Hoy, el Parlamento Europeo (PE) ha decidido renovar el acuerdo de pesca UE-Marruecos, permitiendo la entrada en las aguas del Sáhara Occidental, territorio que lleva siendo ocupado militarmente por Marruecos desde 1975. “Hoy es un día triste para la paz internacional y los Derechos Humanos” afirma el Observatorio de los recursos naturales del Sáhara Occidental (WSRW). La decisión ha sido tomada en el primer aniversario del premio Nobel de la Paz, y en el Día Internacional de los Derechos Humanos.
“La decisión que ha tomado el PE hoy, supone un golpe duro para el pueblo saharaui quien, según la legislación internacional, tiene el derecho a ser escuchado en relación a las actividades económicas que se realicen en su tierra ocupada. Hoy, la UE no ha tenido en consideración ese derecho. Hoy mejor que nuca se demuestra que la retórica de la UE sobre Derechos Humanos está vacía” sostiene Erik Hagen, Presidente de WSRW. Doscientos cuatro europarlamentarios votaron en contra del acuerdo, frente a trescientos diez a favor y cuarenta y nueve abstenciones. L@s propietari@s de las reservas pesqueras objeto de votación, viven bien bajo la brutal ocupación marroquí o bien, como refugiad@s en los campamentos de Tinduf (Argelia). Más de cien resoluciones de Naciones Unidas (ONU) claman por el derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui. Ningún Estado en el mundo reconoce la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental.
El pasado fin de semana, una manifestación en la capital del Sáhara Occidental contra los planes de la UE- Marruecos, en las aguas del territorio, fue dispersada violentamente por la policía marroquí. Veinte saharauis resultaron herid@s.
La situación es cada vez más tensa y se incrementa el número de saharauis que se sienten ignorad@s y frustad@s por la insistencia de la UE, a elegir a Marruecos como aliado de negocios en su tierra, mientras hacen la vista gorda a las violaciones graves y sistemáticas de los Derechos Humanos que perpetra Marruecos en el Sáhara Occidental.
Mientras tanto, Marruecos recibirá cuarenta millones de euros al año por dar su permiso al acceso de unas aguas que no le pertenecen.
Además de violar la legislación internacional y no respetar el derecho internacional a la autodeterminación, el protocolo es un pésimo negocio para las reservas pesqueras en la zona. Un reciente reportaje de Greepeace, instaba a la UE a no renovar el acuerdo por cuestiones medioambientales.
Fuente: wsrw.org
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