La exposición de fotografía e instalación “REPASOS. LOS DESPARECIDOS DEL SAHARA OCCIDENTAL” de la artista visual Viviana Silva Flores, permanecerá abierta al público con entrada liberada, del 25 de abril al 8 de junio, de martes a domingo, 11:00 a 14:00 y 15:00 a 20:00 horas, entrada liberada. Inauguración: jueves 24 de abril, 19:30 horas.
Nuevamente la Galería Bicentenario del Centro Cultural Estación Mapocho acoge un proyecto artístico internacional y de contenido social. Se trata de la muestra REPASOS. LOS DESPARECIDOS DEL SAHARA OCCIDENTAL de la artista visual Viviana Silva Flores, un trabajo contemporáneo de arte relacional, realizado a partir de su experiencia en un campamento de refugiados sahaurauis en Argelia, que incluye una serie fotográfica y una instalación en base a telas.
La obra, que actualmente forma parte de la colección de arte contemporáneo del Ministerio de Cultura de la RASD, consta de una instalación de los turbantes bordados con los nombres de los desaparecidos, obra realizada a mano y colectivamente junto a mujeres y hombres saharauis, mediante la cual se recuerda a quienes han desparecidos, además de plantear una metáfora sobre los hilos de la memoria, la costura de las heridas y el tejido de la historia. Acompaña a estas telas, una serie fotográfica documental de esa experiencia, constituyendo una pequeña cartografía del conflicto y del proyecto, del proceso y del contexto en que se desarrolló la obra.
REPASOS. LOS DESPARECIDOS DEL SAHARA OCCIDENTAL constituye una obra de arte contemporáneo enmarcada en las prácticas de arte relacional y contextual, cuya característica principal es que el artista se hace cargo de la realidad, vinculándose con un lugar y contexto determinado, priorizando las relaciones que se generan entre los participantes de la obra. En este caso, Viviana Silva durante el año 2011 viajó a los campamentos de refugiados del Sáhara Occidental, un país africano que tras ser colonia española fue abandonado y entregado a manos de Marruecos, viviendo desde entonces exiliados en la Hamada Argelina hace ya casi 40 años, y se vinculó estrechamente con el pueblo saharaui, viviendo y compartiendo con ellos durante 15 días en una relación de mutuo conocimiento.
La exposición es también un gesto de memoria para el pueblo saharaui, especialmente para las familias de todos aquellos que han desaparecido a manos del gobierno marroquí. Es una reescritura de estos cuerpos borrados, de estos desaparecidos, sobre turbantes blancos y marrones bordándolos manualmente en árabe, trabajo realizado colectivamente junto a mujeres y hombres saharauis, familiares y amigos de aquellos desaparecidos con quienes la artista se reunió día a día a conversar, conocer su cultura, beber té y recordar a sus seres queridos mediante el acto de bordar. Trabajar colectivamente con el bordado en este proyecto, es una metáfora sobre los hilos de la memoria, la costura de las heridas y el tejido de la historia, es un gesto, una inscripción.
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