CAMINO A TIFARITI |
Ha sido una semana trágica, sin duda. Cuando la muerte golpea por sorpresa en accidentes impensables y sesga la vida de un ser querido, se le parte a uno el alma por la mitad. Escribir desde el luto sobre más muertes es difícil, al menos para mí, que he perdido a alguien muy querido en ese avión estrellado en Francia. Por eso, lo haré desde la empatía, para rendir un homenaje a las cinco víctimas de la última masacre provocada por las minas terrestres en el Sahara Occidental, la más cruda realidad de los efectos de estas malditas armas que siembran de sangre, dolor y tragedia la arena de esa meseta desértica y pedregosa donde se encuentra Tifariti. Una de las zonas habitadas de mayor contaminación por minas y municiones en racimo de todo el territorio saharaui y no sólo por la proximidad del muro marroquí en el Sahara Occidental, sino porque fue objeto de cruentos bombardeos por parte de la aviación marroquí en 1976 y de posteriores batallas de conquista y reconquista. Los expertos aseguran que hay más de 70.000 artefactos explosivos abandonados y activos en las inmediaciones de la ciudad amenazando permanentemente la vida de la población y de sus animales.
El pasado día 26 de marzo, alguno de esos artefactos malditos explotó y causó cinco víctimas, tres de ellas mortales. Salamo Mulay Sidina, Hamadi Sahek Hammad y Sidi Mohamed Bouzid perdieron la vida mientras desarrollaban labores de preparación para unas maniobras militares en la zona de Tifariti, II Región Militar del Sahara Occidental en la zona bajo control del Frente Polisario. Mohamed Moulud Said Aldav y Mohamed Bah Laibah se debaten entre la vida y la muerte, por lo que permanecen ingresados en el hospital militar de Tindouf (Argelia). En memoria de los tres fallecidos, el Frente Polisario ha decretado 3 días de luto oficial.
SALAMO MULAY SIDINA, 25 AÑOS |
Un amigo de Salamo Mulay Sidina, el más joven del grupo de los cinco militares, decía ayer que estaba profundamente triste… Era un joven vital y activo, con 25 años y toda la vida por delante. Amaba su país y se le llora en la daira de Adchera, en la wilaya de El Aaiún donde vivía con su familia, en los campamentos de refugiados saharauis de Tindouf. Como sufren igualmente los cinco hijos de Hamadi Salek Hammad, de 59 años, y la familia de Sidi Mohamed Bouzid. Porque el horror no es sólo la pérdida de vidas humanas, sino lo que dejan detrás esas muertes inocentes, que cargan a sus familiares con pesadas cargas de sentimientos encontrados que hay que aprender a canalizar sin odio ni rencor. Difícil misión la suya, cómo negarlo.
HAMADI SALEK HAMMAD, 59 AÑOS Y 5 HIJOS |
Y lo peor en este caso es que, además, es complicado entender lo ocurrido en el accidente, porque no se conocen las circunstancias exactas, que ahora se procede a investigar, pero sí se sabe que los cinco caminaban juntos preparando el terreno de maniobras, que no iban en un vehículo militar. Asaltan preguntas con incógnitas de difícil respuesta que sólo tratan de encontrar sentido a algo de todo esto.
En 2015 van 12 víctimas (5 muertos) en los territorios liberados y 8 en la zona ocupada, 2 fallecidos. Veinte vidas en seis accidentes. Veinte familias destrozadas por unas explosiones de armas prohibidas que permanecen abandonadas y activas en el desierto saharaui. Tres días de luto oficial no es suficiente respuesta y, honradamente, tampoco me parece muy justo con todas las demás víctimas a quienes no se les ha reconocido siquiera su derecho a serlo. La respuesta es la lucha por quitarlas, la lucha por evitar el peligro y reducir sus consecuencias en las familias. La respuesta es presionar para conseguir la firma marroquí en los Tratados Internacionales de Prohibición de Minas y Municiones en Racimo para proceder a la limpieza del territorio. La respuesta es asumir las responsabilidades sobre lo hecho durante una cruenta y larga guerra, para que no siga repercutiendo en la vida de inocentes. No se es más o menos víctima si eres militar o civil. Sólo son Víctimas y ahí es nada. Que descansen todos en paz y desde Dales Voz a Las Víctimas sólo podemos enviar nuestras condolencias a las familias y amigos de los fallecidos, así como nuestros mejores deseos de pronta recuperación a los heridos.
© Elisa Pavón
Fotografías: Revista Futuro Sahara
Fuente: Dales Voz a Las Victimas
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