La invención de una historia oficial marroquí del Sahara Occidental va acompañada de la destrucción de la historia real. Los esfuerzos marroquíes por borrar la historia y la cultura saharaui no se limitan a atacar el patrimonio cultural inmaterial (prohibición del uso de nombres saharauis; acoso; censura del arte libre saharaui; amenaza contra los que usan vestimenta tradicional saharaui) pues la potencia ocupante del Sahara Occidental está también intentando eliminar el patrimonio material que dá testimonio de la historia y la cultura del Sahara Occidental.
El régimen marroquí destruyó completamente a finales de 2004 el primer edificio levantado por España en el Sahara Occidental en 1884: el Fuerte de Villa Cisneros.
Igualmente ha tratado de destruir, sin éxito, la Iglesia de Villa Cisneros cuya conservación, en un modelo de tolerancia cultural, está encomendada a un ciudadano saharaui musulmán.
La destrucción del patrimonio material del Sahara Occidental ha sido denunciada por la Relatora Especial del Consejo de Derechos Humanos. En su informe, Farida Shahid, experta independiente de Naciones Unidas para los derechos culturales, ha denunciado:
“En cuanto a la conservación del patrimonio cultural material, la Experta independiente fue decepcionada cuando se enteró de la demolición de una fortaleza española que databa de 1886 y de la intención de las autoridades de demoler una iglesia del mismo período. Gracias a los esfuerzos de la sociedad civil, la iglesia no ha sido totalmente demolida y está siendo renovada.
La fortaleza española, en cambio, ha sido demolida completamente y ha sido reemplazada por una plaza. Desgraciadamente, los poderes públicos no consultaron a la población antes de decidir demoler estos edificios históricos”.
Conviene recordar que cuando a finales de 2004 Marruecos comenzó la demolición del Fuerte de Villa Cisneros, varios intelectuales españoles solicitaron a las autoridades culturales de España, potencia administradora del Sahara Occidental, que interviniera para frenar la destrucción del patrimonio histórico común hispano-saharaui. Sin embargo, Carmen Calvo, la entonces ministra de cultura del gobierno presidido por Rodríguez Zapatero, ignoró todas las demandas para defender este patrimonio.
Fuente: wshrw.org
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