuevo gobierno español tome una postura menos complaciente con Rabat y con su propuesta de autonomía para la ex colonia española, negando toda posibilidad de independencia en un eventual referéndum de autodeterminación.
Otmani recuerda que su país lleva a cabo "negociaciones informales" con el independentista Frente Polisario, "lo que prueba su voluntad de resolver el conflicto", pese a que esas negociaciones no han dado ningún fruto en las ocho rondas precedentes por el inmovilismo de ambas partes, como ha denunciado el enviado especial de la ONU para el Sahara Occidental, Christopher Ross.
Para el ministro, su país ha querido superar el estancamiento de un conflicto que dura ya 37 años "proponiendo una solución: la autonomía de las provincias del sur" (como se llama en Marruecos al Sahara Occidental), una propuesta que tiene el respaldo inequívoco del gobierno francés, gran aliado de Marruecos, pero no del español.
El ministro Otmani, considerado una de las eminencias del islamismo moderado en Marruecos, también se ha empeñado en traer nuevos aires a las siempre complicadas relaciones con el otro vecino, Argelia, con el que las fronteras están cerradas desde 1994.
Argelia, que acoge los campos de refugiados saharauis y es el gran valedor internacional del Frente Polisario, fue el destino elegido por Otmani en su primera visita oficial, el pasado 24 de enero.
Sin entrar a conjeturar una posible reapertura de la frontera común, Otmani recuerda que hay un gran potencial en la mejora de las relaciones (pesquera, energética, educativa o informativa), algo que su gobierno fomentará "porque tenemos una misión que es reconstruir el Gran Magreb, algo prioritario en la política extranjera".
La Unión del Magreb Árabe, fundada en 1989, prometía un gran Magreb desde Mauritania hasta Libia sin fronteras, con una moneda común y un pasaporte único, pero nunca se materializó en nada concreto debido principalmente a la rivalidad entre Rabat y Argel.
Por último, Otmani se refirió también al conflicto en Siria y recordó que su país, como actual miembro del Consejo de Seguridad, defiende "una solución colegiada del mundo árabe que evite la injerencia militar de otros países".
El diálogo político entre los sirios y el fin de la violencia son los ejes de esta postura árabe, insistió Otmani, sin entrar a valorar si el presidente Bachar el Asad debe seguir en el poder o abandonarlo, "decisión que corresponde al pueblo sirio".
Fuente: google.com
Imprimir artículo
Si te ha gustado este artículo puedes compartirlo desde tu blog, página Web o foro.
0 comentarios :
¿Que opinas de este articulo? Tus comentarios siempre serán bien recibidos, ¡¡ Gracias !!