Los acuerdos de pesca bilaterales con los países en desarrollo no son más que una forma de "neocolonialismo", que permite a Europa saquear las costas africanas. El caso más flagrante es el trato entre UE y Marruecos, que permite a la flota europea pescar en el Sahara Occidental, un territorio que aún no ha sido descolonizado.
El acuerdo de pesca UE-Marruecos siempre ha sido una mancha en la agenda de política exterior de la Unión Europea. El acuerdo otorga a los barcos de la UE el derecho a pescar en aguas del Sahara Occidental, a pesar del hecho de que el gobierno de Marruecos no tiene derecho a comerciar con los recursos del Sáhara Occidental, que es reconocido por las Naciones Unidas como territorio no autónomo.
A pesar de la hipocresía política y la inseguridad jurídica, la Comisión Europea está dispuesta a seguir adelante con la renovación del acuerdo -que expiró oficialmente en febrero de este año-.
La Comisión ha propuesto actualmente una prórroga de un año de extensión, con miras a concluir un acuerdo a largo plazo en la misma línea que la actual y la pasada.
La Comisión ha propuesto actualmente una prórroga de un año de extensión, con miras a concluir un acuerdo a largo plazo en la misma línea que la actual y la pasada.
La mayor parte de los acuerdos de pesca bilaterales que la Unión Europea ha firmado con los países en vías de desarrollo no son más que un gran acto de neocolonialismo -que permite a la flota pesquera de la UE saquear las costas africanas en claro detrimento de las comunidades locales dependientes de la pesca como método de subsistencia-. Sin embargo, el acuerdo UE-Marruecos es quizá el más aparatoso de todos ellos, porque se firma con Marruecos que no tiene derecho a negociar con recursos del Sahara Occidental.
Afortunadamente, no todo está perdido. Con la aprobación del Tratado de Lisboa, el Parlamento Europeo ha adquirido nuevos poderes en la política pesquera. No sólo cualquier acuerdo tiene que ser aceptado por el Parlamento, sino que los diputados también pueden solicitar una opinión jurídica al Tribunal Europeo de Justicia. Junto con un grupo multipartidista de diputados, hemos dado el primer paso para este fin y el Parlamento debe votar una resolución que pide una opinión legal el próximo mes.
Una opinión negativa del Tribunal de Justicia claramente haría muy difícil a la Comisión seguir adelante con el acuerdo de pesca UE-Marruecos, tal como está concebido. En este caso, la única vía legítima de la acción sería de forma total o desechar el acuerdo de renegociación del contrato, con el fin de excluir las aguas del Sáhara Occidental.
Es, por supuesto, lamentable que aún se debe llegar a esta situación. Dada la clara evidencia de que este acuerdo es ilegítimo, la Comisión nunca debería haber tratado de negociar un acuerdo en los mismos términos. Sin embargo, no es demasiado tarde para que la Comisión vuelva a la mesa de bocetos y negocie un acuerdo que sea coherente con el compromiso de la UE para la democracia, desarrollo, derechos humanos y el respeto del derecho internacional.
En ausencia de tal medida por la Comisión, sin embargo, es alentador que ahora tenemos una cruzada política de apoyo en el Parlamento Europeo de una iniciativa destinada a lanzar la atención sobre el acuerdo UE-Marruecos. El injusto e ilegítimo acuerdo pesquero entre Europa y Marruecos, es de esperar, no sobrevivirá mucho más tiempo en su formato actual.
Fuente: guinguinbali
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