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EL SÁHARA DE LOS OLVIDADOS اِل ساارا دي لوس اُلبيدادوس




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El secuestro de otros dos españoles, en la zona de Polisario, apunta a Al Qaida

Solo diez días después de que dos trabajadoras de Médicos Sin Fronteras (MSF) fueran secuestradas en el este de Kenia y trasladadas a Somalia por una rama africana de Al Qaida, España vuelve a afrontar una situación similar. Tres cooperantes extranjeros, dos españoles y una italiana, fueron secuestrados por hombres armados en la noche del sábado al domingo en la región de Tinduf, al suroeste de Argelia. Ocurrió en una zona bajo control del Frente Polisario, que fue el primero en dar la voz de alarma y que formó un gabinete de crisis con su presidente, Mohamed Abdelaziz, a la cabeza. Se trata de Ainhoa Fernández del Rincón, de la Asociación Extremeña de Amigos del Pueblo Saharaui; Enric Gonyalons Sureda, de la ONG vasca Mundubat, y la italiana Rosella Urru.


Los independentistas saharauis mantienen un operativo de persecución de los autores, «terroristas llegados de Malí», y han establecido contacto con las autoridades españolas, argelinas e italianas y con otros gobiernos de la zona.
Anoche ninguna organización había reivindicado el secuestro, aunque algunos miembros del Polisario y las autoridades mauritanas señalaban ya a Al Qaida como responsable.
Anoche circulaban informaciones contradictorias sobre el lugar en el que se encontraban los secuestrados. Algunos apuntaban a que aún se hallaban en territorio argelino, mientras que otros señalaban que secuestradores y secuestrados podrían haber cruzado ya la frontera de Malí.

Encrucijada en el mapa

El lugar de los hechos, la localidad de Rabuni, se encuentra muy cerca de los campamentos de refugiados saharauis. A pocos kilómetros de allí las fronteras de Argelia, Marruecos, Mauritania y el Sahara Occidental se cruzan sobre el mapa. No lejos de ese vértice, objeto de suspicacias por el conflicto de la ex colonia española, es donde Al Qaida han extendido sus tentáculos en los últimos años.
Todo ocurrió, según la versión del Frente Polisario hecha pública en una nota, a las 23.54 horas del sábado, cuando cinco hombres armados atacaron la sede de Protocolo de esta organización en Rabuni. Maniataron al vigilante y después entraron en algunos de los pabellones del edificio, donde vive una veintena de cooperantes extranjeros. Algunos de ellos, como Ainhona Fernández, tuvieron incluso tiempo de realizar llamadas por teléfono para advertir del ataque. Uno de los saharauis que acudió en su auxilio resultó herido por un disparo en el cuello. Todo apunta, según las mismas fuentes, a que Enric Gonyalons también fue herido, pero se desconoce su estado.
Los secuestradores huyeron en un todoterreno con los tres extranjeros. Se les unió un segundo vehículo que realizó labores de vigilancia durante el asalto. Un coche saharui trató de seguirles en un primer momento, pero no estaba preparado para circular por las pistas de arena. Seguidamente se montó un dispositivo de varios todoterrenos para tratar de no perder la pista de los atacantes.
Es la primera vez que ocurre una acción de este tipo en territorio bajo mando de los independentistas saharuis. Sí es cierto sin embargo que la inmensidad desértica que domina la zona ha sido testigo en la última década de una creciente inestabilidad especialmente por la presencia de la banda terrorista Al Qaida del Magreb Islámico (AQMI), surgida como franquicia de Osama bin Laden a raíz del argelino Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC).
El embajador del Polisario en Argelia, Brahim Ghali, apuntó ayer directamente a AQMI como responsable del triple secuestro. «Acuso directamente a Al Qaida del Magreb de estar detrás del último secuestro de tres extranjeros», señaló en declaraciones a la agencia Afp. El embajador de los independentistas saharauis en Madrid, Bucharaya Beyún, no opina igual. «No podemos acusar a nadie por el momento, pero mi opinión es que tras treinta años en los que no ha ocurrido nada así me parece extraño que alguien haya venido desde Malí, a mil kilómetros, para hacer esto». Sin referirse explícitamente al enemigo marroquí, Bucharaya Beyún añadió en declaraciones a ABC que «esto está orientado a desestabilizar y perturbar el movimiento solidario de cooperación con el Sahara y enviar el mensaje de que los campamentos de refugiados ya no son seguros». En medio de acusaciones mutuas, Rabat ha llegado alguna vez a relacionar al Polisario con Al Qaida.

Más preocupaciones

Más allá de la velada acusación del embajador en Madrid, la actuación de terroristas en los campos de refugiados abre un nuevo frente de preocupaciones para el Polisario, que lleva años ignorado por una comunidad internacional inclinada mayoritariamente hacia las posturas de Rabat, que reclama la colonia española y aplaude el bloqueo de la celebración del referendum de autodeterminación que prevé Naciones Unidas.
El escenario del secuestro es el desierto en el que se instalaron los saharauis huidos o expulsados del Sahara Occidental a raíz del abandono por España del territorio en 1975. Los campamentos de refugiados resultantes son el centro de una solidaridad que circula en paralelo a la errática posición de Madrid en el conflicto.
Las células de AQMI han encontrado un magnífico caldo de cultivo en la inmensidad del desierto, que confunde fronteras entre el sur de Argelia, el norte de Malí y el este de Mauritania. Es en esta zona donde han llevado anteriormente a cabo otros secuestros de extranjeros con cuyos rescates se mantienen vivos los terroristas.
Uno de esos secuestros ocurrió el 29 de noviembre de 2009 cuando los «yihadistas» capturaron a los cooperantes catalanes Albert Vilalta, Roque Pascual y Alicia Gámez en una operación llevada a cabo en Mauritania, aunque de inmediato fueron trasladados por sus captores a Malí. Ella fue liberada cien días después. El cautiverio de ellos se extendió hasta finales de agosto de 2010. No hay cifras oficiales, pero su liberación costó a España varios millones de euros.
Nuakchott sospecha que detrás de la operación de este fin de semana en Rabuni está Mojtar Belmojtar, uno de los jefes de AQMI y responsable del secuestro de Vilalta, Pascual y Gámez. Con él se negoció entonces.

Los dos españoles secuestrados
AINHOA FERNÁNDEZ
Una abogada comprometida
Ainhoa Fernández del Rincón, de 30 años, es una abogada madrileña desplazada a los campamentos de refugiados saharauis por la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui de Extremadura. Allí desarrollaba proyectos como los de riego por goteo para desarrollar huertos en medio del desierto. Fue una llamada telefónica de Ainhoa la que alertó de la llegada de hombres armados a Rabuni.
ENRIC GONYALONS
Herido en el ataque
Enric Gonyalons es menorquín pero llegó el pasado enero a los campamentos de refugiados de Tinduf (Argelia) como jefe de proyectos de la ONG vasca Mundubat en sectores como la alimentación o la formación profesional. El cooperante, que tenía experiencia anterior en otros países, habría sido herido de bala durante el secuestro, pero se desconoce la gravedad de su herida.

Fuente: ABC.es

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