El Ministro de Relaciones Exteriores del reino de Marruecos Salah Dine Mezouar perdió el respeto a las palabras al difundir información falsa sobre sus discrepancias con el Gobierno del Primer Ministro de Suecia en cuanto el tema del Sáhara Occidental.
Mezouar desafio cualquier descripción al violar el código estricto de respeto ¨ético¨ de la noticia y la información en general durante su entrevista al canal de tv.
No supo manejar las artes de la socarrona y saber cuándo y cómo poner en boca de terceros lo que piensa del Gobierno de Suecia pero, como en la diplomacia -según frase que suele endosar a Napoleón Bonaparte-, ¨es la policía vestida de etiqueta¨, no debe extrañarnos que quien detenta el cargo de la cancillería marroquí saque del closet sus modales de sapo refinado y encienda el ventilador para arrojar inmundicias contra presuntos enemigos de su patria.
La piel y los ojos no son los de un hombre de mas años: Mezouar tiene la juventud que dá el poder ese frívolo y engreído bon vivant a costilla del pueblo marroquí, que espera su jubilación para dedicarse Dios sabrá a que, procedió a explicar cuál va a ser el reclamo de su país ante el Gobierno sueco y justifico las manifestaciones convocadas por su Gobierno frente a la Embajada del país escandinavo en Rabat para trasmitir a los suecos el mensaje de protesta y disuasión creyendo así que va a intimidar a Suecia que fue inmune a la Segunda Guerra Mundial contra el fascismo que devasto la mayoría del viejo continente.
La época de nacionalismo y de las ilusiones e intimidaciones
¿Menzouar ya paso los ánimos anti-suecos que pregonan ahora desaparecerán, no hay odio a los europeos es una espuma creada por su gobierno que encuentran jóvenes que quieren su juego con esta práctica reiterada, Marruecos no hace más que aislarse del mundo,que en distintos foros ya han rechazado su comportamiento anacrónico cuando del Sáhara Occidental se trata signo de una guerra arcaica hace tiempo superada y dá muestra de su ignorancia sobre la realidad.
Salah Dine Mezouar no está en consonancia con el mundo, es un político autista, padece alergia al contacto y a la negociación, aparentemente cree que darle la espalda a los saharauis los hará desaparecer.
Lo cierto es que los saharauis siguen y seguirán ahí, y el escenario internacional ha colocado a Marruecos en una situación mucho más difícil que hace años con menos aliados.
Fuente: El Confidencial Saharaui
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