«Lo mejor de los viajes humanitarios es el agradecimiento de los pacientes»

EQUIPO SANITARIO QUE VIAJA A
LOS CAMPOS DE TINDUF (ARGELIA)

Cumple una década realizando operaciones quirúrgicas en Nicaragua y Guatemala, mientras que lleva ya quince años acudiendo al Sáhara.

Cinco profesionales sanitarios jienenses, cuatro del Complejo Hospitalario de Jaén y uno del Hospital Alto Guadalquivir, de Andújar, acaban de volver de su expedición humanitaria de este año a los campos de refugiados saharauis de Tinduf (Argelia). Entre ellos se encuentra el director de la Unidad de Urología del Hospital de la capital jienense, Juan Moreno, que lleva ya varias campañas acudiendo a la zona para realizar intervenciones quirúrgicas. No es la única expedición anual que realiza, ya que también viaja a Centroamérica.

-¿Qué lugares visita habitualmente en el marco de las expediciones humanitarias?

-Llevo años colaborando con dos ONG,s. Una de ellas es ‘Quesada Solidaria’ con la que viajo desde hace diez años a Guatemala y Nicaragua para tratar enfermos relacionados con mi especialidad. También llevo trece años asistiendo al campo de refugiados de Tinduf a través de ‘Amigos del Pueblo Saharaui’. Desde que empecé en estos dos proyectos no he faltado ningún año.

-¿Cuál es la labor principal que realizan en estos países?

-En el caso del Sáhara viajo junto a enfermeros y un anestesista para realizar intervenciones de urología que normalmente no se hacen allí porque no hay especialistas, como la fijación testicular o la estenosis de uretra, entre otras. Hay que tener en cuenta que allí existe una asistencia sanitaria de Atención Primaria, mientras que el resto de especialidades son soportadas por las diferentes expediciones humanitarias que viajamos.

El caso de Guatemala y Nicaragua es algo diferente. Allí la ONG ha contribuido en más de un 90% en la construcción de un hospital. Sí existe una asistencia sanitaria más especializada, pero lo que ocurre es que hay listas de espera muy largas o bien la población no puede permitirse asistir a la sanidad privada. En este caso, no solo viajamos profesionales de mi especialidad, sino también de otras como cirugía y ginecología.

-¿Cómo se organizan el trabajo, empiezan a ver a los pacientes una vez que llegan a la zona o ya tienen hecha una valoración previa de las operaciones que tienen que llevar a cabo?

-En el caso del campo de refugiados de Tinduf, desde hace unos cinco años hay un urólogo que va viendo los casos que hay, aunque no opera. Yo estoy en contacto con él por correo electrónico y teléfono, con el fin de que cuando llegamos el primer día pasemos consulta a los enfermos propuestos y decidamos en qué casos debemos operar. En esta zona nos alternamos un urólogo de Palma de Mallorca y yo, para que vaya siempre alguien cada seis meses. También en el caso de Guatemala y Nicaragua se nos van acumulando pacientes para verlos el primer día.

-¿Cuánto tiempo duran las expediciones?

-En el Sáhara estamos unos diez días, mientras que a Guatemala viajamos unas dos semanas y a Nicaragua otros diez días.

-Los días se aprovecharán al máximo.

-Sí, todo lo que podemos. Son jornadas de mañana y tarde, días muy intensos.

-¿Cuántas intervenciones quirúrgicas se hacen?

-En el Sáhara hacemos una media de 40 intervenciones en cada viaje, mientras que cuando viajamos a Centroamérica llegamos a las 70 u 80 solo de nuestra especialidad. Hay veces que son 6 o 7 al día, incluso 9. Contando todas las especialidades, suman unas 320.

-¿Ha faltado alguna vez a esta cita anual desde que empezó a ir?

-Nunca. Somos pocos los que no hemos dejado de ir ninguna vez, pero ahí seguimos.

-Después de tantos años, ¿qué le impulsa a continuar?

-El primer año llevas en la mente la aventura de lo desconocido y la solidaridad. El segundo acudes porque tienes el recuerdo de la buena experiencia de la primera vez. Pero en los años siguientes, creo que vas porque lo tienes ya marcado en tu agenda como el que tiene puestas sus vacaciones. A veces cuesta trabajo porque ya no está el aliciente de la aventura, pero cuando después vuelves, llegas contento y satisfecho con el trabajo hecho. Y por la actitud de la gente que, aunque no hable tu idioma, te lo agradecen enormemente con las manos y la mirada. Eso te llena de alegría. Además soy consciente de que esto no sería posible sin los socios de las dos ONG,s ni tampoco sin la contribución de Diputación, además del SAS y Hospital que aporta el material necesario. O de los compañeros que se quedan y cubren nuestro trabajo.

Por Carmen Cabrera

Fuente: ideal.es

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