“Ya nos ha costado bastante el No-Magreb”, declaró Marzuki después de haberse entrevistado con el rey Mohamed VI en el Palacio de Rabat durante casi tres horas. “Ya es hora de que nos beneficiemos de las ventajas que ofrece este espacio regional. Hay que reactivar la UMA”. Para el Jefe de Estado tunecino, el primero que accede a la jefatura del Estado producto de la “primavera árabe”, la UMA es una palanca que se encuentra entre la Unión Africana y la Unión Europea, y debe estar “al servicio de los pueblos”.
Conocido por su verbo sincero y directo, el Presidente tunecino abordó claramente la fuente de discordia que impide que la cumbre de Jefes de Estado de la UMA no se reúna desde hace 18 años. “La principal traba es el conflicto entre Marruecos y Argelia acerca del problema del Sahara Occidental”.
Y respecto al mismo Moncef Marzuki confesó que ha encontrado tanto en el rey Mohamed VI como en el presidente argelino Abdelaziz Buteflika “voluntad sincera para resolver el problema”. No sería de extrañar que el Presidente tunecino haya abordado el asunto directamente con el soberano alauita. El líder del Frente Polisario, Mohamed Abdelaziz, envió estos días una carta al Jefe de Estado tunecino instándole a que trate de convencer al rey Mohamd VI de realizar el referéndum de autodeterminación de la población del Sahara Occidental como salida a la crisis que perdura desde hace 35 años en la excolonia española.
Marzuki parece haber organizado su gira con propuestas concretas para terminar con el estado de hibernación de la Unión magrebí. Entre ellas la constitución de un “Parlamento magrebí con prerrogativas de un verdadero comisariado político siguiendo el ejemplo europeo”. Marzuki, desde su experiencia de luchador por los derechos humanos, exiliado político y enemigo acérrimo de las dictaduras, sueña con un “Magreb de las libertades”, en el que todos sus ciudadanos puedan circular libremente, invertir libremente y tener el derecho a participar en las elecciones municipales. “Una idea sencilla y realizable” insisten en el entorno del Presidente tunecino.
Moncef Matzuki, aupado a la primera magistratura del país por la revolución de los jazmines, mantuvo un largo encuentro con el soberano marroquí y con el primer ministro Abdelilah Benkiran, antes de viajar a Marraquech donde está enterrado su padre, Mohamed Marzuki, que fue exilado político desde 1956 en Marruecos por sus divergencias con el entonces presidente Habib Burguiba.
Conocido por su verbo sincero y directo, el Presidente tunecino abordó claramente la fuente de discordia que impide que la cumbre de Jefes de Estado de la UMA no se reúna desde hace 18 años. “La principal traba es el conflicto entre Marruecos y Argelia acerca del problema del Sahara Occidental”.
Y respecto al mismo Moncef Marzuki confesó que ha encontrado tanto en el rey Mohamed VI como en el presidente argelino Abdelaziz Buteflika “voluntad sincera para resolver el problema”. No sería de extrañar que el Presidente tunecino haya abordado el asunto directamente con el soberano alauita. El líder del Frente Polisario, Mohamed Abdelaziz, envió estos días una carta al Jefe de Estado tunecino instándole a que trate de convencer al rey Mohamd VI de realizar el referéndum de autodeterminación de la población del Sahara Occidental como salida a la crisis que perdura desde hace 35 años en la excolonia española.
Marzuki parece haber organizado su gira con propuestas concretas para terminar con el estado de hibernación de la Unión magrebí. Entre ellas la constitución de un “Parlamento magrebí con prerrogativas de un verdadero comisariado político siguiendo el ejemplo europeo”. Marzuki, desde su experiencia de luchador por los derechos humanos, exiliado político y enemigo acérrimo de las dictaduras, sueña con un “Magreb de las libertades”, en el que todos sus ciudadanos puedan circular libremente, invertir libremente y tener el derecho a participar en las elecciones municipales. “Una idea sencilla y realizable” insisten en el entorno del Presidente tunecino.
Moncef Matzuki, aupado a la primera magistratura del país por la revolución de los jazmines, mantuvo un largo encuentro con el soberano marroquí y con el primer ministro Abdelilah Benkiran, antes de viajar a Marraquech donde está enterrado su padre, Mohamed Marzuki, que fue exilado político desde 1956 en Marruecos por sus divergencias con el entonces presidente Habib Burguiba.
Fuente: elimparcial.es
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