No solemos pedir mucho. El proyecto Bubisher ha llegado hasta donde está hoy (tres bibliotecas fijas y tres bibliobuses) atrayendo, más que rogando. Pero de vez en cuando sucede, como ahora. No buscamos grandes autobuses, poco operativos en el complicado suelo de los campamentos, sino vehículos ligeros, como el de las fotos: el maravilloso “Bibliomóvel” de Nuno Marçal, de Proença-a-Nova. Y tal vez tú tengas acceso a alguno de ellos: usado, no importa, pero en buen estado. Transformar su interior en biblioteca rodante es también costoso, pero asumible.
Con ellos podemos llegar a los rincones más lejanos de los campamentos, e incluso desplazarnos hasta los hospitales, como el de heridos de guerra en Enjaila, que necesitan los libros para vencer el aislamiento y el propio olvido. Y entrar cada mañana en una escuela, en un centro de enseñanza media, tanto como ir a por los miembros de los clubes de lectura que viven lejos del “Nido”.
Tenemos ya tres, gracias al Gobierno Vasco el primero, al ayuntamiento de Málaga el segundo, y a nuestros queridos compañeros de Alouda-Cantabria el de Bojador. Pero tienen ya ocho, seis y cuatro años respectivamente. Demasiados para tanto calor, tanto siroco, tanto bache.
Empresas privadas, ayuntamientos, cuerpos de bombero o policía, cambian frecuentemente sus vehículos por otros nuevos, y no obtienen tanto por lo usados. ¿Se te enciende alguna luz? Tu luz de este instante puede convertirse en miles de luces allí, donde más se necesitan.
Shukran.
Fuente: bubisher.org
Imprimir artículo
Si te ha gustado este artículo puedes compartirlo desde tu blog, página Web o foro.
Suscribete a los comentarios de este artículo
0 comentarios :
¿Que opinas de este articulo? Tus comentarios siempre serán bien recibidos, ¡¡ Gracias !!