En 1936 se produce la ocupación del Sáhara Occidental por parte del ejército de África, a veces denominado Ejército Expedicionario de África, una rama del ejercito español, que actuó como guarnición del protectorado español de Marruecos, desde que se fundó en 1912 hasta la independencia de Marruecos en 1956.
En 1973 se formó el frente Polisario, frente de Liberación Nacional del pueblo Saharaui.
En 1975, las tropas españolas abandonan el territorio del Sahara dando paso a la ocupación militar marroquí. La marcha verde organizada por Hassan II, “civil” y “pacífica” para ocupar el territorio por el oeste del Sahara. Esta ocupación estuvo marcada por el bloqueo informativo a lo largo de toda la ocupación.
En 1976, Marruecos se hace con el control de la zona, dando lugar al comienzo de enfrentamientos armados entre el Ejército de Liberación Popular Saharaui y las Fuerzas Armadas Reales Marroquíes.
La población civil Saharaui se ve obligado a huir a la región argelina de Tindouf.
16 años de guerra que terminan cuando el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas crea el plan de PAZ en 1991, así como la comisión especial para el referéndum en Sáhara Occidental (Minurso).
La consecuencia final o resultado final como lo quieras llamar, de todo este conflicto, es la creación de otro muro de la vergüenza en la historia, un muro de más de 2700 kilómetros construidos entre 1980 y 1987, para alejarles de las ciudades más importantes y garantizar la usurpación de los recursos naturales. Desde entonces se mantiene a miles de familias separadas.
El muro es un conjunto de 6 muros defensivos de una longitud 60 veces más largo que el muro de Berlín. Es el segundo muro más largo del planeta, después de la muralla China.
Es una zona militar compuesta de muros de arena, de piedras, alambradas y su correspondiente campo de minas. Con sistemas de detención, radares, bunker…. Está custodiado con puestos defensivos cada 4 ó 5 km, con más de 125 000 soldados armados. Se estima que el mantenimiento del muro le cuesta a Marruecos 2 millones de euros diarios.
Después de esta breve introducción, para situarnos en el contexto de la época en la que empezó todo, aprovecho para denunciar que en las zonas ocupadas por Marruecos, viven más 300 000 saharaui que casi no pueden vivir en un territorio rico en minas de fosfato, así como una zona costera de gran riqueza. Hay alguien que la describe como la prisión a cielo abierto más grande del mundo. Limita al norte con Marruecos, al oeste con las pateras de la muerte y al sur y al este con el muro de la vergüenza. Un ejército completo y millones de minas antipersonas complementada con una disuasoria alambradas a lo largo de todo él. En las zonas ocupadas, los militares marroquíes violan permanentemente los derechos humanos, practicando torturas sin ningún tipo de límite sobre el pueblo saharaui. Secuestran, torturan, violan y encarcelan en condiciones infrahumanas, tanto a hombres como a mujeres.
Las zonas que se han conseguido liberar son las franjas del desierto más árido poblado de minas antipersonas.
En la actualidad, malviven en territorio argelino 165 000 habitantes. Viven gracias a la ayuda humanitaria. Los 5 campamentos están dirigidos por el Frente Polisario.
Llevan viviendo más de 33 años en “la Hamada” la zona más inhóspita y pedregosa del desierto del Sáhara, sin agua corriente, red eléctrica, apenas trabajo y faltas de medios en cuanto a sanidad y educación. La vida de los refugiados saharaui discurre en una situación inaceptable, donde la ONU ha mantenido una actitud cobarde y cómplice respecto a las continuas violaciones de los Derechos Humanos para exigir y garantizar la celebración de un referéndum justo para el pueblo saharaui. Mientras tanto, el segundo país invasor de la zona, Marruecos, se beneficia de los ingresos económicos que supone el expolio de las minas de fosfato que existen en la zona y la costa del Sahara, tan rica en pesca.
La situación geográfica del Sahara, que supone un paso fronterizo de África a Europa muy jugoso para la inmigración, narcotráfico y terrorismo, seguramente rentable en mayor o menor proporción para algunos de lo invasores.
No olvidar que un porcentaje elevado de la sociedad española está a favor de la causa saharaui. Se mantiene desde 1991 la lucha pacífica–democrática, difícil de entender para la gente que vive el problema desde cerca, viendo cómo Marruecos es el segundo país de la ONU que incumple más resoluciones después de Israel.
¿QUÉ PIDE EL SAHARA?
- Referéndum de autodeterminación del Sahara Occidental, tal y como proclamó la ONU en 1965.
- NO a la violación de los Derechos Humanos en los territorios Ocupados.
- Derribo del muro de la vergüenza, destrucción de toda mina antipersona en todo el territorio del Sahara.
- El cese de la ocupación de Marruecos en el Sahara y el cese del expolio de las riquezas naturales que no le pertenecen
LA PRESIÓN INTERNACIONAL PUEDE CAMBIAR EL RUMBO DEL PUEBLO SAHARAUI.
Por Daniel Valenzuela
Fuente: noticiassierracadiz.es
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