Pasamos una semana viajando por Marruecos, explorando de la historia y la cultura de Tánger, Fez, Rabat, etc. Decidimos continuar hacia el sur, hacia el Sáhara Occidental, conscientes del conflicto político existente, y con el deseo de ver por nosotros mismos lo que es la vida en los territorios ocupados por Marruecos. Ya habíamos visitado los campamentos de refugiados saharauis en Argelia. Nuestro plan era viajar a través de El Aaiún a Dakhla; beber té, hablar con la gente y experimentar el paisaje.
Llegamos a El Aaiún en autobús el viernes 21 de noviembre. Nos registramos en nuestro hotel y nos saludó el recepcionista y un equipo de funcionarios de la ONU que estaban utilizando el WiFi en el vestíbulo; sus camiones emblemáticos estaban alineados en las aceras fuera.
Una vez instalados en el hotel nos fuimos a dar un paseo por el centro de la ciudad, tomamos algo de comida y té y llamamos a un amigo de un amigo, un activista de derechos humanos local, e hicimos planes para almorzar al día siguiente.
El sábado por la mañana nos despertamos, desayunamos en el hotel donde entablamos una conversación con el camarero y quedamos para tomar un café juntos en la noche. Me pareció una gran oportunidad para conectar con la gente local que no se identifican exteriormente como activistas políticos.
Después del desayuno nos fuimos a dar otro paseo por nuestro hotel y luego nos encontramos para almorzar en la casa de la activista local, Elghalia Djimi.
Esa noche volvimos al hotel y fuimos informados de inmediato por el personal trabajador que la policía nos había seguido y fotografiado.
A las 20:30 -alrededor de una hora más tarde-, fuimos convocados para el vestíbulo, donde se juntaron rápidamente oficiales marroquíes vestidos de paisano de afiliación no declarada. Exigieron nuestros pasaportes. No nos pidieron nada sobre nuestros planes o actividades. Nos informaron de que habíamos violado nuestras visas de turistas hablando con activistas locales. A las 21:00, nos llevaron a nuestra habitación y nos dijeron que cogiéramos nuestras pertenencias, en cuanto desde ese mismo momento habíamos sido declarados personas non gratas.
Nos habían dicho que había un taxi dispuesto a llevarnos a Agadir, a unos 670 kilometros al norte del Sáhara Occidental. Expresamos nuestro deseo de tomar el autobús a Agadir, pero nos obligaron a subir a la cabina, dejando en claro que no había lugar para las negociaciones. Al salir del hotel y acorralados hacia el taxi nos dimos cuenta de que había más de 40 policías y funcionarios marroquíes en las calles y aceras alrededor del hotel. Teníamos la esperanza de ver a uno de los muchos funcionarios de la ONU que habíamos visto anteriormente, pero no había ninguna a la vista. Sobre las 22:00 estábamos acelerando ya hacia el norte rumbo a Agadir.
La región había sido golpeada por lluvias torrenciales e inundaciones repentinas que causaron la destrucción de los caminos y las carreteras locales, y hasta la fecha se han cobrado la vida de 17 personas.
El viaje, que en un buen día se suele hacer en 8 horas, nos llevó 15 horas. A medida que atravesábamos carreteras erosionadas por las aguas furiosas, nos preocupábamos por el viaje del conductor del taxi de regreso a El Aaiún.
Llegamos sin riesgos a Agadir y desde allí cogimos un autobús a Marrakech.
Parece lamentable que nuestra expulsión del Sáhara Occidental nos impidió encontrarnos con gente fuera de la comunidad de activistas. Nunca llegamos a tomar café con el camarero del hotel y sus amigos.
Esta experiencia sólo ha aumentado la preocupación por los derechos humanos de las personas que viven en el Sáhara Occidental y en Marruecos. ¿No es un derecho humano básico ser capaz de construir relaciones sin interferencia del gobierno?
Marruecos será sede del Foro Mundial de Derechos Humanos del 27 al 30 de Noviembre en Marrakech. Animamos a los activistas, académicos y periodistas participantes a que investiguen la situación del Sáhara Occidental, y cuestionen por qué a los extranjeros se les prohíbe asociarse libremente con las personas locales.
De cara al futuro, nos parece fundamental cuestionar también la eficacia de la actual operación de mantenimiento de paz de la ONU y la medida en que protege los derechos humanos de todas las personas en la región.
Atentamente,
Yeshe Parks
Tennessee Watson
PD.
Si no está familiarizado con el Sáhara Occidental y el conflicto con Marruecos, por favor, búscalo en Google. Hay algunos buenos artículos y páginas wiki.
PPD.
Estamos sanos y salvos en Marrakech.
Fecha: 24 de noviembre 2014
Fuente: saharasevilla
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