En una entrevista con la prensa en la víspera de la orden de partida de la llamada "marcha verde", el entonces rey de Marruecos Hassan II no ocultaba su espíritu asesino y sus intenciones hacia los saharauis. Un periodista estadounidense le preguntó "¿qué haría Marruecos si la Marcha fuera atacada por el Polisario?"
El rey respondió acerca de los guerrilleros saharauis que él llamaba "contrabandistas": "Si atacan a la Marcha, nos los comeremos".
Al día siguiente, es decir el, 6 de noviembre de 1975, las directrices no podían ser más claras. "Si encontrais a los españoles, compartir con ellos vuestros víveres, si encontrais a alguien más, las fuerzas armadas reales se hará cargo de él", dijo el difunto monarca marroquí.
Aunque la Marcha Verde no fue atacada, los ciudadanos saharauis fueron literalmente "comidos" por las fuerzas de Marruecos. Listas de partidarios del Polisario fueron entregadas a Marruecos por la administración española. Los nombres concernientes fueron inmediatamente arrestados, asesinados, torturados, secuestrados. Más de 500 desaparecidos fueron censados por la Asociación de Familiares de Desaparecidos Saharauis (AFAPREDESA).
Es evidente que la vulneración de los derechos humanos por parte de Marruecos es una práctica habitual desde 1975. El descubrimiento de fosas comunes en el Sáhara Occidental es sólo el comienzo de la luz sobre una tragedia que dura ya desde hace 40 años.
En 1997, Marruecos firmó un código de conducta en Houston comprometiéndose a respetar todos los derechos de los ciudadanos saharauis. Pero, como es ya costumbre, su compromiso no pasa de ser tinta sobre papel mojado ya que el comportamiento arbitrario de las fuerzas marroquíes sigue siendo la nota dominante.
Basta con echar un vistazo al informe anual de Amnistía Internacional de 2014 para constatar que el Gobierno marroquí sigue violando los derechos y las libertades de expresión, asociación y reunión. Peor aún, la tortura y los malos tratos persisten en las cárceles del país con toda impunidad.
La protección de Francia en el Consejo de Seguridad y en las instituciones europeas garantizan esta impunidad que permite a Marruecos seguir desafiando a la comunidad internacional en detrimento de la seguridad, la estabilidad y la prosperidad de toda la región.
Hoy, una nueva madre llora la pérdida de su hijo. La Sra Takbar Haddi se vio obligado a llevar a cabo una huelga de hambre para exigir una investigación sobre la muerte de su hijo de 23 años, Mohamed Lamine Haidala. Está decidida a seguir adelante con su sacrificio. La comunidad internacional, va a hacer un gesto hacia esta mujer para ayudarla a hacer su duelo?.
Fuente: spsrasd
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