Cinco aviones marroquíes trasladaron el domingo hasta Estambul a la familia real.
Este año no toca Francia sino Turquía. El rey Mohamed VI inició el domingo unas vacaciones, con su familia, en Estambul, según la prensa de esa ciudad. La eligió en lugar del castillo de Betz, al noreste de París, propiedad de la familia real, donde el monarca alauí ha pasado en años anteriores largas temporadas.
La opción real no es fruto de la casualidad, según se cree en los círculos diplomáticos de Rabat. Mohamed VI escenifica así su malhumor con Francia y su Presidente, François Hollande, que persiste desde hace ya diez meses. Hay que remontarse a hace un cuarto de siglo, con la publicación en París de un libro fustigador de Hassan II, "Nuestro amigo el rey", de Gilles Perrault, para observar una crisis tan larga entre Marruecos y su antigua metrópoli colonial..
Mohamed VI llegó el domingo por la noche a Estambul, en un avión Boeing 747, procedente de Abu Dabi donde había pasado ya tres semanas de vacaciones. Su esposa, la princesa Lalla Salma, y los dos hijos del matrimonio, Moulay Hassan y Lalla Khadija, aterrizaron, por su parte, en un Boeing 737 procedente de Rabat. La familia real fue precedida por tres aviones militares marroquíes que transportaban todo aquello que puedan necesitar durante su estancia en Turquía. En total cinco aparatos marroquíes aparcaron en el aeropuerto de Atatürk.
Es la primera vez, desde que contrajeron matrimonio en 2002, que queda constancia de que Mohamed VI y Llalla Salma pasan unos días de vacaciones juntos. Es también la primera vez que el rey elige Turquía para su descanso. Hasta ahora era Betz el lugar más frecuentado.
La bronca franco-marroquí empezó el 20 de febrero pasado cuando media docena de agentes de la policía judicial francesa acudieron a la residencia del Embajador de Marruecos con la intención de conducir ante un juez instructor a Abdelatif Hammouchi, jefe de la policía secreta, contra el que se han presentado en París tres denuncias por tortura, dos de ellas respaldadas por los letrados de la Asociación de Cristianos por la Abolición de la Tortura. Hammouchi fue, en cambio, condecorado el mes pasado por la Policía española.
Las autoridades marroquíes reaccionaron suspendiendo la cooperación judicial con Francia lo que complica la vida a miles de ciudadanos que no logran convalidar una sentencia de divorcio o la partición de una herencia. Hubo después otros incidentes bilaterales, como el cacheo corporal en marzo del ministro de Asuntos Exteriores marroquí, Salaheddin Mezzouar, en un aeropuerto de París.
Los responsables marroquíes reprochan en el fondo al Presidente François Hollande haber "reequilibrado su política magrebí" en beneficio de Argelia y en detrimento de Marruecos, según escribe, por ejemplo, Fahd Yata, director del semanario "La Nouvelle Tribune". Francia mira ahora, según él, con "ojos seductores a Argelia".
Además de la tensión con Francia, Marruecos mantiene históricamente malas relaciones con Argelia y, en menor medida, con Mauritania. Los cables diplomáticos marroquíes, desvelados desde principios de octubre por un perfil anónimo en Twitter, muestran también que las relaciones de Rabat con la Secretaría General de la ONU y el Departamento de Estado norteamericano son tirantes a causa del Sáhara Occidental. En su entorno Marruecos solo tiene un país amigo: España.
Por Ignacio Cembrero
Fuente: elmundo.es
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