Se ha puesto mucho énfasis en la arbitrariedad de la justicia marroquí a la hora de condenar las graves penas dictadas por un tribunal militar en Rabat contra 24 presos políticos saharauis que fueron detenidos en noviembre de 2010 durante el «brutal desmantelamiento» del campamento Gdeim Izik, en El Aaiún.
Pero, si la justicia marroquí fuese fetén y en sus cárceles no se violasen los derechos humanos como se hace, con brutalidad y continuidad, y el tribunal no hubiese sido militar sino civil ¿sería entonces legal el juicio contra estos 24 saharauis por hechos ocurridos en el Territorio No Autónomo del Sáhara Occidental?
La Asociación Pro Derechos Humanos de España (APDHE) ha enviado una nueva carta al presidente del Gobierno español Mariano Rajoy y los portavoces en el Congreso y el Senado de los principales partidos para recordarles que ese juicio, incluso con la justicia más exquisita, nunca debería haber tenido lugar puesto que Marruecos es un estado gamberro que ocupa ilegalmente un territorio que no le pertenece.
Discutir sobre cómo debería ser la justicia marroquí en este caso, viene a ser un reconocimiento de que Marruecos pinta algo en el Sáhara Occidental, en contra de lo que sostiene la ONU.
A partir de ahí, en su próxima visita a España, el número dos de Exteriores marroquí, Yussef Amrani, que acaba de estar en Madrid, ya no tendría que pasar parte de su estancia difundiendo a través de la Cadena Ser o El País, retorcidos y falsos argumentos con los que confundir a la opinión pública española y marroquí sobre la materia prima del conflicto intentando dar forma de un proceso de secesión a lo que en realidad es el caso de un territorio pendiente de descolonizar al que España le correspondería llevar a término ese proceso interrumpido por una invasión militar.
A partir de ahí le daríamos la razón al majzén justificando la violencia contra el pueblo saharaui en Gdeim Izik alegando que su policía y cuerpos de seguridad tuvieron que estar a la altura de las agresiones con las que se asesinaron a policías marroquíes. Obvian así que si Marruecos no estuviese donde no debe estar sin consentimiento del pueblo saharaui, nunca hubiese habido un Gdeim Izik.
Ana Camacho
Fuente: espacioseuropeos.com
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